En medio de desmentidas y especulaciones, los rumores sobre la salida de Nicolás Posse, jefe de Gabinete del gobierno de Javier Milei, crecían cada vez más en las últimas horas. Las suposiciones se alimentaban de una serie de tensiones entre Posse y figuras clave del gobierno, especialmente de la secretaria general de la Presidencia Karina Milei, conocida como "El Jefe", quien habría manifestado su enojo por la supuesta discrecionalidad en las designaciones y el ritmo de trabajo del funcionario. Y todo lo que se especulaba se aceleró este lunes: el Gobierno confirmó la salida de Posse e indicó que será reemplazado por Guillermo Francos. El Ministerio del Interior, en tanto, deja su rango y pasa a ser secretaría.
El malestar entre Posse y Milei se evidenció hace dos meses, cuando el primero aumentó los sueldos del personal jerárquico del gobierno sin previa consulta, generando una ruptura en el discurso oficial. Este episodio marcó un punto de inflexión en la relación entre ambos, sumado a la ausencia del jefe de Gabinete en eventos importantes organizados por la familia presidencial.
Ahora, esta salida, se suma a los casi 40 funcionarios que dejaron las filas del gobierno a (poco) más de cinco meses de gestión, mostrando la dificultad del ultraderechista para encontrar funcionarios de confianza que sigan al pie de la letra sus pedidos y requisitos, además de llevarse bien con su hermana.
Las bajas del Gobierno: una por una
Las renuncias en el gobierno de Milei fueron constantes en estos meses de gestión. En las últimas semanas se fueron Diego Guerendiain, segundo del Ministerio de Justicia y mano derecha del ministro Mariano Cúneo Libarona, y Rodrigo Puértolas, director nacional de Registros del Automotor, quienes dimitieron en medio de descontentos y ajustes sectoriales.
Otro caso resonante fue el pedido del ministro de Defensa, Luis Petri, quien solicitó la remoción de su número dos, Carlos Becker, por discrepancias en el desempeño. Además, renuncias como la del subsecretario de Asuntos Internacionales en la Secretaría de Derechos Humanos, Mathías Valdez Duffau, y el subsecretario de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante, Pablo Piccirilli, marcaron la inestabilidad en diferentes áreas del gobierno.
El ministerio de Capital Humano también fue escenario de dimisiones, con cambios en roles como los de Maximiliano Keczeli y Gerardo Marcelo Hita, sumados a situaciones peculiares como la renuncia de la dupla encargada de la secretaría de Trabajo.
Días antes se había ido Marcelo Rubén Basilotta, titular de la Casa Patria Libertad, el edificio donde funcionan oficinas del ministerio de Capital Humano. La subsecretaria de Trabajo, Mariana Hortal Sueldo, renunció a su cargo en medio de los despidos que dispuso el Gobierno a estatales y pocos días después de la salida de su superior, Omar Yasín, quien a principios de marzo fue removido de su cargo al ser culpado de los aumentos de sueldos de cargos jerárquicos y el Congreso, pese a que no estuvo vinculado en la trama. Por el mismo hecho, Armando Guibert también había perdido el cargo de secretario de Transformación del Estado.
Guillermo Ferraro, ministro de Infraestructura; Belen Sttetler, secretaria de Medios; Juan Parodi, director de la Televisión Pública; Eduardo Roust, subsecretario de Medios y Juan Caruso, director de Comunicación del gobierno nacional, son los funcionarios que abandonaron el Gobierno antes del primer trimestre.
También pegaron el portazo el director de Control Pesquero, Julián Suárez; el coordinador general de Cancillería, Pablo Ferrara (el tercero después del polémico pedido de Mondino sobre los buques chinos) y el subsecretario de Empleo Público, Ricardo Bocacci.
La lista de salidas continúa, abarcando diversos sectores y provocando una preocupación constante por la estabilidad y eficacia del gobierno. Con entre 30 y 40 funcionarios de alto nivel que renunciaron antes de los seis meses de gestión, el desafío para el gobierno de Milei es mantener una administración sólida y cohesionada en medio de los constantes cambios y tensiones internas.