Argentinos Juniors profundizó todavía más las heridas de River. Le ganó 1 a 0 en La Paternal con un golazo de emboquillada de Alan Lescano a los 39 minutos del primer tiempo. Pero el resultado sería una anécdota si el equipo de Martín Demichelis además no hubiera reiterado la actuación inexpresiva, desconcertante y desalentadora de la semana ante Temperley por la Copa Argentina. Un solo dato ayuda a comprender lo que fue River: tuvo una única situación de peligro en toda la tarde. Un remate ajustado de Miguel Borja que salió al lado del palo derecho a los seis minutos del primer tiempo. Después, el colombiano, Colidio y Pablo Solari, cuando entró en la segunda etapa, se aburrieron de esperar en vano que les arrimaran una pelota decente. Nadie lo hizo.
Jamás pudo acomodarse River en el medio. Y por eso le costó tanto recuperar el balón y gestar juego. Aliendro y Villagra tuvieron que recurrir a las faltas para cortar la circulación de Argentinos: los dos fueron amonestados y terminaron saliendo. Y tanto Echeverri como Barco estuvieron bien rodeados y en el amontonamiento de la mitad de la cancha, no encontraron por donde pasar. En plena incomodidad, desde el fondo empezaron a pasar por encima de los volantes y a meterles pelotazos largos a los delanteros. Pero por arriba y por abajo, Godoy, Galván y Vega, los tres centrales de Argentinos, ganaron la mayoría de las veces.
River dio la imagen de un equipo aturdido y confuso. Dentro y fuera de la cancha. Y Argentinos, con una actitud mucho más agresiva que la que mostró el lunes pasado con Racing, le ganó bien con poco. Supo desactivar a su rival, tuvo más presencia en el medio con el paraguayo Gamarra, la claridad y el manejo de Lescano y la movilidad inquietante de Gondou, que dos veces pudo haber aumentado la cuenta: un tiro cruzado en el primer tiempo, se fue al lado del palo izquierdo. Y en el segundo, Armani le tapó un mano a mano.
Es posible que algunos niveles individuales hayan bajado. Y que desde el banco Demichelis no esté encontrando la manera de apuntalarlos. Al menos eso es lo que reflejó la semana millonaria en Mendoza y La Paternal que cerró con otra frustración, por el resultado y por el juego. River se alejó de River y sigue lleno de dudas. Con partidos como este, será muy dificil despejarlas, más bien todo lo contrario.