Cada vez son más las familias que piden acceso a la alimentación escolar. Este alarmante indicador alcanza para retratar la situación de quebranto que atraviesa la sociedad, que encuentra en la comunidad educativa un último sostén pese a los recortes permanentes por parte del Presidente Javier Milei.
El monto que el Gobierno nacional destinaba a los comedores escolares casi alcanzaba los 50 millones de pesos, de los cuales más del 50 por ciento eran destinados a la provincia de Buenos Aires. Este punto, de mucho peso en el territorio bonaerense, explica el acatamiento que tuvo el paro nacional docente. La comunidad educativa, incluyendo a los docentes, está preocupada por la situación de los comedores escolares, que son financiados de manera mixta entre las provincias y la Nación.
Esta es una de las razones que motorizó a los gremios docentes para llevar adelante un nuevo reclamo, que alcanzó todos los niveles del sistema educativo que son afectados de modo directo por la crisis nacional. Como consecuencia del desinterés y la falta de respuestas del Gobierno de Javier Milei en materia educativa, durante 24 horas la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y los sindicatos nucleados en la Confederación General del Trabajo (CGT) reclamaron, en primer lugar, por mejoras salariales y laborales, pero también hicieron foco en el desfinanciamiento que sufre la educación pública por las medidas económicas aplicadas por el ministro de Economía, Luis Caputo.
El Gobierno nacional se desentendió de su papel en el servicio de alimentación comunitaria, y ante esa situación, mediante el ministerio de Desarrollo de la Comunidad comandado por Andrés Larroque, el Gobierno bonaerense aumentó un 94 por ciento los montos destinados a la asistencia de los comedores escolares. El Servicio Alimentario Escolar (SAE), y el Módulo Extraordinario para la Seguridad Alimentaria (MESA), son programas que alcanzan a 2.4 millones de chicos que asisten a comedores escolares o que reciben ayuda alimentaria a diario. La inversión pasó de 27 millones de pesos a 52 millones.
La recomposición salarial de los docentes se torna urgente ante una inflación que destruye el poder adquisitivo. A nivel nacional, los gremios no mantienen una paritaria con el Gobierno desde diciembre de 2023. Los sindicatos que adhirieron al paro sostienen que los salarios docentes se encuentran tan debajo de la línea de la pobreza que, en algunos casos, rozaron la línea de la indigencia. Sin embargo, destaca desde la provincia, la postura que tomó el gobernador bonaerense Axel Kicillof generó cierto alivio entre los docentes bonaerenses.
Durante la última audiencia en el Ministerio de Capital Humano, celebrada el 6 de mayo, la ministra Sandra Pettovello prometió "respuestas concretas". Pero a partir de ahí el contacto fue nulo, y de hecho, en una conferencia de prensa simultánea al paro docente, el vocero Manuel Adorni reivindicó la postura de La Libertad Avanza cuando afirmó que "no hay previsto, al menos hasta ahora, ningún tipo de convocatoria".
Contrario a la decisión del Gobierno nacional, el Estado bonaerense tomó cartas en el asunto y, por quinto mes consecutivo, acordó un incremento en el salario docente del 7,5 por ciento a fines de la semana anterior. Según explican desde Suteba, gracias al aumento, un maestro de grado sin antigüedad que trabaje cuatro horas ganará 441 mil pesos por mes. Aquellos que extiendan su jornada a la quinta hora cobrarán 558 mil, y los maestros que realicen jornada completa percibirán a 882 mil.
De todos modos, BuenosAires/12 supo que si Javier Milei no hubiera sacado el Fondo de Incentivo Docente (FONID), un maestro sin antigüedad cobraría 500 mil pesos en vez de 441 mil. La deserción del Gobierno nacional de esta responsabilidad constitucional fue otro de los ejes centrales del paro nacional docente.
Con el objetivo reforzar el salario de los docentes de todo el país, el FONID fue creado en 1998, y desde entonces ningún presidente había incumplido su pago. Mediante un DNU, Milei suspendió los 276 mil millones de pesos del Fondo que correspondían al presupuesto prorrogado del año anterior, y esto impactó de lleno en los más de 350 mil trabajadores y trabajadoras de la educación bonaerenses, ya que FONID representa el 10 por ciento de sus salarios.
El sistema educativo de la provincia de Buenos Aires es el segundo más importante de Latinoamérica, después de la ciudad de San Pablo, Brasil, ya que cobija a más de 5 millones 200 mil alumnos y alumnas en 20 mil escuelas. En enero, ante el abandono libertario, el Gobierno de la Provincia desembolsó 8.300 millones de pesos correspondiente al FONID, además de 6.200 millones ligados a otros componentes de la educación. En total, la gestión Kicillof pagó 14.500 millones de pesos para que los docentes perciban la totalidad de su salario.
