La recesión en tiempo récord que generó el gobierno de Javier Milei sigue ofreciendo postales inéditas: a la pila de empresas del consumo masivo que caen en desgracia por la crisis, se sumó un nuevo pelotón de firmas aún más complicadas por ser aquellas que venden bienes de consumo "no de primera necesidad". Como ante la pérdida de poder adquisitivo del salario y alza de los precios las familias recortaron un 20 por ciento la cantidad de productos de la canasta básica, esas compañías sufren un parate pocas veces visto. El consumidor está optando, hoy, por no comprar algunos productos de la canasta de alimentos y bebidas, sin siquiera reemplazarlos o buscar otros canales de consumo más económicos. "La gente directamente no compra, el consumo se esfumó", contó a Página I12 un supermercadista grande. 

Esta situación se muestra en un hecho reciente, que se instala como un "leading case" del ajuste libertario: Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA) decidió suspender a 550 trabajadores de sus plantas de Buenos Aires y Córdoba por el derrumbe del consumo. ARSA, que fabrica yogures y postres para la láctea Sancor (de la marcas Yogs, Shimy y Lechelita), le comunicó la opción a la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA), que a la vez anunció un plan de lucha. 

En paralelo, la empresa envió una nota a sus clientes y trabajadores especificando que "hay una gran caída del consumo en general, y de los productos que elabora nuestra compañía, en particular". Y agregó que "el contexto es sumamente dificil". Un asterisco que muchos piden mirar: durante el Gobierno de Macri, Sancor le vendió ARSA al grupo Vicentín, en sociedad con grupo BAF, dos de sus plantas y el uso de la marca. En aquellos años, la aceitera recibió cuantiosos favores y créditos, aún a sabiendas de su mala administración y quebrantos. No parece casualidad que, en marzo, ARSA abrió un concurso preventivo y hoy tiene a la crisis sumándole más crisis: como sólo producen postres y yogures y no tienen la leche para compensar el resto de las caídas, quedaron al borde del colapso. 

"No se vende leche, menos postres"

"No se vende leche fluida, menos postres", relató otro dirigente del supermercadismo nacional. En la misma situación de no reemplazo hay otros bienes de la canasta básica, como bebidas gaseosas, cervezas y hasta yerba, productos que han bajado considerablemente el nivel de demanda. Lo particular de esta situación es que, en las crisis anteriores de consumo, como la de Macri, el gasto hogareño buscaba alternativas: comprar en mayoristas o en comercios chinos, o ir a segundas marcas. Hoy, los datos muestran que el gasto no va a ningún lado

El último informe de Scentia, la consultora privada que mide desempeño del consumo en todos los canales, reflejó que en abril el gasto hogareño cayó parejo en todos los comercios. El consumo general se desplomó 13,8 por ciento interanual, con una baja del 15,3 en grandes supermercados, y del 12,2 en comercios barriales. Si se comparan los datos con el rendimiento del consumo en abril del 2023, se encuentran datos jugosos: el primero es que en abril del 23, según Scentia, el consumo en hipermercados había crecido 9,4 por ciento contra mismo mes del 2022. Mientras que en los comercios barriales, la caída de abril del 23 había sido de 8,7 por ciento. Es decir, hoy hay un desplome de 12 puntos sobre una base que ya era muy mala. Por su parte, la caída también en hipermercados en abril del 24 versus abril del 23, muestra que no hay efecto reemplazo del consumo, ni búsqueda de locales más baratos. El año pasado sí lo había, porque aún con una inflación desatada, las promociones en los super sostenían muy altos lo niveles de consumo. "No es dificil de ver", explicó un mayorista a este diario, y agregó que "hay gente que no se da el gusto y que evita o recorta comidas básicas, por eso ves que caen las ventas en todos los canales". 

¿El fin de la desinflación?

En este escenario, las consultoras privadas sumaron tensión con datos de la última semana de mayo. Eco Go, la consultora de Marina Dal Pogetto, la internacional PriceStats y Analytica reflejaron siete días con precios rebotando o bien frenando el proceso de baja, aunque por ahora de manera más o menos moderada. 

Alberto Cavallo, economista de Harvard, publicó en sus redes un cuadro de PriceStats que refleja que "la inflación mensual en Argentina dejó de caer. Llegó al 3,5 el 19 de mayo pero subió al 3,8 en los últimos días". Por su parte, Eco Go informó que "la variación semanal en alimentos fue de 1,8%, proyecto una inflación de mayo del 4,8 por ciento". El dato de la última semana está por encima del 1,2 de la tercera semana de mayo y del 1,4 de la tercera semana de abril. De hecho, es el más alto de los últimos dos meses. 

Por su parte, Claudio Caprarulo, de Analytica dijo a este diario que "nuestro cálculo da 1,4 en la última de abril". Entre las categorías con mayores incrementos están pescados y mariscos (+4,48%), verduras (+4,51%) que tienen mucha estacionalidad, y en el rubro de las bebidas hay aumentos en aguas minerales, gaseosas y jugos (+3,39%). La única variación negativa para esa semana fueron las frutas (-1,02%) que también está en el segmento de los estacionales.