Entre arrumacos, caricias y besos robados a la luz de la luna, transcurre una cálida noche para Steve y Jane en una comunidad rural de EEUU.
La visión de la encandilante noche con estrellas como protagonistas, le da a la parejita de adolescentes enamorados un espectáculo único. De repente, la caída de lo que parece un meteorito, que va cortando el cielo, hace explosión cerca. Steve y Jane, en su auto descapotable, van en busca del lugar de la caída. Un viejo campesino que escuchó un ruido extraño, el ladrido de su perrito, lo llevan a salir de su rancho y explorar el terreno. Encuentra una especie de pozo en el suelo. Dentro ve lo que supone un meteorito, del tamaño de una pelota de básquet. Al pretender empujarlo con un palo, el objeto se rompe y emerge una sustancia gelatinosa, que se adhiere a la mano y brazo del anciano, provocándole un grito de dolor estremecedor. Esta “gelatina” es una criatura viviente, que va alimentándose de cuanto ser vivo encuentra a su paso. El anciano, tambaleando, logra acercarse a un camino donde es rescatado por Steve y Jane, que lo suben al auto y lo llevan a la casa del doctor.
Lo dejan allí y van en busca de ayuda. Mientras tanto “la mancha voraz” logra deglutirse por completo al anciano, al médico y a la enfermera. Steve logra ver como la mancha absorbe por completo al doctor. Sin dudarlo, recurre con Jane a la policía local. Ésta desconfía de los dichos de los jóvenes y llama a sus padres, para que se los lleven.
La mancha prosigue su camino de terror, se devora un mecánico y al señor Andrews, dueño de la tienda del lugar. La mancha entra al Colonial Theatre, un cine en donde devora al proyectorista y luego provoca una estampida entre las decenas de asistentes.
Steve, por casualidad, descubre que la mancha no soporta el frio. Logra que la policía le crea, y ya frente a todo el pueblo, con la ayuda del conjunto de la comunidad se conjura el peligro.
Dejamos el final para que los lectores lo busquen, basta decir que la solución alcanzada no es definitiva. Lo que acabamos de ver es la trama central de la película “The Blob” (titulada La “Mancha Devoradora” en España y “La Mancha Voraz” en Venezuela, Argentina y México.
Es una película independiente de EEUU estrenada en 1958 con guión de Kay Linaker y Theodore Simonson, fue dirigida por Irvin Yeaworth. Con el protagonismo central de un muy joven Steve Mac Queen, como Steve Andrews y de Aneta Corsaut como Jane Martin. Hoy este filme es considerado un clásico referente de las películas de terror y ciencia ficción de los 50/60.
Ahora hay en la Argentina un ser viviente que, si bien no tiene forma gelatinosa y no es de ciencia ficción, es de profesión economista y con el título de Presidente de la Nación actúa como “La Mancha Voraz”, aunque por ahora al menos no engulle personas. Su apetito es “comerse” empleo, aniquilar la industria nacional y destruir el federalismo. “La Mancha Milei” (a partir de ahora LMM) ha conseguido records en su terrorífica tarea. Ha reducido en menos de cinco meses el poder adquisitivo del salario, ingrata tarea que a Mauricio Macri le llevo cuatro años. Pero conviene concentrarnos en lo que le parece más sabroso “comerse”, la industria nacional, aunque la destrucción del salario es una forma letal de destruir la industria y el mercado interno.
Vayamos a los datos, o mejor dicho “a la carta” que se ha engullido LMM. Según el Índice de Producción Manufacturero publicado por el INDEC el 6/3/24. En enero de 2024 el índice de Producción Manufacturero (IPI manufacturero) muestra una caída de 12,4 por ciento respecto a igual mes de 2023. Con algunas ramas superando por mucho el promedio general. Ejemplo, productos de metal, maquinaria y equipo 24,9 por ciento de caída, minerales no metálicos y metálicas básicas 17,8, muebles y otras industrias manufactureras 24,6.
