El destituido presidente catalán Carles Puigdemont afirmó hoy estar dispuesto a colaborar con la Justicia belga, un día después de que España emitiera una orden de detención internacional y europea contra él y cuatro de sus ex consejeros por su rol en el proceso independentista en Cataluña.

“Estamos preparados para cooperar plenamente con la Justicia belga con motivo de la orden de detención europea emitida por España”, tuiteó Puigdemont en flamenco desde Bruselas, a donde se trasladó el pasado lunes junto a cuatro ex consejeros de su gabinete.

Al no asistir el jueves a la citación ante la Audiencia Nacional de España, la jueza Carmen Lamela ordenó ayer la detención de todos ellos en el marco de la investigación por presuntos delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos vinculados al proceso independentista catalán. 

La Fiscalía federal belga dijo hoy que estudiará la orden y que en los próximos días la trasladará a un juez de instrucción.

Una vez designado el magistrado y los “interesados sean encontrados y llevados ante el juez”, éste tendrá 24 horas para decidir si mantiene a los cinco detenidos o si los deja en libertad provisional a la espera de que resuelva si deben ser entregados al país que los reclama. En todo caso, la entrega podría demorarse hasta 90 días, ya que el abogado belga de Puigdemont, el experto en extradiciones Paul Bekaert, anticipó que recurrirá la orden de búsqueda y captura europea.

Ocho de los nueve miembros destituidos del gobierno catalán que sí acudieron a declarar el jueves, entre ellos el ex vicepresidente Oriol Junqueras, se encuentran en prisión provisional por orden de la jueza.

Sólo Santi Vila, ex consejero de Empresa, pudo salir ayer luego tras pagar una fianza de 50.000 euros. Vila pudo beneficiarse de este recurso porque la magistrada tuvo en cuenta que dimitió antes de que el Parlamento catalán aprobase crear una república independiente. 

Aunque la situación judicial de los miembros del depuesto gobierno catalán es compleja, estos van perfilando su estrategia para participar en las elecciones regionales del próximo 21 de diciembre, convocadas por el Ejecutivo español para salir de la crisis.

El propio Puigdemont llamó ayer a los independentistas a conformar una lista de unidad para las regionales, un día después de asegurar que está dispuesto a ser candidato, incluso “desde el extranjero”, y de que el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCat), al que pertenece, abogase por una “lista de país”.

“Es el momento para que todos los demócratas se unan. Por Cataluña, por la libertad de los presos políticos y la República”, señaló en su cuenta de Twitter. En su mensaje, el político independentista insertó un enlace a una web denominada “Lista unitaria”, donde hace un llamamiento a construir “un frente electoral soberanista amplio, que vaya más allá de una coalición de partidos, con una lista cívica unitaria y transversal”. 

Más de 60.000 personas ya votaron en el sitio web a favor de una fórmula de ese tipo.

Sin embargo, el partido independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), antiguo socio de PDeCat en la coalición Junts pel Sí (Juntos por el Sí), anunció ayer estar dispuesto a integrar una lista unitaria sólo si se le reconoce un papel más relevante en la alianza y si ésta tiene un carácter más amplio que la anterior.

ERC, que figura primero en los sondeos electorales, pretende así incluir en la coalición a otras formaciones como los izquierdistas de Podem –la versión catalana de Podemos– o los anticapitalistas de Candidatura de Unidad Popular (CUP). La CUP, que también integró la coalición Junts pel Sí, debe primero decidir el próximo 12 de noviembre en la asamblea nacional del partido si participará o no en las regionales.

También ERC amenazó ayer con no acudir a las elecciones si no son liberados antes los miembros del destituido gobierno catalán, a los que consideran “presos políticos”, para que todas las opciones puedan presentarse “en igualdad de condiciones”. “No podemos ir a elecciones con los principales líderes políticos y sociales del independentismo en prisión”, dijo la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en el marco del consejo nacional de la formación.

Para presionar en ese sentido al gobierno central, la formación insinuó que el independentismo podría entorpecer el sufragio desde las instituciones municipales en las que gobierna. El Ejecutivo español intervino la autonomía de Cataluña el pasado 27 de octubre, luego de que el Parlamento catalán declarase unilateralmente la independencia de esa región española.

En consecuencia, Madrid disolvió el Parlamento y destituyó al gobierno de Puigdemont, convocando elecciones regionales para el próximo 21 de diciembre.

Tras los cortes de carreteras y manifestaciones de independentistas del viernes, este sábado sólo se esperaba una protesta, en el partido de fútbol del FC Barcelona ante el Sevilla, en el que varios grupos de aficionados anunciaron que no entrarán hasta el minuto 10 en repudio de los encarcelamientos.

En cambio, un aire de campaña electoral se apoderó de Cataluña, con umerosos actos de partidos. Albert Rivera, del partido Ciudadanos -segundo de la cámara regional-, dijo en un mitin que “el 21 de diciembre hay que ir a votar para recuperar la libertad, para que los catalanes que queremos ser españoles podamos vivir en libertad’’.

Los catalanes tendrán “la oportunidad de poner punto y final al independentismo’’, dijo de su lado Xavier García Albiol, candidato a presidente regional por el Partido Popular, que gobierna en España.

Las formaciones independentistas aceptaron participar en los comicios regionales pese a que los convocó el gobierno central del conservador Mariano Rajoy para “restaurar el orden constitucional’’, tras la proclamación de la independencia catalana que no llegó a materializarse en una ruptura con España.

El otro partido independentista, la formación de extrema izquierda de la CUP (Coordinadora de Unidad Popular) se reunió también ayer en Perpignon en el sur de Francia, para decidir si concurre a unas elecciones que tilda de “ilegítimas’’ pero en las que se inclina por participar.

La decisión ser  refrendada por los militantes, el fin de semana del 11 y el 12 de noviembre.

En su mensaje, Puigdemont prefiere hablar de frente “democrático’’ más que independentista, en un guante lanzado a la izquierda contraria a la independencia pero también a la intervención de Rajoy en el gobierno catalán, así como al encarcelamiento de parte del gobierno catalán destituido.

Esa izquierda, cuya figura de proa es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se resiste también a compartir cartel. “Sería un error pensar que ante la represión del Estado tenemos que replegarnos a posiciones independentistas’’, dijo a Catalunya Radio la portavoz de Catalunya en Comú, Elisenda Alamany.