Como consecuencia de la ola polar que afecta Argentina en la última semana, se resintió la producción de tomate generando una disparada de precios que, en algunas localidades, puso al producto en verdulerías por encima de los valores del kilo de carne vacuna.
Según el propio sector hortícola, el precio del tomate subió por encima del 200 por ciento, dejando al kilo de producto entre los 5000 y los 8000 pesos. Este último precio, muy similar al de un kilo de carne vacuna.
Cabe recordar que a finales de abril, el kilo de tomate se vendía en promedio en $2.500. Lo que ocurrió es que los productores aducen que las heladas anticipadas dejaron sin madurar a la cosecha y a raíz de eso está entrando mucho producto importado, sobre todo en las zonas limítrofes.
El alza del tomate se pliega a otras subas de productos frescos, como huevos, lechuga y verdura, que son según los especialistas los que vienen empujando hacia arriba el IPC de alimentos. En contraposición a cierta estabilidad o suba más moderada de aquellos productos de góndola. De acuerdo a los supermercados, las subas de precios en lo que es alimento de góndola está entre 1,8 y 2,2 por ciento, producto de que la recesión y la caída de los salarios generó un desplome histórico de las ventas que terminó impactando en menores subas de precios.