"Sacamos una receta del freezer, le cambiamos un poco los condimentos, algún producto y hay una fiesta nueva con un espíritu también anterior", dice Jorge Pizarro, creador y director artístico, junto a Marcia Amoroso, de Condon Clú. Esta mítica fiesta de rock y erotismo emergió en medio del clima contracultural y de resistencia política de los noventa y luego de 30 años de ausencia ha vuelto a la escena. En marzo de 2024 se hizo una primera edición y este viernes 31 de mayo, a partir de las 23, hay otra. En el C Complejo Art Media (Corrientes 6271, Chacarita) confluirán performances, bandas en vivo y DJs. El show de apertura estará a cargo de Felipe Barrozo (Intoxicados) y tocará Pier, celebrando 30 años de trayectoria y presentando el álbum Conexión. El maestro de ceremonia será Mosquito Sancineto.
A pedido del público, Pizarro y Amoroso recuperaron una "fórmula" que resultó exitosa en la década del '90. Ellos venían de la militancia política -concretamente de la Juventud Peronista- y participaban de la organización de recitales en reclamo de justicia por la muerte de Walter Bulacio. "Los recitales de las bandas que estaban surgiendo, que tocaban en lugares como Cemento, eran a las 3 de la mañana. Llegabas a las 12 de la noche, te embolabas esperando que llegara la banda, terminaba y te ibas. Lo primero que consideramos fue hacer una fiesta. Una fiesta con una banda en el medio. Puede parecer re obvio, pero no estaba sucediendo en la escena de Buenos Aires", recuerda Pizarro.
La primera fiesta tuvo como sede el club Estrella de Maldonado, de Palermo. Al rock se sumaron dos elementos: el erotismo de performances artísticas, que aportó la estética a la propuesta, y una campaña de sexo seguro, ya que se repartían preservativos en la entrada, algo muy novedoso para el momento. "Con esas tres cosas empezamos a rotar por clubes, como el club Villa Crespo, All Boys, la Federación de Box, Ferro, y la fiesta empezó a crecer", relata Pizarro. Artistas y bandas que se tornaron de las más influyentes se presentaron en Condon Clú. La lista incluye a Pappo's Blues, La Renga, Los Piojos, La Bersuit, Las Pelotas, Los Auténticos Decadentes, Viejas Locas, Memphis La Blusera, Juanse, Caballeros de la Quema, Los 7 Delfines, Botafogo. "Aparte del rock, la fiesta, el erotismo, se fue gestando una pertenencia gregaria", destaca Pizarro.
La vida del Condon Clú se extendió entre 1991 y 1994. Hubo algunas noches más, aisladas, después. En aquel año, Amoroso y Pizarro tuvieron su primer hijo y fundaron la discoteca Ave Porco, con otro tono, "espíritu bisexual y música electrónica". En estos 30 años ambos, cada uno por su lado, continuó en la producción cultural en los ámbitos privado y estatal. Pizarro fue, por ejemplo, director del Cultural San Martín y coordinador ejecutivo del Museo Nacional de Bellas Artes.
Tres décadas después del hito, un grupo de Facebook empezó a organizar fiestas en homenaje al Condon Clú. "Nos pedían que volviéramos y decidimos hacer una, con el desafío de mantener una estética y estilo de rock, con temas, bandas inoxidables del día de hoy, y la mezcla con bandas nuevas", cuenta Pizarro. El regreso fue el 30 de marzo. Con entradas agotadas, tocaron Ritual 87 y La Chilinga. La crew de Hadas, Hados y Hades, a cargo de la parte performática, también fue dirigida por Sancineto.
-¿Con qué otros desafíos se encontraron a la hora de recuperar esta fiesta?
-Otro desafío es cómo presentar una propuesta estética, visual y de contenidos eróticos hoy, en 2024. Teníamos que ver cómo asumíamos el cambio de época. Antes era más lineal, sexista lo que se hacía. Hoy no es así, por suerte, porque somos diferentes. Otro desafío es la convivencia entre los que habían ido al Condon -que hoy tienen 40, 50 años- y los pibes de 20, que son la mayoría de los que vienen. Hicimos la primera fiesta y nos gustó la mezcla que salió.
-¿Qué se mantiene de lo anterior y qué agregaron? ¿Como es la nueva versión?
-Tiene el mismo esquema. Tenemos una crew de 10 chicos, chicas, chiques que reciben a la gente, reparten los forros, hacen las performances; a la vez se generan algunas performances que no producimos nosotros, sino que ya vienen hechas. Lo que se repite es la entrada, la repartida de forros, las performances, la banda de rock y la fiesta de rock. Lo estamos haciendo en un lugar mucho más producido que antes. En los noventa llegábamos a la mañana a un club de barrio, empezábamos a armar al mediodía y a la noche estaba todo listo; hacíamos la fiesta y a la mañana teníamos que desarmar todo y después se hacía el partido de basquet del club. Hoy tenemos un apoyo grande en cuanto a la estructura que nos permite dedicarnos solamente a lo artístico.
-¿Qué sentido toma actualmente la fiesta? Yendo a lo político, ronda cierta idea de que volvieron los noventa...
-De hecho tenemos una pauta en la radio que dice "volvieron los noventa, volvió Condon Clú". Enganchado con Milei, por supuesto. Tenemos una posición muy crítica que se manifiesta artísticamente. Así como en los noventa estaba el menemismo ahora hay una versión mucho más maléfica, entonces nuestra respuesta tiene que ser más enérgica también. En los noventa la fiesta tenía un sentido en cuanto a lo social porque estaban de moda los boliches de la costanera, por ejemplo El Cielo, donde estaba muy reglamentada la vestimenta, el pertenecer a determinado círculo. A la fiesta venías en bermuda y zapatillas. Era la primera diferencia en cuanto a libertad, porque en la medida en que no jodieras a otro podías hacer lo que se te cantara. Hoy me parece que la diferencia, si pudiera marcar una, es una intención que tenemos, que al menos en la primera fiesta sucedió. El erotismo tiene, ante cada uno de nosotros, estímulos que pueden venir de lo visual, lo sensitivo, lo olfativo, la memoria. Pero notábamos que no estaba sucediendo en el ambiente. Había un vacío en el sentido de generar ambientes específicos para el encuentro erótico. Nosotros pretendemos que la fiesta sea un encuentro. Que llegues y en una de esas te vayas con algún beso, abrazo, una relación fugaz aunque sea. Convocamos a esto con la estética y con la misma convocatoria, porque decimos que es una fiesta de lujuria del rock.
-Si mirás hoy el mainstream musical, en cuanto a ventas y shows, no es el rock. Eso también se traslada a las fiestas. Vas a encontrar fiestas de cumbia, trap, rap, electrónica, pero es dificil que encuentres fiestas de rock. Las hay, en lugares un poco más chicos, pero así, de mayor cantidad de público, con mayor producción y demás no, al menos en la Ciudad de Buenos Aires. O no las conozco. Lo que estoy viendo es que algunos intérpretes de los géneros que lideran audiencias... vamos a poner un caso, Wos. Graba un tema con el Indio. Y otros referentes del género empiezan a incorporar elementos estéticos y prácticos del rock. Está habiendo una reconversión en ese sentido. Una vuelta de rosca.