Abel Guzmán, el estilista de 43 años, acusado de asesinar a su compañero Germán Medina, en una peluquería de Recoleta, fue detenido en la tarde de este miércoles. Guzmán, que llevaba tres meses prófugo, estaba escondido en una casa de la localidad bonaerense de Moreno.

La detención fue posible luego de un llamado anónimo este mismo miércoles a la mañana al programa de recompensas del Ministerio de Seguridad de la Nación. Por datos sobre el asesino de Medina había un ofrecimiento de recompensa de $ 5.000.000.

A partir de ese dato, la División Captura de Prófugos de la Policía de la Ciudad hizo tareas de inteligencia en el lugar y confirmaron que era Guzmán. El hombre cayó en una casa donde dormía y a la vez hacía changas para una jubilada, ubicada en Miserere al 4900.

A lo largo de diez semanas, los investigadores siguieron todas las pistas. Hubo llamadas anónimas que decían haber visto al homicida en Beccar, en San Isidro, y hasta en Santiago del Estero. Finalmente, ubicaron al homicida en Moreno.

“Se profundizaron las búsquedas sociales como Instagram, Facebook y Tik Tok. El dato de que Guzmán trabajaba en Moreno llegó hoy a la mañana”, afirmaron a fuentes con acceso al expediente. 

Fuentes de la Policía de la Ciudad informaron que detectives de Dirección de Delitos Complejos “arribaron a la zona de la detención luego de varios días de hacer tareas de vigilancia permitiera dar con el dato de que en el barrio había una persona que hacía unos cuatro días que andaba dando vueltas en la zona, cortando el pasto y arreglando cosas”.

Algunas versiones indica que Guzmán, oriundo de Merlo, había llegado a esa vivienda a través de un amigo perteneciente a una barrabrava de un club de la zona. Por ese movimiento, una vecina lo habría reconocido y habría pedido la recompensa. Otro vecino de la cuadra de Moreno donde se escondía el homicida dijo en declaraciones televisiva: “Salí y lo tenían dos policías sacándole fotos. Cuando lo vi pensé: ‘Este tiene cara conocida’”. Y agregó: “Se ve que estaba viviendo hace poco ahí, en esa casa donde vive una señora grande. Nunca lo había visto. Lo noté tranquilo”.

Sin embargo, no era tan fácil reconocerlo. Inmediatamente después del crimen, se rapó. Ahora tenía una larga barba que ocultaba sus facciones. Hasta el novio de la víctima hizo hincapié en la metamorfosis de Guzmán: "Está super cambiado. Si veo el video y las fotos, era prácticamente imposible encontrarlo. El cambio es muy notable. Está mucho más flaco, la barba, el pelo... Hubo un cambio radical en él", dijo Julio Mendoza, en declaraciones a TN.

“Nos queda un camino largo para recorrer para saber las respuestas a las preguntas que nos hacemos: ¿Hubo algún motivo? ¿Qué lo impulsó a hacer esto?”, volvió a remarcar Mendoza para luego concluir con su pedido --y el de la familia de Medina-- de prisión perpetua para el imputado: “Exigimos justicia y que paguen todos los culpables. Que paguen también las personas que lo ayudaron”.

Germán Medina fue asesinado de un disparo en la cabeza en la peluquería Verdini, ubicada en la calle Beruti al 3017, en el barrio porteño de Recoleta el 20 de marzo. Finalizada la jornada de trabajo, cuatro empleados --tres hombres y una mujer-- se quedaron tomando una cerveza en el local, mientras en el exterior transcurría un temporal.

Según lo expresado por el encargado del local, Facundo Verdini, quien presenció el crimen, se inició una discusión entre Medina y Guzmán. En un momento, Guzmán sacó un arma le disparó a su compañero en la cabeza. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad del local. 

Producto del disparo que recibió en la cabeza, Medina, de 33 años, quedó gravemente herido, y fue trasladado al Hospital Fernández. Allí falleció poco después.

Pocas horas después del crimen, se conoció que la familia del atacante es de Santiago del Estero, donde vive Cecilia Guzmán, su madre, quien aseguró no saber nada sobre el paradero del acusado. “¡Rezo para que mi hijo se entregue lo más pronto posible!”, había expresado en su momento a un medio local.

Por su parte, la familia de Medina temía que el asesino hubiera escapado a la provincia del norte y esté escondido o, al menos, que haya pasado por allí para continuar su fuga. No obstante, Guzmán estaba escondido en una casa en Moreno, no demasiado lejos de la escena del crimen.