Alejandro Muszak y sus cómplices seguirán presos y la causa será elevada a juicio oral, por decisión de la cámara del crímen de San Isidro, que interviene en el proceso. Muszak, hoy alojado en la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Bonaerense, podría recibir una pena de hasta 50 años de prisión por ser el organizador de una asociación ilícita que cometió 23 estafas.
La justicia bonaerense confirmó hoy la prisión preventiva del ex ceo de Wenance, Alejandro Muszak, y de sus principales cómplices, Paola Vallone, Cleto García, Pedro Viggiano, Juan Silvero y Anahí Mazalán.
La empresa prestaba dinero por internet a sectores no bancarizados de la población, luego emitía títulos (valores de deuda fiduciaria) por esa deuda, que vendía a inversores, trasladándoles el riesgo. En julio del año pasado dejó de pagar intereses, capitales, salarios y proveedores en general.
La investigación demuestra que llegó a vender seis veces el mismo préstamo, lo que implica según los expertos un típico esquema Ponzi, similar al de Bernard Madoff en EEUU. Hay distintas versiones sobre el monto total de la estafa, que van de los 60 a los 400 millones de dólares.
La decisión implica un duro revés para los defensores que aspiraban, por un lado, a obtener la eximición de prisión y, por otro, a que el expediente fuera derivado al juzgado Nro. 43 de CABA, a cargo de Paula Verónica González, en tanto "fuero de atracción".
González se encuentra seriamente cuestionada por su inacción, tanto por los querellantes como por la fiscal de esa causa, Mónica Cuñarro, que presentaron sendos recursos por "retardo de justicia".
El accionar de Guevara en la fiscalía de San Isidro expone aún más la diferencia de velocidades. A modo de ejemplo, González citó a indagatoria por primera vez a Muszak, Vallone y Viggiano para el próximo martes 4 de junio, cuando se cumplirán once meses de la quiebra fraudulenta.
En el escrito, al que tuvo acceso Buenos Aires/12, se resuelve “no hacer lugar bajo ningún tipo de caución al pedido de excarcelación”. Entre los principales argumentos, explica que existen tanto riesgo de fuga como de entorpecimiento procesal, de manera que todos los acusados deberán atravesar el juicio privados de su libertad.
Los querellantes consultados destacaron la seriedad y celeridad del trabajo del fiscal Alejandro Guevara, que en pocos meses completó la investigación preliminar, requisito previo para la elevación a juicio penal en la justicia provincial.
La detención de Muszak y sus cómplices generó un terremoto interno en la organización criminal. Por un lado, una de sus lugartenientes que permanece libre, Ivana Román Luquez, ofreció a los querellantes de San Isidro acuerdos de pago más generosos, a cambio de que retiraran sus denuncias. Hasta acá, ninguno de ellos aceptó la oferta.
Por el otro, los cómplices intentaron, en sus respectivas declaraciones, despegarse del accionar delictivo de Muszak, aduciendo que “apenas realizaban tareas administrativas”, “abrían la puerta y servían café” o “llevaban las mascotas del Sr. Muszak a bañar a la veterinaria”.
Estos últimos fueron los argumentos de Mazalán y Vallone, aunque el contenido de sus dispositivos electrónicos lo desmiente. Vallone es, además, esposa de Pedro Viggiano, mecánico y chapista de los autos de colección de Muszak. Según la versión de estos últimos, su rol se limitaba al de prestanombres ya que no sabían lo que firmaban y eran “empleados todoterreno por sueldos módicos”.
¿Y ahora?
La preocupación central de las víctimas de estafa, ahora que Muszak se encuentra detenido, es cómo recuperar el dinero. Entienden que hasta el acuerdo de liquidación de sociedad conyugal, complementario del divorcio, firmado en febrero pasado por Muszak y su ex esposa, Carolina Collia, es también un intento por resguardar parte del patrimonio mal habido.
De acuerdo a ese escrito, Collia se quedó con el inmueble de la Avenida del Libertador, donde fue detenido Muszak y una propiedad en Miami, y Muszak con el inmueble de Nordelta y las acciones de las empresas que hoy no tienen ningún valor. Pero, más importante aún, Collia declara ante escribana pública desconocer totalmente las actividades comerciales de su cónyuge. Los pagarés firmados por ella en poder de las víctimas de estafa lo desmienten.
Modus operandi
Wenance prestaba dinero por internet a sectores no bancarizados con altas tasas de interés. “Les damos la oportunidad a esos sectores de regresar al sistema, de reconstruir su scoring, y eso obviamente tiene un precio”, decía Muszak en 2017 y 2018, cuando explicaba su negocio en foros sectoriales.
En julio de 2023, abrió un nuevo frente de conflicto con los inversores que colocaban su dinero para que Wenance lo prestara, en un caso evidente de intermediación financiera sin licencia del BCRA. En julio, el financista alegó un “aumento de la mora por la crisis económica” y entró en cesación de pagos, aunque en el expediente hay elementos suficientes para acreditar una quiebra fraudulenta.
Las operaciones de Abuntia comenzaron en 2021 y crecieron durante 2022. La explicación era sencilla: Muszak les ofrecía a sus inversores de Wenance “una plaza más segura y estable que la Argentina”. Muchos compraron el argumento.
Cuando el financista decidió dejar de cumplir sus compromisos con inversores, proveedores y empleados, también lo hizo con los “españoles”, que eran en realidad argentinos, muchos de ellos residentes fuera del país. En agosto del año pasado, Abuntia anunció a sus inversores el inicio de un proceso de auditoría externa, paso previo para elaborar un plan de reestructuración de deuda. Pero tres empresas de auditoría renunciaron, en disconformidad con la injerencia de Muszak en el proceso.
A fin de 2023, Muszak abandonó su domicilio de Nordelta, preocupado por posibles escraches, y se mudó al 4400 de avenida Libertador, en la ciudad de Buenos Aires. Los damnificados por su accionar comenzaron a esperarlo e interceptarlo, teléfono en mano, durante sus salidas matutinas de running alrededor de los lagos de Palermo para después subir el material a las redes sociales. Fue finalmente detenido el 16 de abril.