A principios de año, una nueva voz surgió con fuerza entre quienes defienden el proceso de memoria, verdad y justicia. Hijos e hijas de represores, sentenciados, acusados y procesados por haber participado del terrorismo de Estado de la última dictadura cívico militar salían al sol con una postura clara: repudiar los crímenes cometidos por sus padres, colaborar con el proceso de justicia, aportar a la memoria y construir la verdad en relación a aquellas violaciones de derechos humanos. El próximo martes darán un nuevo paso en esa dirección cuando presenten en el Congreso un proyecto de ley para reformar el Código Procesal Penal de la Nación y tener así la posibilidad de declarar contra sus padres en los juicios de lesa humanidad. Eso, hoy, no les es posible.
“Así como los Hijos comenzaron con los escraches para resistir a la impunidad que beneficiaba a los genocidas, nosotros nos vemos interpelados por una coyuntura que busca anular los juicios, barrer con todo lo construido en materia de memoria, verdad y justicia”, explicó a este diario Liliana Furió. Ella es hija de Paulino Furió, un mendocino ex jefe de Inteligencia del Ejército responsable del asesinato de Francisco “Paco” Urondo, entre otros crímenes de lesa humanidad, e integrante del colectivo Historias desobedientes y con faltas de ortografía junto a otros y otras hijos e hijas de genocidas y represores. “Somos producto de una resistencia necesaria en esta época de negacionismo”, remarcó.
Desde los fundamentos del proyecto, los y las integrantes de Historias desobedientes añaden la urgencia como una característica más al contexto, ya que si bien las causas de lesa humanidad no prescriben, “los protagonistas de los hechos están en edades muy avanzadas y es necesario que sean esclarecidos, para lograr justicia”.
El proyecto de ley que presentarán pasado mañana busca modificar el Código Procesal Penal para que les sea posible llevar a cabo esa “resistencia” y aportar de manera directa al sostenimiento de causas judiciales sobre delitos de lesa humanidad. Muchos de los integrantes de Historias desobedientes recibieron relatos sobre los delitos cometidos por sus padres de manera directa, cual confesiones. Sin embargo, la “ley penal es taxativa y tan machista y patriarcal como todo el resto de la cultura que nos rodea”, postuló Furió, en queja respecto de los artículos del Código Procesal Penal que no les permiten declarar en contra de sus padres.
Piden en el proyecto que sean modificados los artículos 178 y 242, que plantean que de no estar referidos a delitos sufridos en carne propia o por algún pariente directo, los testimonios que acusen a “cónyuges, ascendientes, descendientes –padres o hijos– o hermanos”, correrán riesgo de ser anulados. “La necesidad de esta reforma se plantea al momento que una hija, hijo o familiar de genocida, tomamos conciencia de la información que tenemos y que puede aportar al esclarecimiento de una causa, teniendo muy en cuenta la obligación ética que sentimos”, mencionan los integrantes de Historias desobedientes en el proyecto de ley.