La actualización por inflación del valor de los impuestos fijos a los combustibles se terminaría de concretar en julio, de acuerdo al nuevo esquema que dispuso el Gobierno por decreto este lunes. En junio subirán 8 por ciento pero en julio un 115 por ciento, según estimaciones privadas, siguiendo la inflación acumulada en el tercer trimestre de 2023 y primero de 2024. La decisión del Gobierno podría alterarse según las proyecciones de la inflación general que sigue de cerca el ministerio de Economía, tal como ocurrió con el aumento en las tarifas de luz y gas postergados en mayo y sin nuevo aviso.
El Gobierno dispuso este lunes la actualización del Impuesto sobre los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) correspondiente a la inflación acumulada en el cuarto trimestre del 2023 y primero de 2024 en dos tramos. Esta “gradualidad” supone un incremento del 8 por ciento a partir del 1° de junio, que de trasladarse íntegramente supone una suba de entre 1 y 1,5 por ciento sobre el precio final de la nafta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), según estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
A su vez, a dicho aumento impositivo, las petroleras podrían agregar una suba del orden del 2 a 3 por ciento extra, vinculada a la devaluación mensual oficial del 2 por ciento, a la variación del precio internacional del petróleo y al ajuste en el precio de los biocombustibles autorizado hace 15 días por la Secretaría de Energía. Esto completaría la actualización de junio, dejando terreno libre para el mes siguiente.
En el mismo decreto del lunes, el Gobierno autorizó otro incremento que llegaría al 115 por ciento a partir del 1° julio, según estimaciones del Iaraf. Allí se completará el ajuste por la exhorbitante inflación acumulada en el cuarto trimestre de 2023 y primero de 2023. De trasladarse plenamente al precio minorista, la nafta super podría aumentar hasta un 18 por ciento en CABA el séptimo mes del año.
Cabe recordar que el Gobierno decidió actualizar el valor de los impuestos fijos sobre los combustibles líquidos, en cuatro etapas, a fines de febrero pasado. Esto pese a que en campaña Javier Milei había dicho: “Antes de subir un impuesto, me corto un brazo”. Pero otros precios también subieron con fuerza, a partir de abril, básicamente las tarifas de los servicios públicos: con subas de entre 100 al 400 por ciento en luz, gas, agua y colectivos. Además de las prepagas. Esto amenazó la posibilidad de que el Gobierno pudiera mostrar un sendero de desinflación sostenido en mayo, de modo que decidió frenar todos los aumentos programados.
Actualmente algunas incertezas se mantienen, por ejemplo respecto a la suba del gas y la luz ¿en junio? Pero otras fueron confirmadas, como la del servicio de agua y los impuestos a los combustibles.
En resumen, el 1° de junio se eleva el ICL e IDC en un monto fijo de 11 pesos para la nafta, lo cual sube la carga tributaria desde 132 a 143 pesos por litro de combustible, según el Iaraf. Es decir un incremento del 8 por ciento. En el caso del gasoil también se verificará un incremento extra de casi 14 pesos por los impuestos. Por otro lado, el nuevo decreto estableció que las actualizaciones correspondientes a la inflación del cuarto trimestre de 2023 y el primero de 2024 se terminen de concretar a partir del 1° de julio, cuando el tributo tendrá un incremento del 115 por ciento, según las mencionadas estimaciones, elevándose desde 143 hasta 306 por litro de nafta.
Considerando el valor al día de hoy de un litro de nafta súper, la actualización del tributo de junio bajo un supuesto de traslado pleno implicará pasar de un valor de 870 a 881 pesos en CABA, esto es un aumento del 1,2 por ciento. En tanto, bajo el mismo supuesto, la nafta súper aumentará en julio hasta 1.044 pesos, acusando un incremento del 18,5 por ciento debido a la aceleración de la inflación.