Hay que ver el menú en términos de utilización capacidad instalada en la industria, que nos permite en términos estadísticos “cuantificar” cuántas maquinas tenemos prendidas y cuántas no. Según el último informe publicado por el INDEC el 18 de Abril de 2024, en términos generales la capacidad instalada cayo del 65 por ciento en febrero de 2023 a 57,6 en febrero de 2024. Hay ramas peligrosamente por debajo del promedio, como la industria automotriz, que cayó del 60,5 por ciento al 47,3, la de productos textiles del 52,4 al 45,6 y la metal-mecánica, excluida industria automotriz, del 52,2 al 37,3.
Para tener una caracterización general de este índice estadístico. el INDEC dice que “el indicador de la utilización de la capacidad instalada en la industria mide la proporción utilizada en términos porcentuales de la capacidad productiva del sector industrial”.
Detengámonos en “capacidad productiva del sector industrial”, porque LMM se empeña en destruir nuestra capacidad industrial. Norberto Crovetto en “La ambigüedad de la Inversión Extranjera” (Revista Mestiza 2021) recupera el concepto del maestro José Chiaramonte del llamado “préstamo cultural”. Chiaramonte creía que con las importaciones de telas de Manchester no solo ingresaban paños, sino también las ideas dominantes de la época. Eran las ideas del libre comercio.
En Geopolítica y Altas Finanzas (Giovanni Arrighi, Po-Keung Hui, Krishnendu Ray y Thomas Ehrlich Reifer ,1999) , los autores dicen que al desarrollarse la idea del traspaso de la hegemonía holandesa a la británica se reconoce la importancia de “La Liberación Unilateral Británica de su comercio con la derogación de la Ley de Granos (1848) y las Leyes de Navegación de 1849”. Recordemos que la liberación de la Ley de Granos (vieja consigna de David Ricardo entre otros) pudo abaratar los costos de su mano de obra importando en principio cereales de Polonia (y luego de Australia, Argentina etc.), permitiéndole sostener la tasa de inversión capitalista de la burguesía manufacturera inglesa. Esta política, como dicen los autores arriba citados atrajo, a gran parte del mundo a su orbita comercial.
Ahora ¿cuáles eran las reglas del mundo comercial que orbitaba bajo el poder británico? Allí LMM, acepta y reivindica que Argentina, como en su amado y añorado siglo XIX, debe ocuparse de servir con materias primas al mundo, importando todo lo demás. ¿Cuál es la base ideológica de este planteo? Sin duda, la teoría de las ventajas comparativas anunciada por David Ricardo en su “Principios de Economía Política y Tributación” de 1817. Muy estilizadamente, como nos explican Crovetto-Zeolla (2018) en “La crítica a la teoría clásica de las ventajas comparativas y los orígenes del pensamiento propio. Un análisis de las raíces del estructuralismo latinoamericano”. La ciencia económica en América latina nace de la Revolución Industrial y de la nueva división internacional del trabajo. En este marco, sobre Ricardo nos dicen que “el patrón de especialización siempre quedara definido por el producto en el cual exista una diferencia máxima de productividades relativas entre el mercado mundial y la economía local”. Es decir Crovetto-Zeolla advierten “el préstamo cultural” y sus consecuencias.
En síntesis ayer estábamos condenados a producir carne y hoy a soja, combustible, litio, etc. LMM, está dispuesto a pagar “el préstamo cultural” por lo tanto, como una mancha destructiva arrasa con todo lo que pretenda romper ese “legado cultural”. No es casualidad su admiración por Thatcher.
Esta imposición colonial debe ser combatida. Desde el fondo de la historia, Manuel Belgrano nos decía que no eran incompatibles “fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio”. En la actualidad, esta resistencia cultural puede comenzar a nutrirse con el documento de la CGT de Abril de 2024, como del documento “La Patria no se vende. El Pacto es con el Pueblo”, aprobado por más de 35.000 bonaerenses a instancias del Gobernador Axel Kicillof en Florencia Varela el 18 de mayo.
Así que en la calle y en las ideas confrontemos con LMM, toda otra cosa es resignarse a ser Colonia.