Recién sobre el final del piloto de S.W.A.T. (estreno mañana por FOX a las 22), tras casi una hora de tiros, persecuciones, explosiones y músculos tensionados, comienza a sonar la intro sonora de Barry De Vorzon. Como si esta remake hubiera tenido que pagar derecho de piso para que se pudiera disfrutar de esa canción con su bajo pegajoso, cadencia urbana y la insistente sirena que la volvieron un ícono de la televisión hace tres largas décadas. Se trata –vaya paradoja– de una remozada versión de un policial de la vieja guardia. El mayor cambio, sin embargo, es el eco de los conflictos raciales y el colectivo “Black Lives Matter” en su narrativa. Serán 13 episodios que toman la inspiración de la serie creada en 1975 por Aaron Spelling y contó con una fallida adaptación en el cine en 2003.
El eje es el de un equipo de policía elite, en este caso situado en la ciudad de Los Ángeles, entramado cosmopolita ideal para actividades delictivas a gran escala, terrorismo y conflictividad social. Más que un piloto se trata de un “auténtico episodio cero” en el que se presenta el ambiente y esbozan las cualidades de cada uno de sus miembros: el líder, el francotirador, el fortachón, el segundo en el mando, entre otros. “El barrio está enojado y esto sólo va a empeorar”, asegura Hondo Harrelson (Shemar Moore) quien resulta el más idóneo políticamente para hacerse cargo de la unidad dado su color de piel. A su cabecilla lo habían echado por balear a un joven afroamericano durante una persecución. Hondo no quiere convertirse en una marioneta del poder de turno, tiene que aquietar las aguas en su comunidad y salir a atrapar a los bad guys. Al grupo, por otro lado, se le suma un nuevo integrante, Jim Street (Alex Russell), gran contrapunto para el nuevo hombre al mando, el que no se apega a las normas, el lobo indomable, quien maneja cualquier vehículo como si estuviera compitiendo en el Nascar.
Las contradicciones que atraviesa el personaje de Hondo tienen su atractivo. Debe dirigir a la unidad, ser leal a sus compañeros y no olvidarse de sus raíces en las calles. “Azul o negro: tenés que decidirte, hermano”, le reclaman en un momento. ¿Y a dónde lleva a su equipo para obtener información? A una peluquería de barrio donde las mujeres tienen más fuentes que cualquier soplón. El equipo de Hondo, además, tiene una declarada guerra interna con otra unidad policial mucho más agresiva, hecha al gusto de Donald Trump. “Este es un viaje a pura velocidad”, planteó Moore, quien recalcó que aquí están en primer plano las temáticas sobre racismo, el miedo de las minorías étnicas a la fuerza policial y la desconfianza de la sociedad ante los uniformados. “Es un S.W.A.T. interesante, real y con la química del equipo. Obviamente, soy parcial. No digo que vamos a ser los mejores, pero vamos a hacer algo que no se había visto hasta ahora”, añadió el actor que antes había participado de Criminal Minds.
El trasfondo de la problemática social y la conflictividad dentro de la propia fuerza, vale agregar, no está fuera de lugar ni se percibe como rebusque argumental sino que se debe a una rotundo estado de situación. ¿Es S.W.A.T. una ficción insurgente y profunda al estilo The Wire? Nada de eso. Se apega con orgullo al retrato policial old school y tiene sus buenas macchietas.
Si bien están los nombres de los antiguos personajes, S.W.A.T. se aferra a un academicismo narrativo con look, frenesí y estética deudora de la última gran saga de acción de los últimos años: Rápido y Furioso. Lo cual es lógico ya que entre los productores asoma Justin Lin. El director de gran parte de la filmografía con Toretto y compañía también se encargó del rodaje del piloto. Y por lejos, lo mejor de la propuesta pasa por las escenas de acción en ese enjambre de cemento. En el resto del equipo creativo aparecen nombres ligados a The Shield, CSI: NY y Prison Break, es decir, lo más encumbrado de la narrativa testosterona audiovisual. Aunque en este caso pueda que sus interlocutores tengan cierta carga de conciencia. “S.W.A.T. se trata de patear culos, ¿no?”, dice Street, el novato, cuando se presenta al equipo. “S.W.A.T. se trata de salvar vidas” lo reprende Hondo. En esa dicotomía se mueve la serie.