El periodista y conductor de La Mañana Víctor Hugo Morales explotó este lunes en un duro editorial contra la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y el presidente Javier Milei, por no enviar cinco mil toneladas de alimentos que se están pudiendo en galpones y no son enviados a comedores sociales cuando la gente está pasando hambre. En este contexto, se preguntó cómo es que se pueden ver al espejo sabiendo que puede hacer el bien, pero, en su lugar, elige “el regocijo de la maldad”.
El editorial de Víctor Hugo Morales
Pensaba en esto de la "Casta de la crueldad", el título de mi libro. Si fuera una de esas películas de monos o de esas máquinas atroces que veo todo el tiempo que enfrentan a los humanos, Pettovello y su gente serían la cara del ejército de los malos, impiadoso, fiero, con ojos saltones y un leve temblor en los labios de odio.
Viajan en naves que atraviesan los tiempos, como son en esas películas raras, fueron bárbaros, ejércitos invasores, dinosaurios, velociraptores, y después, zombies de generaciones de crueldad. Hay que ver esto de Pettovello. La escuchábamos en febrero diciendo que hagan la cola los que tienen hambre.
Ahora retiene en hangares millones de alimentos que espera gente desesperada. Y la mujer vive con eso. Y me pregunto cómo es andar por la vida sabiendo que podés hacer un inmenso bien y, sin embargo, te empeñás en el regocijo del daño.
¿Te felicitan por eso? ¿Te llama Milei y te dice "dale sin asco"? ¿Adorni te dice "vos tranquila, Petto, yo te banco"? Casta de la crueldad, vil raza maldita. ¿Por qué precio venden el bienestar de la gente?
Cuando Pettovello se lava los dientes y se mira al espejo, ¿qué ve? A través de su propia mirada, ¿qué ve? La persona que tiene millones de alimentos que le niega a los que tienen hambre, ¿qué ve de sí misma?
Casta de crueldad cuando Milei dice "si no llegaran a fin de mes ya estarían todos muertos", ¿qué ve de sí mismo? ¿Ve una papada, un jopo, o ve el espanto de la malicia?
Casta de la crueldad cuando el diario mafioso lo defiende y dice que Milei dio una clase en el Luna Park, ¿qué lee el capo del diario en sus páginas de tinta-sangre coagulada? ¿Qué es lo que no dice de los alimentos que sus inhumanos servidores le niegan a la gente?
La creación del diablo de la calle Tacuari es que los que piden alimentos son corruptos. Peor aún, para ser corruptos pasan hambre, como los fakires.
Les conviene el hambre, dice Milei, así son bien corruptos. Es la manera de lograrlo. Y que Pettovelo, mientras se lava los dientes, sepa qué rostro tiene el horror político de este tiempo y de esta casta de la crueldad.