Un evento de extrema violencia se vivió la noche del sábado en la localidad bonaerense de Campana: un hombre que ocasionaba disturbios en una cervecería fue echado del lugar y reaccionó estrellando su camioneta contra el frente del bar. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad, y las imágenes resultaron clave para la detención del sospechoso.

Todo comenzó cuando el hombre -de nombre, Nicolás- que cenaba en el lugar, empezó a molestar a otros clientes. "Éramos 19, 20 personas, que nos conocemos todos. Incluso a él", dijo la dueña del establecimiento. Fue ella quien, tratando de mantener la calma, le pidió de manera educada que pagara su cuenta y se retirara, porque "ya había consumido bastante".

"Siempre me echan de todos lados", le retrucó el hombre de manera desafiante. Luego, pareció calmarse por un momento y permaneció en la barra durante una hora. Sin embargo, pasada la medianoche, comenzó a acosar a una joven en la barra. Dos clientes intervinieron, pidiéndole nuevamente que se retirara y escoltándolo hasta la puerta.

Lejos de apaciguarse la situación, todo empeoró. Afuera, el hombre inició otra discusión con un cliente. La dueña intervino una vez más, pero esta vez el agresor comenzó a patear la Renault Duster de la persona con la que discutía. Ante la gravedad de la situación, la dueña llamó a la Policía.

El hombre no parecía detenerse ante nada: corrió hacia el vidrio principal de la cervecería y lo rompió de una patada. Los fragmentos cayeron peligrosamente cerca de una pareja. La joven sufrió cortes leves, el novio reaccionó y sacó al agresor a empujones.

"Nicolás" subió a su camioneta Nissan color champagne y, sin mediar palabra, embistió primero la Duster y luego un Peugeot que pertenecía a otro cliente. No conforme con eso, aceleró aún más y se estrelló contra la vidriera del local.

En un acto de total descontrol, el agresor dio la vuelta a la manzana y repitió el ataque "dos o tres veces más", chocando nuevamente contra el establecimiento. Hasta que, finalmente, cerca de las 2 de la madrugada, y con las sirenas de la Policía acercándose, huyó.

Los dueños del local presentaron la denuncia correspondiente. Y este martes a la tarde, más de 48 horas después del episodio violento, el hombre fue detenido.