Desde Londres

Este sábado el Estadio Wembley albergará por tercera vez desde su reconstrucción y por octava en toda la historia a la final de la Champions League. El Real Madrid y el Borussia Dortmund se disputarán “La Orejona” que hasta el 1º de junio será propiedad del Manchester City.

El sábado pasado este mismo equipo cayó por 2-1 en un sorpresivo triunfo del Manchester United en la final de la FA Cup. Ese partido fue el puntapié inicial de una temporada llena de eventos no sólo deportivos del segundo estadio más grande de Europa que tiene capacidad casi 100.000 personas. Sólo el Camp Nou de Barcelona lo superaba pero fue derribado para su remodelación.

Al bajar del subte en la estación Wembley Park una recta de 800 metros deja ver a lo lejos un gigante, imponente, impactante y moderno: el nuevo Estadio Wembley que se reconstruyó e inauguró en 2007 y es tan grande como las historias y personajes que pasaron por ahí durante toda su existencia.

En 1923 se construyó en el mismo lugar donde está ahora y 300 días bastaron para hacerlo realidad. Desde ese momento se convirtió en un lugar emblemático no sólo para el fútbol, sino también para el mundo de la música. Pelé le puso el apodo de “La Catedral del fútbol” aunque nunca jugó allí oficialmente. El astro brasileño fue el último en marcar un gol en un evento benéfico en el año 2000 antes de que el estadio fuera demolido para su reconstrucción. La relación de O' Rei es tan estrecha que el arco externo del mítico recinto se iluminó de verde y amarillo después de su fallecimiento.

Si se retrocede en el tiempo, en el viejo Wembley se jugó la final del Mundial '66 entre Alemania e Inglaterra, en la que los británicos se consagraron campeones del mundo por única vez en su historia con el famoso gol fantasma de Geoffrey Hurst en el partido que la Selección inglesa ganó por 4 a 2. Aún más antiguo fue el rol de La Catedral del fútbol como estadio olímpico en los Juegos de 1948.

El recorrido mítico

La última visita guiada para conocer el estadio fue el 23 de mayo. Ese día los encargados de Wembley se mostraron ansiosos, esperando la final de la FA Cup y la del próximo sábado entre Real Madrid y Borussia Dortmund.

La visita comenzó con una introducción interactiva que cuenta la construcción del viejo y del nuevo recinto y hace particular foco en el gol fantasma ya mencionado. Una estatua de Bobby Moore y la replica de la Copa Jules Rimet dan inicio al recorrido.

Seguido a eso hay una muestra fotográfica en la que se ve a prisioneros de guerra alemanes trabajando con ingenieros británicos al lado del estadio con vistas a los Juegos Olímpicos de 1948.

También hay otras fotos de jugadores y momentos importantes para la vida del estadio  como la de Diego Maradona, Pelé y Michel Platini en el partido del centenario de la Football League y una placa de la final que ganó Barcelona ante el Manchester United en 2011: Messi Masterclass, dice la imagen. Pero nada de esto tiene comparación con la parte final del recorrido: el ingreso al vestuario principal, en el que están colgadas todas las camisetas de la Selección masculina de fútbol y la vista impactante desde el césped, el mismo que pisaron, pisan y pisarán las grandes estrellas del fútbol mundial.

Con una capacidad para 99.354 espectadores que se distribuyen en tres bandejas, Wembley tiene varios récords: el más particular, es el estadio con más baños en el mundo, son 2.618.

Cada una de esas bandejas tiene la misma capacidad que algunos estadios de otros equipos ingleses, pero lo más distintivo es el palco real. Hay dos reglas que hay que cumplir para poder permanecer: no se puede festejar ni tampoco utilizar ropa alusiva a ningún equipo.

Boris Johnson, exprimer Ministro inglés fue el primero en no cumplir con esto y el Principe Williams fue el segundo cuando se sentó en el palco con una bufanda del Aston Villa y fue suspendido de su lugar. