La inminencia de la salida del Gobierno del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, se llevó la marca, pero el temor a una razzia mayor penetró en diferentes esferas del Ejecutivo. La dinámica de limpiar a ministros, que adelantó el propio presidente Javier Milei ante la crisis interna por no poder enderezar el escenario político y sacar leyes, se notó en el clima y los rostros de los funcionarios en el Tedeum porteño del 25 de Mayo y el acto en la provincia de Córdoba. Uno de los más preocupados, por estas horas, es el entorno del ministro de Economía, Luis Caputo. Muchos de los ministros políticos del gabinete están seriamente conflictuados con la decisión de Milei de traer a Federico Stuzenegger, hoy asesor sin cartera, a ser parte del Ejecutivo, y todos los números están puestos en la silla de Hacienda. Uno de los más inquietos era el propio Posse, el otro, Guillermo Francos, el ministro del Interior. Los dos creen que Caputo es mucho más racional y su plan, aún de ajuste, tiene menos riesgo social que el que busca aplicar Sturzenegger.
Es que la mayoría entiende que Sturzenegger llegará para ser ministro de Economía. “Federico también lo cree así”, dijo a Página I12 un hombre que trabaja con el ex presidente del Banco Central con Mauricio Macri. La particularidad que tiene la cartera, además de ser sujeto de miradas por la falta de dólares y por la enorme recesión producida, es que, a diferencia de otras, está controlada 100 por ciento por Milei, sin injerencia de su hermana Karina, la secretaria de la Presidencia.
El presidente es un personaje político con ciertas particularidades psicológico-afectivas que obligan a lecturas más complejas sobre su gestualidad. En el último mes, se encargó de sobreactuar el apoyo a Caputo, con gestos de cariño, aprecio y exposición pública. Mientras eso ocurría, hablaba de cargos con Sturzenegger y con otro que mete la cola: el diputado José Luis Espert, los dos que, serrucho en mano, pone en cuestión el cargo de Caputo. Lo de Espert es notable, además, porque opera su candidatura al Ejecutivo en reuniones con empresarios. Es el que menos quiere a Caputo.
Por su lado, al titular de Economía jaqueado, sus funcionarios afines le avisaron que el Presidente hace mediciones de intensidad de sus ministros en redes sociales. Por eso Caputo usa X para adular al Presidente y opinar casi de cualquier cosa. Milei, tironeado, le responde con otros gestos. Lo de Córdoba fue increíble: dirigentes no mileístas que participaron del evento en el Cabildo contaron a este diario que, en las primeras tres filas, pegados a los funcionarios, había militantes libertarios que tenían la misión de instalar cánticos. El que armó esos cánticos fue Gabriel Bornoroni, titular de los libertarios de Córdoba y quien reemplazó a Oscar Zago como jefe de bloque de LLA en Diputados.
El primero de los cantitos fue “Ley de Bases, Ley de Bases!”, el segundo, “Plebiscito, Plebiscito!”, y el tercero una más que curiosa arenga. “Olé, olé, olé, olé, Toto, Toto”, se escuchó, tibio. Enseguida, Milei cortó de leer el discurso patrio y agregó, sobre los cantos, a “este crack que tenemos de ministro de Economía. Vieron que subimos en popularidad y mi ministro se convirtió en un rockstar”. Mientras eso pasaba, la organización controlaba que los que reclamaban contra el Gobierno quedaran atras. Inédito. Justo atrás de Caputo, Posse miraba como conociendo el futuro, no sólo de él.
"La revancha de Sturzenegger"
Miguel Ángel Pichetto, dirigente de Hacemos Coalición Federal, es uno de los que no confía demasiado en Sturzenegger. Hace unos días, en una charla privada, aseguró que "esto de querer ser ministro es la revancha de Sturzenegger. Hoy podría hacer todo lo que no pudo hacer con Macri". La descripción que hace el ex ex dirigente peronista lee con la idea de Sturzenegger, que llegaría para unificar los tipos de cambio, anunciar la apertura del cepo y liquidar las privatizaciones consolidando aún más el achicamiento del Estado. Los que creen que no será ministro, aseguran que seguro tendrá un cargo armado a los fines de formalizar la desregulación de la economía. La pregunta que cabe en ese caso es por qué, si no va a ser ministro, ese cargo nuevo no se hizo hasta ahora.
Ahora bien, ¿qué dice Milei sobre Sturzenegger y la posibilidad de ser ministro? "Esto es dos más dos, es tan obvio, es una persona de mi ultra confianza y va a liderar la etapa de las reformas estructurales", expresó hace unos días en una charla con un interlocutor. En esa misma conversación, el mandatario casi que le puso fecha al cambio de titular en Hacienda. "El reemplazo de Caputo va a llegar cuando se consolide la baja inflacionaria y el superávit fiscal. Ése será el inicio de la segunda etapa de reformas estructurales".
Posse, de buen diálogo con Caputo, tendrá una salida vinculada al fracaso de la estrategia parlamentaria de los libertarios. Pero viene distanciado con Milei desde los aumentos de sueldos del Gobierno. El Presidente lo acusa por eso y Karina no lo quiere. La hermana no opina sobre Economía, porque el propio Milei ve ésa área como su coto de caza. Si se la gestión de Caputo se midiera por resultados, ya estaría reprobado: no trajo dólares, genuinos ni no genuinos, no logró que el FMI libere fondos y, en paralelo, precipitó una recesión de la cual es muy dificil volver. Sturzenegger cree que todo eso pasó porque fracasó la Ley Ómnibus y porque Caputo freno la liberación de precios que estaba escrita en el DNU de autoría del propio Sturzenegger.
Tanto es así que la mala práxis económica y política de Caputo y el ala política le dieron a Milei su peor semana desde que es Gobierno: dólar blue y financieros al alza, suba del Riesgo País y desplome de los bonos nacionales. Lo más curioso es que esa corrida llegó hasta el jueves de manera muy potente, pero el viernes se calmó un poco, y el dólar blue cotizó a la baja. El jueves, a última hora, Milei dio una entrevista en la cual adelantó que "Sturzenegger será ministro". La lectura de los mercados, que siempre juegan a la política, fue positiva en lugar de negativa: lo más lógico hubiese sido un viernes de tembladeral cuando se deslizaban cambios en Economía. Pero no ocurrió, porque los mercados entienden que Sturzenegger es el garante de la firmeza del ajuste y la continuidad más natural del plan Milei original, el que se fue desgranando a lo largo de los meses.