Las organizaciones populares estamos siendo atacadas por el gobierno que ha instalado mentiras, dicen que han hecho una auditoría y que encontraron merenderos fantasmas. La mayoría de los lugares que aparecían en ese listado no son fantasmas y estuvieron presentes el 24 de mayo pasado en la fila de los comedores cuando fueron a las puertas del Ministerio de Capital Humano para exigir que los registren, que los auditen y que den una respuesta que están esperando hace seis meses. Ese día nosotros convocamos a un escribano público para que pudiera certificar dónde funcionan los comedores, cuánta gente asiste a los mismos y qué días funcionan.

Desde que asumieron nunca han dado ninguna respuesta formal a ninguna de las demandas que hemos hecho desde el sector, tampoco nos recibieron el acta de certificación que generamos, pero lo vamos a adjuntar al amparo que hicimos desde la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) denunciando el desabastecimiento de los comedores al que la Justicia hizo lugar y lo convirtió en amparo colectivo.

Tener la comida guardada y no repartirla es de una criminalidad y crueldad inaudita es ver cómo se fomenta el hambre desde el Estado. Hay una decisión deliberada del Estado de hambrear al pueblo argentino y eso es criminal por donde se lo mire. Sin duda que también esto excede a qué partido político pertenecen porque ya habla de un alto nivel de degradación de las personas que están al frente del Estado argentino, porque si hay un momento en que como seres humanos no podemos mirar al costado es cuando un hermano argentino o de la nacionalidad que fuere no tiene garantizada la comida.

Lo que hace el gobierno nacional es la muestra cabal de que están usando la estigmatización y la crueldad como mecanismo de disciplinamiento del pueblo. El gobierno odia al pueblo argentino, no le encuentro otra justificativo a esta medida tan criminal de esconder la comida, sabiendo que hay una situación muy grave en el territorio. Incluso apelaron el fallo de la Justicia y vuelven a demostrar que no les importa si la gente se muere de hambre.

Nosotros no estamos pidiendo que lleven la comida a las organizaciones o a los sindicatos, sino que vayan ellos mismos a entregarla, que Petovello empiece a recorrer el país porque creo que no sabe ni cuántas provincias hay. Que vaya a los merenderos y comedores uno por uno, pero que den la comida, dejen de discutir boludeces y que den una respuesta. Ellos están en un cargo público por el cual cobran un sueldo bastante oneroso, que se lo paga el pueblo argentino y hasta ahora no tienen ninguna política que resuelva la urgencia del hambre.

En el territorio hay una situación de complejidad muy grande porque hay muchos merenderos y comedores comunitarios que han tenido que ir reduciendo los días de funcionamiento y eso implica que hay días que la gente no come, porque muchas de esas personas que asistían esos días y que tenían garantizada la comida, por lo menos un plato hoy ya no lo tienen.

Estos comedores que antes se sostenían con la financiamiento de las raciones alimentarias que mandaba el Estado nacional, después empezaron a sostenerse solo con las donaciones de los vecinos, de los comercios de cercanía y de la solidaridad del pueblo argentino hoy tampoco pueden pueden seguir subsistiendo en esa lógica porque las medidas económicas de este gobierno, en general, afectan a todos los trabajadores a todo el pueblo argentino y muchos de los que antes se acercaban a los merenderos a hacer donaciones para que pudieran funcionar ya ni siquiera llegan a fin de mes, entonces hay una situación muy compleja que tal como nosotros venimos alertando no va a termina bien.

Ya lo estamos viendo con lo que pasa en Misiones y en distintas provincias. El malestar va a ir creciendo porque por más que el gobierno intente taparlo, lo que no va a poder tapar es que hay un plan de genocidio social orquestado desde el Estado Nacional.

*Secretaria General de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) y referenta del Movimiento Evita.