“¿Por qué muchos de los ministros siguen teniendo su dinero fuera de Argentina?” quiso saber el periodista del español diario El País en conversación con el canciller argentino Jorge Faurie. Al tanto de que allegados, parientes y funcionarios del presidente Mauricio Macri blanquearon este año decenas de millones de dólares, el reportero Carlos Cué indagó al canciller en busca de alguna justificación. La pregunta tomó a Faurie por sorpresa, quien atinó a contestar: “No creo que ningún inversor de los grandes fondos, que tienen su plata en cualquier lugar, esté preocupado por eso. Hay grandes fortunas europeas que están en otros países por temas fiscales”. Lo que siguió fue un ping pong descabellado:
Carlos Cué: Los empresarios sí, pero no los ministros, canciller.
Jorge Faurie: No, no, también los ministros.
Carlos Cué: No canciller, eso no se acepta en Europa.
El papelón se produjo en el marco de una entrevista que el ministro brindó en su “espectacular despacho acristalado”, donde además de este traspié Faurie definió a los argentinos como “hijos de Europa”, o más precisamente de la madre patria, España. Además celebró el cambio en el eje de la política exterior que ahora es “la inserción de Argentina en el mundo” ya que “con los Kirchner no estábamos en el mundo, éramos erráticos” y que se vivía en un “pasado de confrontación con mucha connotación ideológica”. También opinó sobre el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, al que calificó de dictadura, sin considerar los resultados de las elecciones regionales, en las que el oficialismo ganó en 17 estados y la oposición cinco.
El canciller ponderó el hecho de que hordas de argentinos se dirijan a Chile, Paraguay y Miami a hacer sus compras como algo que “no es deseable”. Habló de un proceso de “reformas estructurales” entre las que aseguró que se encuentra la reducción de “los costos de producción”, entre ellos, los salarios –“tenemos un componente alto-, y de paso, los sindicatos –“Hay 3 mil en Argentina”. En cuanto a las precisiones sobre cuándo y cómo llegará la tan mentada lluvia de inversiones, Faurie respondió con buenos augurios: “Es el momento de los inversores para venir”.
Ante la pregunta del periodista español de si considera a Milagro Sala –quien continúa encarcelada a pesar de la cautelar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que alerta sobre el riesgo que corre su vida al permanecer en el penal Alto Comedero en Jujuy-, el Canciller respondió desacreditando a la CIDH, a pesar de que incluso el mismo Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, reconoció públicamente la obligatoriedad de la medida. La CIDH “es un órgano que hace recomendaciones. No es un órgano de juzgamiento como la Corte Interamericana”, indicó Faurie.