Más demanda y menos oferta de dólares en los mercados financieros es lo que explica, en palabras de economistas, la reciente escalada de los dólares paralelos. Haroldo Montagú, Lorena Giorgo, Pablo Moldován y Sergio Chouza analizaron en diálogo con Página 12 los factores detrás de una corrida que bien podría acotarse en el tiempo pero, como siempre, impone riesgos a la continuidad de los programas económicos.

La demanda de dólares financieros trepó en parte por el desarme de los últimos Bopreal licitados, con los que el Banco Central habilita a comprar dólares CCL, y también por la baja de la tasa interés que desalienta las posiciones en pesos. Esto ocurrió en un contexto de oferta de dólares CCL que bajó un poco por la menor liquidación de exportaciones agrarias. Para Moldován, director de la consultora Centro-Periferia, “si se lograra estabilizar en un nivel más alto el CCL, eso se transformará en un incentivo a liquidar más exportaciones y podría sanear la falta de oferta” en el futuro.

Los especialistas también señalaron que estos movimientos cambiarios coincidieron con ciertos temores respecto del dilate en la aprobación de la Ley Bases y los rumores sobre una complicación para la renovación del tramo activado del swap con China. Esto agrega incertidumbre sobre la continuidad del programa de financimiento privado del Tesoro y también sobre el proceso de desinflación, ambos aspectos que el Gobierno venía presentando como sus principales logros.

Menos oferta

El Banco Central acusó una baja en el ritmo de la liquidación de las exportaciones agrícolas en el mercado oficial y el 20 por ciento que se realiza al dólar CCL, esto provocó una caída en la oferta de dólares en los mercados paralelos. Montagú, economista Jefe de la consultora Vectorial, señala que la semana pasada se operó en promedio 277 millones de dólares por rueda, “muy lejos de lo que se espera para esta época del año, si bien el Central continuó con compras netas, gracias al bajo nivel de importaciones y su pago diferido”.

Para Giorgio, economista Jefa de la consultora Equilibra, también la demora en la liquidación de exportaciones impactó en la oferta en el mercado financiero, al tiempo que “la postergación en la suba de precios regulados, como las tarifas, si bien modera la inflación en el corto plazo y ralentiza el proceso de apreciación cambiaria, alimenta las expectativas de inflación y devaluación en el mediano plazo”. Las dudas sobre la sostenibilidad del crawling peg de 2 por ciento del dólar oficial se acrecientan.

“Debemos pensar que transcurrieron casi cinco meses con un tipo de cambio nominalmente muy estable y una inflación que acumuló más de un 100 por ciento”, agrega Chouza, titular de la consultora Sarandí. “Esto siempre ocurre siempre de la misma forma: pasan muchos días donde no se actualiza hasta que corrige de un tirón. De todos modos, si hubiera una actualización uno a uno sobre la inflación acumulada, el dólar debería cotizar en la zona de los 1600 a 1700 pesos”.

Tasa

“El Banco Central viene tomando una serie de decisiones para bajar la tasa de interés, inclusive con más intensidad las tasas de Pases cortos: esto tiene que ver con la necesidad de empujar a los bancos a tomar deuda del Tesoro. Ese proceso terminó dando lugar a una tasa de alrededor del 2,5 por ciento mensual que es una tasa límite en lo bajo”, sostiene Moldován. La nueva disminución de tasas arremetida por el Central fue más de lo que el mercado podía aguantar.

Esa decisión del Gobierno “de pagar menos intereses por los Pases y contribuir al proceso de licuación y pérdida de potencia de los pesos terminó siendo excesiva, en un contexto donde la inestabilidad todavía no cede”, sostiene Chouza y los grafica así: “Se pasaron dos pueblos en el tren”.

Por otro lado, además de la compra de dólares, estas tasas bajas “invitan a tomar cauciones –aunque sea una operación regulada por la Comisión Nacional de Valores y el Banco Central-, es decir, llevan a financiarte en pesos para comprar activos dolarizados en el corto plazo”, agrega el economista de Centro-Periferia.

Por su parte, Montagú observó que “la pequeña reacción positiva que tuvo la actividad económica en el último mes podría explicar parte de la presión sobre el dólar, especialmente en el segmento blue”.

Asmismo, “la utilización del Bopreal para el pago de utilidades y dividendos permitió a quienes licitaron en el último llamado grande (por unos 1700 millones de dólares) utilizar esos títulos para comprar dólar CCL, la fecha de esa licitación fue el 16 de mayo cuando comienza la suba del CCL”, agrega Moldován.

Ley Bases

Los especialistas coincidieron en señalar las dificultades que está teniendo el oficialismo para generar consensos y aprobar la Ley Bases en el Congreso como una debilidad que dañó la confianza de los mercados, en tandem con los rumores sobre la dificultad que enfrentaría el Gobierno para renovar el tramo activado del swap con China, que implicará la necesidad de cancelar deuda por 1700 millones de dólares el mes próximo.

Para concluir, Chouza sostiene que “el Gobierno sostiene que hay un cambio estructural en la economía, donde la competitividad se obtiene por el lado impositivo bajando impuestos o desregulando el mercado laboral, pero no está avanzando en ese sentido de modo que el aspecto cambiario sigue siendo muy relevante para el mundo de los negocios”.

Por su parte, Giorgio indica que “la Secretaría de Finanzas venía colocando deuda a una tasa fija del 4 por ciento en promedio para los próximos tres meses, pero este tipo de sacudones cambiarios desalentará este proceso”. Alejarse de niveles que permitan volver a pensar en acceder al mercado voluntario de deuda es un problema serio para este plan económico.

Por otro lado, agrega Montagú, se están menoscabando las mejoras que venían teniendo acciones y bonos argentinos: “Luego de unas primeras jornadas en donde el Merval acompañó la suba de los dólares financieros, en los últimos días dicha alza empezó a conjugarse con una muy fuerte caída de las acciones. El Merval en dólares borró toda la suba del último mes y el impacto fue más notorio en los bonos, con el Riesgo País retomando al alza”.

Con todo, la mayor preocupación surge a la hora de evaluar el efecto de la corrida sobre los precios. En ese sentido, si bien la caída del consumo y la fuerte retracción en la actividad industrial imponen un límite a las remarcaciones, si la corrida cambiaria continúa, sin dudas se verá amenazado el proceso de desinflación en curso.