El jefe de Sanidad del complejo Penitenciario de Batán, Juan Carlos Salas, fue detenido este jueves, en el marco de una causa en el que se lo investiga por abuso sexual: se lo acusa de entregar medicamentos a los reclusos cambio de favores sexuales.
La denuncia fue realizada por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) que conoció los hechos durante una inspección realizada en su calidad de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura y se presentó en la causa como Particular Damnificado Institucional.
Según consta en el expediente judicial, Salas quedó acusado de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual con acceso carnal. De momento, la fiscalía tiene probado, prima facie, dos episodios con idéntica metodología: el suministro de drogas o pastillas a cambio de favores sexuales. Claro está que el consentimiento de los presos estaba viciado ante la vulnerabilidad de la víctima por partida doble. No solo se trataba del jefe de sanidad sino también a la adicción a las drogas suministradas.
“Algunas declaraciones hablan de que el imputado entregaba de a 300 pastillas de rivotril o clonazepán, cuando se sabe que no hay insumos en la cárcel, y entonces la única forma de acceder a ese tipo de fármacos era si antes mantenían algún tipo de acción sexual. Además también, otro tipo de medicamento que algunos internos necesitaban por cuestiones netamente de salud”, explicó una fuente de la investigación, al medio a La Capital.
"Estos hechos podrían encuadrar en casos de torturas, tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes, para las personas que se encuentran alojadas en la unidad de Batan, requiriendo la premura y la exhaustiva investigación de las presentes", expuso la CPM en la denuncia.
Y agregó que "las presentes torturas consisten en agresiones psicofísicas y sexuales, como así también a la deficiente y abusiva atención a la salud, lo que se produce de forma violenta y abusiva sobre personas privadas de la libertad".
El operativo para detener a Salas, que estuvo a cargo de la DDI Mar del Plata, tras la autorización de la Justicia de Garantías, había sido diseñado para llevarse a cabo en la misma unidad penal. Sin embargo debió cambiarse a último momento porque al salir de su casa, el profesional no se dirigió directamente al penal. Es por eso que el radiólogo fue interceptado en la intersección de las calles Falucho y Santiago del Estero, en la ciudad balnearia. Al tiempo que, otra comisión de la DDI junto con personal de la fiscalía requisaron su gabinete en la cárcel. Allí se observó que Salas guardaba preservativos usados -en el sector de ex sala de rayos a las que tenía acceso- y hasta gel íntimo que escondía en diferentes sectores de la cárcel.
Desde la CPM hicieron un expreso pedido a la Justicia para que disponga "de medidas de urgencia e integrales", y ponga "especial atención de llevar adelante una investigación con reserva de su identidad de las personas que están privadas de su libertad con condiciones de detención agravadas en razón de su estado debilitado de salud, sufrimientos psíquicos, así como el evidente riesgo y peligro que conlleva una denuncia al personal superior de una unidad penitenciaria".