Hace tiempo que encontrarse colectivamente en una sala de cine dejó de ser un acto cotidiano. Si en muchos casos se convirtió en una rareza, fuera de los grandes centros urbanos pasó a ser un privilegio. Donde las salas escasean cada vez más, los festivales de cine, en este escenario, son mucho más que un espacio de difusión y competencia: aseguran el acceso a la cultura ahí donde el Estado no llega directamente. Para el Festival Internacional de Cine de El Palomar (EPA CINE) éste es un principio ineludible. Ante un contexto crítico, sin apoyo del INCAA ni de ningún organismo estatal, confirmó su séptima edición en junio, y este fin de semana realizará una función especial para recaudar fondos y abrazar la propuesta junto a sus históricos espectadores.
Una pequeña multitud
Abrirá la temporada de festival el evento de este domingo 26 a las 18 horas, en el Cine Teatro Helios de El Palomar, sede histórica del festival y parte de la organización desde sus inicios. En ella, se presentará el clásico de Henri-Georges Clouzot “Las diabólicas”, con una entrada a 2000 pesos que será destinada íntegramente a financiar el festival.
“La función tiene el objetivo de permitirnos llevar a cabo la edición un poco mejor, como la deseamos desde el staff. También, queremos juntarnos con nuestra comunidad en la que históricamente fue la fecha del EPA”, explica el director del festival, Eduardo Marún, sobre este evento que adelanta una edición atípica, hecha a pulmón y abierta como espacio de resistencia cultural.
Desde su primera edición en 2016, el EPA lleva programadas 155 funciones en el oeste del conurbano bonaerense, que recibieron a más de 7500 espectadores. En el marco del festival, se estrenaron 129 cortometrajes nacionales, 38 largometrajes y un centenar de películas internacionales que, de otro modo, no hubieran tenido pantalla en el reducido y cerrado circuito de exhibición nacional.
“Desde el primer festival lo que nos interesaba era descentralizar la difusión cinematográfica, poder romper con el circuito que prima en CABA”, afirma Marún, que junto con un grupo de egresados de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y el Cine Teatro Helios buscaron que “la experiencia cinematográfica se dé en nuestro territorio”.
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) apoyó al EPA desde su segunda edición, generando las condiciones presupuestarias mínimas para que el festival se convirtiera en lo que es hoy: un faro cultural en Zona Oeste con identidad propia. Sus secciones especiales, sus tradicionales proyecciones con música en vivo, sus rescates en fílmico y sus focos, acompañan hace años a los vecinos de la provincia que se acercan a El Palomar para compartir cine en comunidad. Sin embargo, en marzo de este año el organismo a cargo de Carlos Luis Pirovano suspendió todo apoyo económico a festivales nacionales, dejando al EPA, y a toda una serie de propuestas bonaerenses, sin financiamiento, a merced de sus condiciones particulares y frente a la difícil decisión de interrumpir su actividad o seguir adelante recortando todo aquello que a lo largo de los años permitió brindar un festival de calidad.
Esta edición
“Fue una producción muy difícil. En este contexto tan particular todo se hace cuesta arriba. Pero entendemos que hoy, más que nunca, es necesario seguir generando comunidad a través de estos encuentros en la sala de cine, para poder proyectar películas a las que de otra manera no se podría acceder. Entonces, a partir de la urgencia, redoblamos esfuerzos, pusimos todos los ahorros que teníamos, y decidimos sacar esta edición adelante”, cuenta Marún sobre la séptima edición del EPA que celebra sus ocho años de historia como una victoria, en un contexto en el que resulta difícil pensar en más. “En esta situación no es posible proyectar a futuro. Nos fueron quedando ahorros de ediciones tras ediciones. Es un ahorro mínimo, pero es un ahorro, y todo eso se va a gastar en la séptima edición. El año que viene no van a estar. Sin ahorros, sin apoyo del INCAA ni de la provincia, es realmente inviable mantener el festival”, agrega.
A pesar de la situación crítica que enfrenta el EPA, sus realizadores confían en la construcción colectiva, en el reconocimiento que ganó el festival en la región y en el apoyo de sus espectadores. Luego de la proyección especial de este domingo, con la que esperan fortalecer su presupuesto y reforzar su vínculo con la comunidad, se prepararán para una séptima edición que, según adelanta Marún, buscará mantener a fuerza de gestión cultural el estándar de calidad que caracterizó al festival durante sus ocho años de trayectoria. “Del miércoles 19 al domingo 23 de junio, vamos a programar más películas. Se mantendrán las secciones históricas, habrá funciones con música en vivo, vamos a pasar películas en fílmico como el año pasado, tendremos la sección trasnoche, estamos armando un foco de cine mexicano, y habrá películas internacionales y nacionales de actualidad”, concluye el director del festival.
Las entradas para este domingo pueden comprarse online o en la boletería del Cine Teatro Helios, ubicado en el Boulevard San Martín al 3076, El Palomar. Esta función, que cuenta con el apoyo del Institut Francais d’Argentine, ofrecerá además el espacio “EPA Amigxs”, una feria de libros, editores y revistas de cine con publicaciones temáticas afines. La programación completa de la séptima edición del EPA se dará a conocer en las redes sociales del festival (@festivalepacine).