“Ganar el Superclásico es ganar un título”. Con esa premisa, definida por muchos de los que protagonizaron este duelo estelar del fútbol argentino, se suele esperar el partido más trascendente. River y Boca vivirán el encuentro número 209 en torneos locales, donde el segundo lidera 76-68, con 64 igualdades. El que se jugará hoy en el estadio Monumental, sólo con público local, también será diferente a todos los demás. Boca arriba con el poder de encontrarse en la cima de la tabla, con puntaje perfecto, y con un juego consolidado. Del otro lado, River buscará quitarse de encima el dolor que le provocó la eliminación sorpresiva de la Copa Libertadores, y sólo el valor del triunfo le puede cerrar esa herida.
Con la victoria, y con la defensa del título en la Copa Argentina, River podría cerrar el año con un ánimo mejor, teniendo en cuenta que el mes próximo pude ocurrir la despedida de su entrenador, Marcelo Gallardo. Bajo el exitoso ciclo del ex volante, River se acostumbró a ganar en el plano internacional, algo que siempre estaba pendiente. Como el club también padecerá su partida, si finalmente se concreta, sólo la victoria puede servir para atenuar ese descenlace.
Al mismo tiempo, River necesita empezar a descontar la diferencia de nueve unidades que le lleva el líder, y como este será el único -no habrá fecha de clásicos- enfrentamiento de la temporada, tiene la gran oportunidad para poder hacerlo.
Los problemas físicos de algunos jugadores generan incertidumbre sobre la formación que presentará el local, y el técnico estará atento principalmente a la respuesta anímica de los futbolistas, luego de lo que ocurrió el martes último en el estadio de Lanús.
Del otro lado, Boca viene de festejar el título en el campeonato anterior, y mantiene una notable particularidad: hace un año que es el puntero del fútbol argentino. En noviembre de 2017, cuando derrotó 4-2 a River en Núñez, con una gran actuación de Carlos Tevez, autor de dos goles, el equipo de Guillermo Barros Schelotto se subió a lo más alto y nunca más dejó esa condición, ya que luego de la nueva estrella comenzó ganando en la actual Superliga.
A diferencia de su adversario, el plantel está confirmado desde hace varios días. El único gran ausente que tendrá será su capitán, Fernando Gago, que recién podrá volver a jugar en marzo del año que viene. Su reemplazante viene siendo el uruguayo Nahitán Nández.
Con la tranquilidad del campeonato, el gran objetivo de Boca vuelve a ser la Copa Libertadores, para la cual tiene su lugar asegurado en la edición del año próximo. Pero sin duda, el impulso que le puede imprimir un festejo en la cancha de su máximo rival, lo perfilaría como el candidato principal a repetir el título.
El goleador Darío Benedetto será otro de los enfocados. El ex América de México pretende romper su sequía frente a River, al que todavía no le pudo convertir con la camiseta de Boca. Junto a su compañero de ataque, Cristian Pavón, citados por el conductor de la Selección Argentina, son la fórmula con la que Boca puede encontrar el éxito.
Si bien no significará un nuevo título para ninguno, el festejo en este enfrentamiento es lo más parecido a ello. Los dos más colosos irán en busca de ese trofeo.