Profesionales de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género de Argentina (RIPVGAr) expresaron su preocupación y repudio a las políticas nacionales actuales. La periodista Verónica González Bonet advierte sobre los reales intereses de las medidas adoptadas: “el vaciamiento de los medios públicos no se produce para reducir el gasto público, ya que el impacto es insignificante, el objetivo es desarticular una comunicación federal, con diversidad de voces y respetuosa de los derechos humanos”.
Por su parte, Valeria Berman puntualiza que “hay en marcha una venganza clasista”. En sintonía, Alejandra Benaglia agrega que este ataque apunta a un sometimiento no solo al periodismo sino a la sociedad sosteniendo que “el ataque directo a la libertad de expresión apunta directamente al sometimiento que genera el desconocimiento de la real información. Que la sociedad solo se informe a través de los medios que el poder político económico empresarial maneja lleva a la dominación absoluta del pueblo”.
Gustavo Díaz Fernández marca que estas medidas son propias de la ideología del gobierno al expresar que “los gobiernos anti derechos necesitan el apagón informativo para poder sostenerse”. Quienes para gobernar necesitan “atacar los medios públicos es acallar las voces de periodistas de distintas procedencias y trayectorias que siempre aportaron a la diversidad de ideas”, añade Andrea Ibáñez.
Roberto Samar, quien lleva un tiempo alertándonos sobre estas medidas, sostiene que “los medios públicos son fundamentales en la construcción de una democracia comunicacional, ya que no responden a la lógica que impone el mercado. No buscan captar audiencias para vender productos a cualquier precio. El encuadre de los medios públicos es y debe ser entender la comunicación desde una perspectiva de derechos”.
Como señala el código de ética de la televisión pública: “nuestra labor deberá ser siempre decolonial, despatriarcal y respetuosa de la diversidad, promotora de la defensa de la comunicación como derecho humano y no como negocio u operación de prensa” priorizando “la participación y pleno acceso de grupos históricamente vulnerados y oprimidos comunicacionales”.
Mientras se intentan silenciar voces y medios, se promueven discursos de odio que estigmatizan a determinados sectores con el objetivo de construir cortinas de humo para distraer del hambre y la pobreza que avanza sistemáticamente producto de las políticas del gobierno. Detrás de cada despido, de cada empresa cerrada hay una familia angustiada, sufriendo y con derechos vulnerados.
* Periodista, directora de Diario Digital Femenino. Integrante de la RIPVGAr