¿Qué pasa en los espacios culturales de resistencia en una jornada como la de La Noche de los Museos, tan emblema de la gestión PRO? PáginaI12 se propuso ensayar una repuesta a esa pregunta y visitó el lugar que más se diferencia de la gestión Cambiemos por espíritu y razón de ser: el predio donde funcionó el Ex Centro clandestino de detención y tortura de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde de 20 a 3 hubo actividades especiales y muestras. Si bien los espacios que allí se encuentran integraron la lista oficial de los más de 240 que participaron de la jornada que anualmente organiza la cartera cultural porteña, lo que se vivió en el espacio tuvo un clima especial, en gran parte por la noticia de que las autoridades del Archivo Nacional de la Memoria censuraron una obra, y por ende una muestra, porque remitía a Santiago Maldonado.
Aunque la información ya se había hecho pública (este diario publicó ayer detalles de la censura), ningún empleado del Archivo dio precisiones sobre lo ocurrido, alegando que no había autoridades presentes para responder de forma oficial. Difícil es saber qué relación hubo entre la difusión de esa noticia y la concurrencia, aunque lo cierto es que en el Archivo (que sí tuvo otras muestras, como una instalación sobre la Conadep y algunas fotos de la muestra de Argra) pareció haber menos gente que en otros espacios del predio.
Inversamente, donde el público sobre todo se agrupó (y por momentos fue realmente mucho) fue en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, espacio que el macrismo ha maltratado y desfinanciado sistemáticamente y donde anoche, gracias a los trabajadores que lo sostienen, se concentró la mayor parte de las actividades. Desde temprano hubo música en la explanada del ingreso, y luego también charlas, espectáculos de danza y teatro y proyecciones. También se pudieron ver muestras, algunas ya inauguradas como la de Oesterheld, que se llevó buena parte de la atención, y otras que tuvieron su primer acercamiento con el público, como “Argentina Afro”, que rescata las experiencias de los descendientes esclavizados africanos en las primeras decadas del siglo XIX, y que recién se inaugurará de forma oficial la semana próxima.
“Vinimos a este espacio porque lo sentimos nuestro y hoy era un día especial para estar”, dijo un hombre a este diario en el trayecto que une a la Casa por la Identidad (manejada por Abuelas de Plaza de Mayo) con la Casa Nuestros Hijos (la que está bajo el ala de Madres), otros dos de los espacios-museos que anoche tuvieron actividad. “No sólo ocurre eso sino que también viene gente que nos cuenta que sólo en este marco se anima a entrar a la ex Esma, porque así se siente acompañada”, contó una trabajadora, que destacó la cantidad de visitantes que entre todos los espacios porteños decidieron pasar la noche en ese tan especial.