Como cualquier otro día, Omar Eduardo Varela había ido a trabajar a la TV Pública. Desde hace tiempo, igual, los trabajadores del canal van al trabajo con la noción de que lo que era un orgullo para ellos -un canal público, ameno, con pluralidad de voces- en poco tiempo se convirtió un calvario: despidos, apagón, una fuerte restructuración y la amenaza latente de cierre. Pero la mañana del sábado no fue una más para Varela, que oficiaba de vigilador y a quien todos lo llamaban por el diminutivo de su apellido. Antes de que el reloj marque las siete de la mañana, el empleado se desvaneció en el hall de entrada y empezó a convulsionar. Sus compañeros llamaron al SAME y en el interín entre ese pedido de auxilio y la llegada de la ambulancia, el trabajador no pudo ser asistido por los médicos que tenía contratado Radio y Televisión Argentina: según cuentan desde el canal, la gerencia los había dispensado para hacer un "sumario administrativo".
Cuando personal de la Comisaría Vecinal 2A arribó, junto con el SAME, se constató que el hombre que estaba tirado en el piso del canal había fallecido.
La dirección de RTA esperó más de 24 horas para informar la trágica noticia. “Con profundo dolor comunicamos y lamentamos el fallecimiento de Omar Eduardo Varela, miembro del personal de seguridad de la empresa Murata, que falleció la madrugada del sábado cuando se estaba retirando del edificio de la Televisión Pública. Desde la RTA SE acompañamos, en este difícil momento, y enviamos el más sincero pésame a todos sus familiares y amigos por esta dolorosa perdida”, difundió la compañía estatal, con la firma de Diego Chaher, quien oficia de interventor. En el comunicado, además, intentaron remarcar la asistencia médica que recibió Varela, aunque no hizo mención a la licencia de los tres médicos que trabajan en el canal.
Tal como contó Página/12, la TV Pública es una de las pruebas más acabadas de la desfinanciación de los medios públicos. Hace unas semanas decidió el levantamiento de toda la programación en vivo, convirtiendo a la pantalla en un canal sin producción propia nueva, y plagada de enlatados ya emitidos. Los noticieros, en tanto, también sufrieron recortes: dejaron de existir los reportes de la primera mañana y de la medianoche, así como todos los del fin de semana. Y en las últimas horas parece haber llegado lo que puede ser el tiro de gracia: el Gobierno avanzó en una etapa de "apagón digital", ya que el portal web de la TV figura "en reconstrucción"; sus redes sociales, desde el martes pasado, dejaron de brindar información.