Desde Posadas
Con la continuidad del acampe en la Avenida Uruguay de Posadas, movilizaciones en distintas calles de la capital provincial, ocho cortes activos en al menos cuatro tramos de rutas y más de veinte asambleas en localidades del interior, los sectores docentes de Misiones en protesta decidieron hoy lunes acelerar sus estrategias de reclamo salarial frente al gobierno de Hugo Passalacqua, el cual continúa sin dar respuesta a una situación que amenaza con desbordarse.
En simultáneo, apareció en el transcurso de la mañana un nuevo actor de protesta: las organizaciones sociales que exigen en la puerta del Centro de Acceso a la Justicia la entrega de alimentos destinados a distintos comedores populares.
De momento, las acciones de los docentes incluyen interrupción parcial o total en la Ruta 12 a la altura de las localidades de General Urquiza, Eldorado y Puerto Libertad, ésta última en el departamento de Iguazú. Lo mismo sucede con la otra ruta nacional que atraviesa Misiones, la 14, en las zonas de Aristóbulo del, San Vicente y San Vicente, al igual que en el cruce de la 17 y la 20 sobre Pozo Azul.
Toda esta batería de medidas fue decidida ayer domingo en Uruguay y Trincheras de San José, donde se celebró una asamblea en la que fueron postuladas las distintas opciones a seguir después de una seguidilla de acciones de alto impacto, como la marcha a la legislatura provincial del jueves y los escraches en los domicilios tanto de Passalacqua como de Carlos Rovira.
Pasados los diez días de protestas activa alrededor del acampe en el barrio El Palomar de Posadas, el frente de docentes en disidencia con la oferta paritaria del Ministerio de Educación de Misiones analiza de qué modo darle continuidad a los reclamos sin perder impacto ni visibilidad, acaso las dos consecuencias que más fastidian a un gobierno como el provincial que fuerza su silencio e indiferencia para provocar el desgaste en las barricadas de Uruguay, eje en el cual también permanecen apostados policías y personal penitenciarios con las mismas exigencias de los docentes.
Hacia el mediodía del domingo se produjo un episodio hasta ahora inédito: los referentes del acampe policial se acercaron al espacio de los docentes para hablar en público. Si bien comparten la misma avenida, ambas barricadas están a tan solo metros de diferencia y la comunicación entre sus referentes está abierta, nunca habían experimentado una actividad en conjunto más allá de la propuesta de unir las protestas para potenciarlas.
En ese contexto, Ramón Amarilla y Germán Palavecino (los dos principales voceros de los uniformados en conflicto) tomaron la palabra y ofrecieron su propio diagnóstico sobre los reclamos al gobierno misionero, la reacción (o no) de éste y las medidas a seguir. Una maestra, entonces, les transmitió una inquietud compartida: que la policía finalmente arregle un aumento con la administración Passalacqua por su cuenta y abandone el pacto con los docentes, dejándolos expuestos a la posibilidad incluso de ser reprimidos.
“Todos estamos mal; ustedes, peor; y los de salud, ni hablar. Hay que resolver el conflicto con todos, no primero con la Policía y que después nos manden a enfrentarnos. Sería una lucha de pobres contra pobres. No lo comparto, el colega que lo haga lo deberá llevar en su conciencia, no hay una obediencia debida”, explicó Amarilla. Aunque, luego, el subcomisario retirado estableció su posición respecto a las acciones de protesta de los docentes. “Quiero darles un consejo: acá no se gana nada con entrar en el delito. Respeto lo que todos estamos haciendo por necesidad, que es manifestarnos para hacerle ver al gobierno lo que nos pasa y que no quieren aceptar. El camino no es ir a cortar rutas o bloquear el acceso de algunos de los funcionarios. Es mi posición: nuestra lucha está acá”, concluyó Amarilla, señalando la calle Uruguay en la que los policías decidieron concentrar todo su esfuerzo. Aunque los docentes, tal como se observa hoy lunes, prefieren diversificar sus acciones.