Las últimas se hicieron desear, pero el gobierno nacional logró finalmente juntar todas las firmas que le faltaban para dictaminar el paquete fiscal y Ley Bases y dio comienzo oficial, así, a la cuenta regresiva para sesionar en el Senado. Victoria Villarruel tuvo que salir a mostrar las firmas a través de sus redes sociales, luego de que sus pares en el gobierno nacional hubiesen salido anticipadamente a celebrar por haber llegado a un principio de acuerdo. Pero no fue hasta que la chubutense Andrea Cristina estampó su firma en el dictamen de paquete fiscal que Villarruel y el resto de los senadores pudieron respirar tranquilos: las 24 horas de idas y vueltas, acuerdos caídos y negociaciones contrarreloj, habían finalizado. Ahora quedaba solo juntar los votos para la sesión, que se convocará para la segunda semana de junio. Y el mapa de firmas, con el acompañamiento de opositores como Edgardo Kueider, José Carambia y Guadalupe Tagliaferri, era la primera buena noticias que el gobierno tenía sobre el Congreso en semanas.  

Guillermo Francos fue, vio y venció. En su noche debut como jefe de Gabinete, el sucesor de Nicolás Posse logró destrabar los acuerdos que faltaban y se dio el lujo de enviarle el mensaje al presidente, de viaje por California, que la Ley Bases y el paquete fiscal estaban listos para llevarse al recinto. Le concedió a Carambia --el santacruceño rebelde que se negaba a firmar-- el incremento de las regalías mineras, tranquilizó a Tagliaferri --la desconfiada del PRO que no definía si acompañar-- con que los cambios acordados en el Senado no serían desactivados después en Diputados y abandonó el Palacio, confiado en que el número ya estaba. Fue Martín Menem, sin embargo, quien quiso dar la primicia por la noche, anunciando que Ley Bases tenía dictamen, generando la ira de la presidencia del Senado, que aseguraba, por esas horas, que todavía no habían llegado oficialmente todas las firmas. "No nos hacemos cargo de lo que tuitean en Diputados", mascullaban tarde a la noche colaboradores de Villarruel. La interna seguía a flor de piel.

El problema era que, luego de los cambios introducidos en la Ley Minera para conseguir el apoyo de Carambia, el dictamen se había modificado y había firmas que habían dejado de tener validez y la Secretaría Parlamentaria no lograban volver a conseguirlas porque sus autores habían abandonado el Congreso. Uno era el radical Flavio Fama, que se había ido a ver a Boca. La otra era Andrea Cristina (PRO), que antes de firmar necesitaba el okey de su gobernador, Ignacio Torres: los chubutenses querían tener la garantía de que el incremento del 22 por ciento del piso de Ganancias para los patagónicos no sería modificado, después, en Diputados. 

Recién cuando estuvieron confirmadas las firmas del paquete fiscal fue que Villarruel publicó en Twitter las fotos de los dictámenes de los dos proyectos. Como para que no quedaran dudas. "Quiero agradecer el trabajo conjunto de los senadores y el Jefe de Gabinete y equipo, pero principalmente del grupo de trabajo del Senado que incluso de madrugada han trabajado y aportado su esfuerzo para que el Presidente tenga las leyes que envió a nuestro Senado", tuiteó la vicepresidenta, que había puesto la oficina para que Francos pudiera negociar con los senadores. Javier Milei, enemistado públicamente con su vice, la retuiteó.

El mapa de firmas

El dictamen de Ley Bases del oficialismo tuyo el acompañamiento de los libertarios Bartolomé Abdala, Ezequiel Atauche y Juan Carlos Pagotto, y los aliados Juan Carlos Romero, Luis Juez (PRO), Carmen Álvarez Rivero (PRO) y Beatriz Ávila. De parte del radicalismo, consiguió el apoyo incondicional de los mendocinos que responden a Alfredo Cornejo, Rodolfo Suárez y Mariana Juri. El jefe de bloque, Eduardo Vischi, el chaqueño Víctor Zimmermann, el fueguino Pablo Blanco y Flavio Fama, mientras tanto, firmaron en disidencia. También acompañó sin objeciones la misionera Sonia Rojas Dacut, confirmando así el respaldo de los dos senadores que responden a Carlos Rovira (líder del Frente de la Concordia Misionero) a la Ley Bases, más allá de la falta de apoyo que Milei ha ofrecido a la provincia desde que comenzaron las protestas.

Fueron, sin embargo, las firmas en disidencia de Carambia, Tagliaferri, Cristina, el entrerriano Edgardo Kueider, la neuquina Lucila Crexell, la rionegrina Mónica Silva y la cordobesa Alejandra Vigo, las que terminaron de aclarar el panorama. Resueltas las negociaciones con Tagliaferri y Carambia --que acompañarán en general la ley pero objetarán en particular algunos de sus capítulos-- la única gran incógnita que quedaba era el peronista Kueider. Los radicales Martín Lousteau y Maximiliano Abad habían anunciado que no firmarían el dictamen del oficialismo, al igual que los senadores de Unión por la Patria, pero Kueider se mantuvo en silencio hasta la noche del miércoles, post confirmación del acuerdo de Carambia. Recién pasadas las 8 de la noche dio a conocer que, pese a las decenas de pedidos de modificación que había pedido a la ley, acompañaría con su firma. 

El apoyo de Kueider, exFrente de Todos, cayó como un baldazo de agua fría en el peronismo, que lo contaba entre los posibles votos en contra de la ley. El PJ de Entre Ríos sacó un comunicado cuestionando su decisión y recordándole que el peronismo había sido "votado para ser oposición no para plegarse al oficialismo y garantizarle gobernabilidad a costa del sufrimiento de la gente". El documento era una respuesta a las declaraciones de Kueider del miércoles a la noche, cuando justificó su firma argumentando que no podía "oponerse por oponerse". Sus compañeros de bancada y de partido sospechan que el senador cerró un acuerdo con el gobierno para ocupar cargos en el PAMI y la Anses de Entre Ríos, pero Kueider lo niega. 

En el caso de paquete fiscal, una vez que los patagónicas se aseguraron que se incrementaría el piso de Ganancias, el proyecto se dictaminó sin problemas. Queda por delante la sesión, que se convocará no para la semana que viene --ya que algunos senadores anticiparon que no podrían estar-- sino para el 12 o 13 de junio. Si bien el panorama quedó más "ordenado" - como admitieron algunos senadores - existen varios capítulos que se rechazarán en la votación en particular. El desafío de Francos, ahora, será evitar una carnicería.