Si bien el Estado provincial depositó los montos correspondientes al FONID durante el primer mes del año, no pudo hacerle frente a esa demanda durante los meses siguientes. El director general de Cultura y Educación, Alberto Sileoni, reclamó de manera oficial al secretario de Educación nacional, Carlos Horacio Torrendell, por los fondos adeudados, que también se extienden a diversos programas educativos. Los gremios advirtieron que está situación no se vivió con gobiernos anteriores, ya que durante las gestiones de Alberto Fernández o Mauricio Macri, los debates se daban en torno a cuánto se debía aumentar el FONID, y se daban en el marco de la paritaria nacional, otra de las instituciones eliminadas por la gestión Milei.
La paralización de la obra pública también impactó en las escuelas. De hecho, la Defensoría del Pueblo bonaerense denunció que el Gobierno nacional suspendió, entre otras cosas, el Plan Obras destinado a la construcción de escuelas y jardines que se ejecutaba de manera tripartita entre Nación, Provincia y Municipios, además de que frenó la ejecución de las construcciones que estaban en marcha. Según pudo saber este diario, son 80 las escuelas que quedaron a medio hacer en territorio bonaerense.
Al igual que ocurrió con las universidades, que también se adhirieron al paro mediante sus gremios, el Gobierno bonaerense intentó seguir con aquellas obras que creía estratégicas, pero según destacó el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, el Estado nacional ni siquiera transfirió esa potestad. No las quieren hacer, pero tampoco quieren que las hagan las provincias.
El sistema educativo, además, sufrió el recorte en la entrega de libros. Como el presupuesto fue prorrogado, el Gobierno nacional tenía previsto la compra de 14 millones de libros escolares para alumnos de primaria, secundaria y jardines de infantes de todo el país, enmarcados en el plan "Libros para aprender". Durante la gestión nacional del Frente de Todos, la provincia de Buenos Aires recibió 8 millones de libros que fueron entregados directamente a los estudiantes. Si bien la ministra Pettovello invitó a las provincias a que compraran los libros por su cuenta y hasta mencionó un hipotético reembolso, Sileoni dijo que el Gobierno bonaerense "no tiene expectativas de que ello ocurra".
Hace un mes, el Gobierno nacional confirmó que el número de trabajadores estatales despedidos ascendía a 15 mil. Muchos de esos trabajadores estaban ligados a la educación, a su robustecimiento, a la capacitación, la formación continúa, y el servicio.
La situación de los jubilados nacionales también fue parte de los reclamos de los gremios que se adhirieron al paro nacional plantearon no sólo el aumento de manera urgente a los docentes jubilados, sino que no se traspasen las cajas provinciales a la Nación, y que tampoco se modifiquen los regímenes jubilatorios docentes nacionales y provinciales. En el caso de la provincia de Buenos Aires, durante gobiernos como el de Macri y María Eugenia Vidal, las autoridades intentaron meter mano en el Instituto de Previsión Social (IPS).
El sistema educativo fue una de las grandes deudas de la gestión provincial de María Eugenia Vidal. El propio Kicillof, días atrás, recordó que "las escuelas se cerraban, volaban por los aires y se caían a pedazos". En diciembre de 2015, Alejandro Finocchiaro fue designado como director general de Cultura y Educación bonaerense y anuló las paritarias docentes durante dos años. En 2017, Macri lo designó como ministro de Educación de la Nación, y su primera gran medida fue dar de baja el plan que permitía que miles de docentes de todo el país accedieran a un posgrado gratuito a través de cursadas de capacitación en línea.
También eliminó la paritaria nacional docente, recortó 3.000 millones de pesos en las universidades públicas, congeló los salarios y el FONID, redujo el presupuesto del sistema educativo, y desmanteló el Conectar Igualdad. Actualmente preside la comisión de Educación en la Cámara de Diputados de la Nación, y durante la noche del miércoles bailó ante el canto de Milei en el Luna Park.
Según recogió BuenosAires/12, los gremios docentes coinciden en que la cuerda se acorta cada vez más. Sostienen que las esperanzas no se pierden, pero que son difíciles de mantener cuando llega la boleta de la luz o cuando hay que darle de comer a una familia numerosa. Dicen también que CTERA dialogó con el secretario de Educación nacional las pocas veces que se pudo, pero que todo queda en la nada cada vez que Milei o Caputo deciden avanzar si consultas previas. En todo ese contexto, los docentes bonaerenses continuarán con sus reclamos dentro del ámbito legal, pero aseguran que la calle y el paro seguirán siendo su principal herramienta.