"Nunca nos pusimos de acuerdo para atacar. Nunca quisimos matar a nadie", aseguró Máximo Thompsen en la segunda parte de la entrevista que se pudo ver por televisión. Allí, al igual que el martes, dio su versión sobre lo ocurrido el 18 de enero de 2020 dentro y fuera del boliche Le Brique durante una pelea que terminó con la vida de Fernando Báez Sosa, de 18 años.
En esta segunda parte incriminó a sus compañeros, pidió perdón por lo ocurrido ("sé que el perdón es suficiente"), confesó que reza por Fernando e incluso comentó que conoció a una chica en los últimos dos años con la que quiere tener un noviazgo. Además, aseguró una y otra vez que no tuvo derecho a la defensa por recomendación de su exabogado, Hugo Tomei. Esto es parte de la estrategia de su nuevo abogado, Francisco Oneto, excandidato a vicegobernador bonaerense por La Libertad Avanza, con la esperanza de revertir su condena a prisión perpetua.
En esta segunda emisión, dio detalles sobre el rol de los otros rugbiers en la pelea desde su punto de vista. "Blas (Cinalli) le pega a Fernando dentro del boliche", aseguró en relación al rol de su compañero de celda en la Alcaidía de Melchor Romero, donde cumple su condena a prisión perpetua. Es la primera vez que Cinalli aparece mencionado en este marco.
"¿Quién pega la primera piña?", pregunta el periodista. "Enzo (Comelli)", responde. Le pega porque Fernando le había pegado a Matías (Benicelli)".
Según Thomsen, Fernando había atacado a Benicelli adentro del boliche. Al ver a su amigo una vez que los habían echado del boliche, Thomsen aseguró que se "metió" en una ronda de ocho personas para pegarle a alguien pero no sabía a quién.
Sobre el mensaje de whatsapp enviado por Lucas Pertosi, donde se refiere a que alguien "caducó" tras la pelea, Thomsen dijo que lo había escuchado recién en el juicio. Después de la pelea, Máximo se fue a la casa donde paraban y se cambió la ropa. Asegura que no advirtió que tuviera sangre en la zapatilla, como luego comprobó la Justicia.
De ahí, se dirigió a un Mc Donald's junto a Lucas. "Él me dijo que algo malo había pasado porque había visto una ambulancia. Le dije que podía ser una pelea cualquiera. Yo le dije que si era grave, íbamos a ir a la comisaría o el sanatorio. Yo nunca pensé que había pasado lo que pasó", aseguró, intentando despegarse de la situación.
También se refirió a Pablo Ventura, el chico que remaba en Zárate a quien incriminó en su momento y que estuvo en prisión unos días. "Un comisario me llevó aparte, me empezó a decir que esto era grave, que podíamos tener prisión por 25 años, me pidieron nombres y yo tiré ese nombre por tirar. Yo no estaba consciente de lo que decía. Me arrepiento de haber dicho eso", dijo Thomsen.
Fernando Burlando, el abogado de la familia de Báez Sosa, le respondió al joven y aseguró que tuvieron una actitud "cobarde y egoísta". Burlando lo calificó la actitud de Thomsen de "miserable" y consideró que "tiene que ver con algún tipo de estrategia que podría utilizar". Sin embargo, para el letrado, "a esta altura muy poco efecto puede tener".
“Ahora que se ven frente a la realidad empiezan los lamentos. No lloran por Fernando, por haberle arrebatado la vida. Lloran por ellos y por las consecuencias que les tocó vivir”, agregó. Y sostuvo que "siempre tuvieron una postura cobarde y egoísta. Cobarde respecto del hecho y egoísta cuando tenían que evaluar la extensión del daño que generaron”.
Graciela Sosa también rompió el silencio tras las declaraciones de Máximo Thomsen y aseguró que "podrán hablar de arrepentimiento, de llanto, de 'su libertad', pero la única víctima es, fue y será Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes". El texto lo escribió junto a una foto con su hijo y Silvino Báez.