Héroe sin capa

Mientras que el consumo de carne se desploma en el país, efecto inevitable de la crisis económica, hay restaurantes que se visten de héroes. Es el caso de Parrilla del Centenario, ubicada en la esquina de Ángel Gallardo y Camargo, frente al parque que le da nombre. “Acá antes había un lavadero de autos”, cuenta Carlos Diniro, quien, tres años atrás, reconvirtió este local en una parrilla popular.

El local tiene una planta baja pequeña (no tan atractiva) y una terraza recién techada y calefaccionada mucho más amplia, luminosa y relajada. En uno de los fondos, hay un mural de Messi con Maradona incluido en modo de caricatura; en otro, discos de vinilo pegados uno junto al otro formando una textura. Carlos tiene locales de antigüedades en el barrio, y parte de eso se nota en la vajilla que llevó a esta parrilla: cada copa será distinta, lo mismo cada plato. “Es la idea: hay vajilla argentina, alemana, inglesa”, cuenta.

Parrilla del Centenario se hace fuerte en una carta dedicada al consabido asado argentino. Mediodías de semana tiene menús como bife de costilla y papas fritas (o ensalada mixta) a $6000 con gaseosa incluida; mismo precio para milanesa napolitana; apenas $5500 para un combo similar con sándwich de bondiola.

Lo más pedido de la casa son las parrilladas: donde dice para uno, hay que leer para dos; esto se repite en cada formato. La clásica para dos (para tres) tiene asado, pollo, bondiola, chinchulín, riñón, chorizo y morcilla, todo con fritas o mixta, a $27944.

Como siempre, es mejor pedir a la carta: empanadas jugosas a $1000; un enorme y jugoso bife de chorizo de 800 gramos a $19000, doce unidades de chinchulines a $7000. La especialidad de la casa, dicen, es la entraña: de 800 gramos (al menos dos personas) sale $18544 con fritas.

De mucho hay media porción a mitad de precio; se suman bebidas de litro y medio (agua a $2500, Pepsi a $3600) y vinos como Perro Callejero a $7000. “En momentos así hay que ayudar a la gente para que pueda salir a comer afuera”, dice Carlos. De este lado, solo queda agradecerle.

Parrilla del Centenario queda en Av. Ángel Gallardo 319. Horario de atención: martes a sábados mediodía y noche; domingos solo mediodía. Instagram: @parrilladelcentenario.

Al rojo vivo

Tras dos años de abrir el local de Palermo (tiene sucursal en Nordelta), Hierro maduró para convertirse en una de las muy buenas parrillas de la ciudad, a costa de una oferta que convence a muchos: muy buena carne, precios medios para el barrio, porciones generosas y muchos agregados por fuera de lo habitual, en especial en algunas de sus guarniciones. Ubicado en pleno Palermo gastronómico, no extraña que siempre esté en los primeros puestos de los recomendados por guías como Trip Advisor.

El lugar busca imponerse: paredes de coloro gris muy oscuro (lo que lo hace algo sombrío para el día), muebles de herrería, barra de bebidas, la parrilla a la vista al fondo del local. Claramente la idea no es emular el estilo bodegón o campero de otras parrillas, sino diferenciarse con un ambiente entre elegante y contemporáneo.

El menú también deambula un camino alejado del lugar más común. Hay por ejemplo empanadas fritas de carne, pero también otras de hongos con coliflor a la parrila, pesto y mozzarella ($1950); salen langostinos al pil pil ($9700); y la provoleta de la casa suma durazno grillado, miel especiada y polvo de aceitunas negras ($8750). Las mollejas con puré de coliflor y ajos asados es una delicia ($7850).

A la hora de las carnes, la casa no falla: ojo de bife de 350 gramos a $19100 (de $750 y con hueso sale $36300), asado banderita a $18950, entraña de 500 gramos a $29650. La cocina aporta lo suyo con ravioles de cordero ahumado ($12150) o trucha patagónica ($16750). Y hay que mirar esas guarniciones que tienen: remolacha ahumada con pistacho y mascarpone ($3600), choclo especiado con manteca, sardo y sweet chili o unas zanahorias ahumadas con alemendra, jengibre y huevo poche que es un plato en sí mismo ($4750). De postre, textura de chocolate, adictivo ($6100). Vinos desde $16700 y, buen gesto, menú para chicos rondando los $5000.

No es fácil inmiscuirse con éxito en el competitivo mundo de la parrilla porteña: Hierro lo hace de la mejor manera: calidad e ideas.

Hierro Palermo queda en Costa Rica 5602. Horario de atención: todos los días de 12 a 24. Instagram: @hierro.palermo.

El bastión recoleto

Entrar a El Mirasol en la Recova es entrar a un mundo flotante, espacio donde el tiempo transcurre de otra manera, con cadencia propia. Nacido como una parrillita barrial en Boedo, fue en 1992 que esta marca abrió sucursal (luego vino la de Puerto Madero, más cerca en el tiempo la de Tortugas) sobre la calle Posadas, que marcó un salto no solo geográfico sino más aún de estilo y ambición: el salón elegante, el servicio tradicional con mozos de oficio, algunos platos que son emblema de esta casa, todo se armó para seducir turistas de los hoteles de Recoleta pero también porteños en búsqueda de una calidad tradicional que no falla.

El Mirasol tiene mucho de la típica parrilla argentina en versión recoleta. Un bastión donde siguen ofreciendo platos difíciles de conseguir (criadillas a $8000, o los ya famosos riñones a la parrilla al mismo precio), sumando además gestos poco usuales como los chinchulines de cordero ($16500). El resto va por lo conocido: rico chorizo a $5000, mollejas de corazón fileteadas a $25000, chinchulines a $8000. El capítulo de las carnes incluye como best buy el asado de tira a $7300, luego aumenta al bife de chorizo a $18000, un ojo de bife a $24000, una generosa colita de cuadril entera a $32000. Es un menú amplio, donde no hay ausentes que se noten: lomo, entraña, vacío del fino, matambrito, todo está en la carta, además de especiales como el chivito o el asado de tira ventana a $39000.

A tono con la idea de clásico, el lugar recorre varios de los sabores nacionales más cercanos: entre las entradas, jamón con melón o palmitos con salsa golf; entre las minutas, mollejas al verdeo, suprema Maryland, revuelto gramajo o la consabida tortilla de papas. Y más allá de postres como los inevitables flan casero, panqueque de manzana al rhum y zapallos en almíbar, los aplausos se lo llevan el sabayón con frutillas, servido en copa rebosante y tibia. 

Buenos vinos, algunos aspectos a mejorar (el aceite de oliva, la cristalería), pero mucho por mantener siempre idéntico a sí mismo. El Mirasol es de esos lugares que defiende su lugar en el mundo.

El Mirasol queda en Posadas 1032. Teléfono para reservas: 11-4326-7322. Horario de atención: todos los días de 12 a 24. Instagram: @elmirasolparrilla.