Ni el anuncio del vocero presidencial sobre el arribo a un acuerdo con los rectores de las universidades nacionales logró evitar que la oposición saliera a marcarle la cancha al Gobierno por el presupuesto universitario.
En una sesión tensa, marcada por las acusaciones de traición entre el radicalismo y el PRO, la oposición logró emplazar las comisiones de Presupuesto y Educación para dictaminar un proyecto de financiamiento universitario. Fue gracias a un acuerdo entre la UCR, Unión por la Patria, la Coalición Cívica y Hacemos Coalición Federal (HCF) que se logró llevar a la Cámara de Diputados no solo la demanda por las partidas para las universidades, sino la prórroga del Fonid: un tema que el Gobierno ha buscado sepultar desde hace meses. Minutos después, Javier Milei advertía que iba a vetar todos los proyectos del Congreso que "rompan el equilibrio fiscal". Lo hizo en el cierre del Congreso Anual del IAEF.
El oficialismo, que buscó desactivar la sesión hasta último momento, sí logro evitar que le aprobaran sobre tablas un proyecto que proponía ajustar mensualmente por IPC las partidas destinadas a las universidades. No estaban los dos tercios para aprobarlo, pero el jueves la oposición buscará dictaminar la iniciativa y llevarla al recinto en junio. En el peronismo sacaban pecho: la oposición había logrado sumar unas 152 voluntades para emplazar las comisiones y podría volver a sumar el mismo número para otras iniciativas en el futuro. En La Libertad Avanza y el PRO, mientras tanto, rumiaban bronca y apuntaban los cañones contra Rodrigo de Loredo, impulsor de la sesión. "Rodrigo está muerto", deslizó, furioso, un importante dirigente del PRO.
Interna radical
El radicalismo amaneció inquieto. La tarde anterior, Martín Menem había convocado a un plenario de comisiones de Presupuesto y Educación para tratar los proyectos de financiamiento universitario: el objetivo era desactivar la sesión convocada por la UCR que tenía como objetivo forzar esa convocatoria (ya que no contaban con los dos tercios para aprobar los proyectos sobre tablas). Apenas se supo de la citación del plenario, sin embargo, UxP jugó rápido y anunció en sus redes que daría quórum para la sesión. La UCR había quedado expuesta: no podía no dar quórum —de nuevo— a una sesión por temas educativos que, encima, había convocado. Pero fue el anuncio de Manuel Adorni de que habría un incremento del 270 por ciento en los gastos de financiamiento de las 60 universidades nacionales lo que terminó desatando la crisis interna radical.
Rodrigo de Loredo no quería dar de baja la sesión. El argumento era que no confiaba en que el gobierno nacional fuese a concretar ese aumento presupuestario. "La resolución del aumento de fondos no está y no sabemos si se va a materializar", explicaban en su entorno. Los diputados de Evolución, sin embargo, le recriminaban que avanzar con la sesión echaría por tierra el acuerdo que los rectores habían alcanzado con el Gobierno. Y, por lo bajo, agregaban: "Está buscando exponer a Yacobitti por lo de los fondos de la UBA". Era una pelea interna entre De Loredo/Alfredo Cornejo y Emiliano Yacobitti/Martín Lousteau.
Pese a las objeciones internas, De Loredo logró convencer a casi todo el bloque de bajar a la sesión. Allí los esperaban los diputados de UxP y la izquierda. HCF, mientras tanto, manifestaba su irritación: De Loredo nunca se había molestado en convocarlos para conseguir el quórum y se quejaban de "tener que seguirle el juego a la interna radical". Todos, menos Miguel Angel Pichetto (que estaba furioso con De Loredo), terminaron dando quórum, sin embargo: ninguno quería quedar expuesto. Agustín Domingo (Juntos Somos Río Negro) y Osvaldo Llancafilo (Movimiento Popular Neuquino) también participarían de la sesión, junto a la Coalición Cívica. En cambio, Innovación Federal (IF), La Libertad Avanza y el PRO no bajaron al recinto hasta que, con un quórum de 138 presentes, la sesión comenzó.
Desconfianza y mayoría opositora
Fue una sesión extensa, atravesada por discusiones reglamentarias y cuestiones de privilegio que los diputados se iban tirando mutuamente por la cabeza. Los libertarios — que no suelen tener mucho protagonismo en el recinto— defendieron las declaraciones que Javier Milei había esbozado en España contra Pedro Sánchez y su esposa. Cecilia Moreau (UxP), mientras tanto, pidió un apartamiento de reglamento para repudiar los dichos del secretario de Culto, Francisco Sánchez, quien se había manifestado en contra del divorcio, el matrimonio igualitario y la interrupción voluntaria del embarazo. No llegó, sin embargo, a los tres cuartos del recinto necesarios: hubo 140 votos afirmativos y 71 negativos. El PRO —todos excepto Silvia Lospennato y María Eugenia Vidal—, LLA, Oscar Agost Carreño (HCF), Nicolás Massot (HCF) y el radical Francisco Monti salieron en defensa de Sánchez.
Hubo, además, un pedido de apartamiento de reglamento de Lospennato contra el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, procesado por abuso sexual. Aunque tampoco llegó a los tres cuartos para su aprobación.
Mientras todo esto sucedía, los alfiles de la UCR, UxP, HCF y la izquierda iban moviéndose de una banca a la otra. Germán Martínez conversaba con De Loredo, Blanca Osuna y Paula Penacca (UxP) discutían con Nicolás Massot y el cordobés Ignacio García Aresca. Se sumarían a la cumbre, después, la salteña Pamela Calletti y el misionero Carlos Fernández (IF). El objetivo era definir la forma final que tendrían las mociones para emplazar las comisiones de Presupuesto y Educación para tratar el financiamiento universitario, por un lado, y el FONID, por otro. No era sencillo: UxP quería que votaran las dos al mismo tiempo, de modo de garantizarse que se aprobaría también el tratamiento del FONID, mientras que el PRO buscaba negociar con la UCR para separar los temas y dejar solo al peronismo con el FONID.
Finalmente se definió incluir los dos emplazamientos en una sola moción (es decir, predominó el acuerdo UCR-UxP): el jueves a las 14 se reuniría el plenario de comisiones para emitir dictamen del proyecto que busca actualizar mensualmente por inflación las partidas destinadas a las universidades; el jueves en el mismo horario se debatiría la prórroga del FONID y el martes 28 se dictaminaría. Esta moción fue aprobada por 152 votos a favor y 82 en contra. Minutos antes, sin embargo, se había rechazado el intento opositor de tratar los proyectos sobre tablas debido a la oposición de HCF.
En el PRO echaban chispas. Alejandro Finocchiaro, titular de la comisión de Educación, acusó públicamente a De Loredo de haber faltado a su palabra: "Quién sabe qué culpas tiene que lavar De Loredo para habernos metido en esto", le asestó. A lo que el radical le respondió que había sido un ministro de Educación "de bajo nivel". El vínculo UCR-PRO estaba detonado.