Los ojos de Javier Milei desbordan felicidad. Camina eufórico sobre el escenario del Luna Park y agita sus brazos sin creer lo que está viviendo. Aquel joven economista, en el que no confiaban ni sus padres, atraviesa una realidad onírica: es presidente de la Nación, los diarios del mundo hablan de sus escándalos internacionales y desfila como una estrella de rock en el mítico estadio porteño. Ni el aumento de la pobreza, el derrumbe de la actividad económica, la suba del dólar paralelo o el aumento de la conflictividad social en Misiones le van a empañar su noche. Está a punto de cumplir el sueño de presentar su último libro con un show musical ante miles de fanáticos.
Primer acto
La performance presidencial comenzó pasadas las 21 horas. Milei hizo su ingreso por el sector del campo, mezclado entre el público y a los abrazos con los militantes que lo reverenciaban. Subió al escenario, saludó a la banda del diputado "Bertie" Benegas Lynch y buscó en la tribuna al ministro de Economía, Luis Caputo, para estrecharle su mano. Acto seguido agarró el micrófono y admitió que todo se trataba de un capricho personal. “Estimados, quise hacer esto porque quería cantar. Todas las veces entré y lo canté a capela. Ahora lo quiero hacer con músicos”, reconoció y se entregó al show. Exultante, saltó, gritó y desafinó Panic Show de La Renga.
Desde la primera fila —orgullosos— lo aplaudieron sus padres, Norberto Horacio Milei y Alicia Luján Lucich. También lo arengó su Gabinete, aunque no todo. Para sorpresa de muchos, no estuvo presente el Jefe de Ministros, Nicolás Posse, acusado de ser el principal responsable de la falta de eficacia de la gestión libertaria. Los diputados del PRO Diego Santilli y Cristian Ritondo, en cambio, tuvieron un reconocimiento especial. Fueron invitados por su ferviente "colaboración" en el Congreso para aprobar la Ley Bases.
Segundo acto
Finalizado el show musical, comenzó un monólogo de Milei. Le agradeció a los presentes, anunció que estaban celebrando "la fiesta de la libertad" y lanzó la primera chicana política. “Como uno no quiere ser ingrato hay que darle las gracias al de la feria del libro (Alejandro Vaccaro), que con el boicot nos regaló está fiesta", dijo en relación a la disputa que tuvo con la Fundación del Libro. "Gracias kirchneristas", remató.
En los highlights de la noche entraron Cristina Fernández de Kirchner y Pedro Sánchez. Al canto de "Cristina se va presa, Cristina se va presa", la militancia pidió el encarcelamiento de la expresidenta. El libertario no lo dejó pasar y tuvo un intercambio con la tribuna. "Les puedo asegurar que los acompañaría cantando, pero violaría la independencia de los poderes", expresó y preguntó con sorna: "¿No les parece que ya tengo demasiados quilombos?". El mensaje despertó las carcajadas de Bullrich y Luis Petri.
Segundos después llegaron los ataques al mandatario español. Desde la platea bajó una catarata de insultos a Sánchez y Milei los retrucó: “Che, paren que (Diana) Mondino me va a pedir horas extras”.
Tras las chicanas, agravios y bromas, Milei dio paso a la presentación de su último libro, Capitalismo, Socialismo y la trampa neoclásica. Ahí desplegó su clásico discurso anticasta. “El problema no es la gente, el problema son los políticos”, enunció y defendió el libre mercado al extremo. "El único monopolio malo es cuando el monarca o el señor feudal le daba a una empresa la potestad para hacer la única que vendiera un producto en ese lugar y si alguien violaba eso le caía con el Estado encima. El problema es malo cuando el Estado está en el medio. Por lo tanto, el problema sigue siendo el maldito Estado”, manifestó. En otro tramo, y con la misma vehemencia, aprovechó para fustigar a quienes defienden el aborto legal, seguro y gratuito: "Es una agenda que tiene más de tres mil años y es una agenda totalmente asesina". Desde las butacas, aclamaron cada intervención.
La fiesta libertaria
A las inmediaciones del Luna Park se acercaron miles de personas, de todas las edades, seducidos por la épica de la motosierra. Sobre las veredas, trabajadores de la economía popular vendían remeras con la estampa “lágrimas de zurdos” a 8.000 pesos, gorras con ilustraciones de un león a 6.000, caretas con la cara de Milei a 1.000 y hasta los patitos amarillos que se pusieron de moda en los últimos días, pero con un distintivo: una peluca mileista. Esos costaban 2.000.
Las entradas gratuitas para el evento se agotaron en unos minutos. Cientos de personas se agolparon por la tarde en la Plaza Roma para obtener su ticket. Sobre ese amontonamiento, militantes de La Libertad Avanza buscaron sumar afiliados al partido. En gran medida, los que pusieron sus firmas fueron jóvenes que confían en que el programa de ajuste traerá prosperidad económica. "Nos desvolvió la esperanza", expresaban.
El estadio también estuvo rodeado por un megaoperativo de la Policía Federal, que incluyó agentes de infantería, policía montada y motorizada. Y si bien el Presidente aseguró que el evento "no le costó un centavo" al Estado, el gran despliegue de efectivos se financió con las arcas públicas. Además, aún no quedó claro cuánto salió y quién pagará la fiesta libertaria. Por el momento, el Gobierno solo informó que el alquiler del estadio —estimado en 10.000.000 de pesos— lo abonó una empresa a la que la editorial Planeta le transferirá las regalías del libro Capitalismo, Socialismo y la trampa neoclásica.
En el show no estuvo ausente la interna libertaria. A la llamativa ausencia de Nicolás Posse se le sumaron los carteles y pasacalles que aparecieron por la mañana, resaltando la figura de Karina Milei. Según Adorni, cuando “El Jefe” llegó y se dio cuenta de la situación (luego de su gran enojo) dio la orden de retirarlos inmediatamente”. “El evento de hoy es sobre Javier Milei y la presentación de su libro, nada más”, escribió en X para dejar en claro que nada ni nadie iba a eclipsarlo.
Tercer acto y cierre
El último segmento del show, consistió en una charla que mantuvieron Milei, Adorni y el diputado José Luis Espert en un living ambientado con luces bajas y sillones blancos. En la conversación, el mandatario sostuvo que apunta a convertir a la Argentina en "el país con mayor libertad económica en el mundo". Destacó que la ley Bases está trabada en el Congreso —"la estamos peleando", afirmó— y prometió impulsar, junto a su asesor Federico Sturzenegger, "3 mil reformas más”. Para concluir, el mandatario calificó al socialismo como la "economía de los fracasados" y justificó su aventura política: "Si no nos metemos en el barro de la política esto no funciona. Si no nos metemos en el barro, los zurdos nos llevan puestos".
Entre charla y charla, algunos asistentes ya habían comenzado a irse. La noche soñada de Milei estaba terminando. Como cierre, sonó "Se viene el estallido" de Bersuit Vergarabat. Un mensaje, que según el intérprete, puede ser leído como una crítica a "la casta" o una premonición del rumbo económico.