El gobierno justificó la severa crisis energética que abarca todo el territorio nacional a las difíciles condiciones climáticas. El propio secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo lo señaló en sus redes sociales y aseguró que además se vieron sorprendidos por la inusual demanda de gas. Pero en su argumentación, el funcionario omitió contar que esto es consecuencia del freno desmedido a la obra pública, y en este punto, sobre todo a la obra de mayor envergadura nacional, el Gasoducto Néstor Kirchner.
"Estamos en el otoño más frío desde 1980, no pronosticado y con una fuerte demanda de gas. Sumado a situaciones excepcionales como la limitación de importación de energía de Brasil y la salida de embalse, se necesitó incorporar volúmenes de GNL a precio de mercado, programados para más adelante", expuso Chirillo en sus redes sociales, justificando la impericia del Gobierno.
La actual crisis de suministro de gas llevó a la suspensión del servicio en estaciones de GNC en todo el país. Detrás de este derrotero de hechos, se esconde la decisión manifesta de Javier Milei (con su motosierra) de detener las obras adicionales en el Gasoducto Néstor Kirchner, iniciadas durante la gestión anterior. Este fue el factor determinante. La medida impidió aprovechar al máximo el potencial del yacimiento neuquino, que actualmente se encuentra en niveles de producción históricos. La falta de planificación y el desinterés por fortalecer la infraestructura energética del país contribuyeron considerablemente a la profundización de la crisis actual.
La importancia del Gasoducto Néstor Kirchner
El Gasoducto Néstor Kirchner, que actualmente opera a la mitad de su capacidad, fue proyectado para transportar 22 millones de metros cúbicos de gas por día. Pero hoy solo está moviendo 11 millones, debido a la falta de finalización de las plantas compresoras en Tratayén y Salliqueló. La demora en estas obras se debe, en parte, a la deuda de 40 millones de dólares que el gobierno mantiene con las constructoras Sacde y Contreras.
En este contexto, y sin gas para abastecer al país, el Gobierno tuvo que pagar 500 millones de dólares para traer el buque de gas de Petrobras. Y ahí se abrió otro frente para el Gobierno. Es que la secretaría de Energía al ver el complejo panorama, gestionó la llegada de un buque de GNL de Petrobras sin seguir el proceso estándar de licitación, dada la urgencia de la situación energética.
Pero no salió bien. La empresa brasileña se negó a permitir la descarga debido a problemas de pago, lo que provocó que se definieran cortes en el suministro a las grandes industrias y estaciones de GNC con contratos en firme, para abastecer a los hogares.
En este marco, y como si fuera poco, el Ejecutivo emitió una resolución hace pocos días, que incrementa el impuesto a los combustibles, lo que se trasladará a los precios del litro de nafta y gasoil desde los próximos días.
En el marco de esta crisis energética, el gobierno dejó en claro su inacción al no adoptar medidas preventivas frente a la escasez de gas y la potencial falta de suministro eléctrico debido a la creciente demanda. Persistir en los recortes de obras sin considerar las consecuencias solo agudiza la problemática. Es evidente que, una vez más, la pasividad gubernamental tiene un alto costo para el país. Algo más de 460 millones de dólares, al menos por ahora.
¿Cuándo vuelve a normalizarse el suministro de gas?
El Gobierno estimó que durante la noche de este miércoles "volverá a funcionar el servicio" de provisión de gas, según indicó el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia de prensa matutina.
"Llegó al país el buque de Petrobras, que se encuentra descargando el material" necesario para el abastecimiento energético, expresó, y agregó que "se estima que el servicio volverá a funcionar hoy a la noche".
El funcionario añadió que se registró un problema con la carta de crédito que emitió el Gobierno, a través del Banco de la Nación Argentina designado por Petrobras, lo que dio inicio al proceso de descarga del barco que se encontraba amurado al buque regasificador de Escobar.
Adorni aclaró que el país atraviesa "el invierno más crudo en los últimos 44 años", coincidiendo con el relato del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo.
Vuelve a aumentar la nafta: ¿cuánto valdrá el litro?
El Gobierno dispuso actualizar el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) desde el 1° de junio, por lo que este sábado los precios de la nafta y el gasoil subirán entre 1 y 1,5 por ciento.
Al incremento impositivo, las petroleras le podrían agregar una suba del orden del 2 y 3 por ciento extra, lo que terminaría elevando los precios entre un 3 y un 4,5 por ciento.
El plus que resta definir está vinculado a la devaluación mensual del 2 por ciento, la variación del precio internacional del petróleo y al ajuste en el precio de los biocombustibles autorizado hace 15 días por la Secretaría de Energía.
Con estos incrementos, los nuevos precios por litro en la Ciudad de Buenos Aires serían:
- Nafta súper: de $870 a $880
- Nafta premium: de $1074 a $1084
- Gasoil común: de $918 a $928,18
- Gasoil premium: de $1.167 a $1.176,18