La Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt) publicó un comunicado para desmentir las declaraciones que el presidente del Conicet, Daniel Salamone, realizó en una entrevista reciente donde dijo: “El funcionamiento y el presupuesto del organismo están garantizados, los científicos pueden dormir tranquilos”. Esta, en principio, podría leerse como una buena noticia, más aún si se tiene en cuenta que desde el oficialismo libertario habían amagado con privatizar o incluso cerrarlo. No obstante, las autoridades científicas agrupadas en la Red manifestaron que, en contraposición a lo enunciado por el veterinario, “la ciencia está atravesando la peor situación del ciclo democrático”.
Mediante una carta, desde Raicyt aprovecharon para visibilizar la situación y advirtieron una serie de puntos para exhibir la cara oculta que el titular del Conicet no muestra. Destacaron, en este sentido, que la “inflación interanual ha licuado los montos transferidos a Centros e Institutos de Investigación”. Un aspecto que amenaza el presente y el futuro inmediato de su funcionamiento. De hecho, muchos científicos han enfatizado en reiteradas ocasiones que, de no modificarse la situación, en poco tiempo será imposible afrontar el pago de servicios básicos como luz, gas y seguridad. Algo similar a lo que sucedía en 2018 durante la gestión macrista, cuando el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación se degradó en Secretaría.
“Llama la atención lo que dice Salamone porque lo que se está viviendo en el sistema científico es otra realidad, muy alejada de la tranquilidad necesaria para hacer investigación”, dice Jorge Geffner, inmunólogo del Conicet y referente de Raicyt, a Página 12. Valeria Levi, otra de las líderes del espacio y vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, sostiene en la misma línea: “Lo de Salamone provoca profunda indignación en toda la comunidad. Evidentemente fue la forma deshonesta que tuvo para minimizar las críticas realizadas. Es sorprendente cómo se falta a la verdad de forma desvergonzada, ya que la mayoría de los datos que expone son falsos. Nos dice que tenemos que dormir tranquilos como si fuéramos bebés y no científicos”.
Despedidos y fuga
Por otra parte, en el texto aseguran que “se ha despedido un número muy importante de empleados administrativos”, que desempeñaban una función esencial en el Conicet. Si la ciencia en Argentina --y en el mundo-- avanza es también gracias a las personas que realizan tareas vinculadas a la burocracia que el propio sistema impone. Al haber menos personal, los trámites vinculados a las investigaciones no serán más ágiles como se pretende --bajo la bandera de crear las condiciones para un Estado “más eficaz”-- sino todo lo contrario. Asimismo, además de los trabajadores que ya fueron dados de baja, hay aproximadamente 1200 más, cuya vigencia del vínculo laboral podría culminar el 30 de junio. En efecto, la precarización continúa acentuándose.
Los científicos también reclaman por un aspecto de suma importancia que el presidente del Conicet pasa por alto y se vincula con las becas doctorales. El número se redujo de 1300 a 600 y esto, como resultado, afecta a la formación de recursos humanos. Al quitar posibilidades de formación e investigación a los futuros doctores, se alienta, de manera subyacente y como sucedió en otros contextos, a una nueva fuga de cerebros. Lo que aún significa más, los ingresos a la Carrera del Investigador y al Personal de Apoyo están “paralizados”.
Geffner plantea: “Los doctorandos constituyen la usina del conocimiento. Si la convocatoria era para 1300 becas en Conicet, solo se dieron 600. Un recorte de más del 50 por ciento. Los sueldos han perdido entre un 25 y un 30 por ciento de poder adquisitivo; es sustancial si tenemos en cuenta que ya partíamos de salarios bajos. A los administrativos que quedan, se les renueva cada tres meses. Es una situación muy compleja para los trabajadores y también para el sistema”. Y remata: “Si se suman todas las variables es fácil advertir que se está pasando una situación muy complicada. El escenario es muy distinto del que dice Salamone”.
Así, con la inflación acumulada (280 por ciento interanual), la concreción de los proyectos de investigación y los objetivos a mediano y largo plazo quedan en un limbo, en la medida en que actividades como realizar experimentos, por ejemplo, cada vez son más difíciles de concretar.
Presupuestos y pre-supuestos
También desmienten los datos que Salamone brindó en relación al presupuesto ejecutado por el organismo. “Los 450.745 millones de pesos (datos suministrados por el presidente del Conicet) no se condicen en absoluto con el presupuesto que figura en la web oficial, no alcanzando la mitad de esa cifra (214.821 millones)”. Y, al respecto, también aprovechan para mencionar una situación similar que se reporta en la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología que, en la actualidad, ejecutó menos del 2 por ciento del presupuesto asignado.
En la entrevista con Infobae, Salamone dijo que “el Conicet tiene mucho para dar a la sociedad” y aseguró “que no es cierto que lo vamos a desfinanciar”. Bajo esta premisa, garantizó el pago de sueldos, paritarias e insumos para los proyectos. Hacia el final, el titular del organismo completó: “Desde el año 2000 hasta hoy, Argentina triplicó su número de científicos. Y esto es, en parte, una buena noticia, realmente había que renovarse ya que la población de científicos estaba muy envejecida. Sin embargo, en los últimos años se incrementó el número de investigadores pero no la producción científica”. Ante este dato, el bioinformático Rodrigo Quiroga recurrió a cifras para desmontarlo: "Si en 2001, las publicaciones en revistas académicas eran 5800, en 2021 esa cifra alcanzó las 17.400", de acuerdo a los datos elaborados por Scimago Journal Rank.
Desde ATE Conicet se plegaron al reclamo que realizan los científicos agrupados en Raicyt y sintetizaron a través de sus redes sociales: “El presidente del Conicet omite los 140 despidos, la reducción de un 40 por ciento de las becas, la situación de 1000 investigadores y técnicos que no fueron dados de alta, la parálisis en el financiamiento de proyectos”. También advirtieron la posible “finalización de 1200 contratos el 30/6”, con el hashtag Andate a dormir vos.