No hace mucho tiempo los improperios de un presidente argentino a uno español hubieran reunido un amplio consenso en los españoles. Eran tiempos donde los semblantes democráticos se cuidaban, aunque incluso se tratara de un simulacro. En esta ocasión las derechas ultraderechizadas de España, introduciendo uno que otro matiz crítico hacia el argentino, celebraban y justificaban sus dichos. Esto tiene una explicación inmediata: el resurgimiento, con nuevos ingredientes, del fascismo franquista, no solo en Vox sino también en el PP, las dos fuerzas históricas de las derechas españolas. Pero no solo las de España, todas las ultraderechas europeas que concurrieron a la reunión no ocultan su amor por sus pasados fascistas del siglo XX, aunque una gran parte de la ideología neoliberal ahora impregne sus propuestas. Por ello, escuchar decir que el león vino a "surfear sobre las lágrimas de los zurdos (rojos)" los excita. Decir que los "socialistas democráticos son comunistas disfrazados" aún más.Y que "el socialismo es un cáncer asesino responsable de 150 millones de muertos" es para ellos la felicidad definitiva que los remite al colapso de los socialismos históricos y del cual actualmente se nutren a diario.
El tema de la locura es irrelevante en este caso, lo importante es que el ultraderechista argentino ha inventado un histrionismo público que le permite afirmar sin tapujos lo que predomina en las sobremesas de las derechas actuales europeas. No se trata, en estos casos, de un delirio inconexo sino de un mensaje repetido de un modo unidireccional, que no necesita simular, como lo hacen los fascistas europeos, con una posición antiglobalización, impostada, la verdad que la misma esconde. La antiglobalización consiste en la deportación de los inmigrantes, y lo demás es pura pose. Sin duda, a medida en que se aleja la memoria de la segunda guerra mundial, un nuevo fascismo, distinto en muchos aspectos a los históricos, nos va mostrando su ascenso. El supuesto anarcocapitalismo es el disfraz que oculta que sus aliados son las oligarquías, sus enemigos los de siempre y que como ocurre en el capitalismo actual, la democracia ya no está asegurada.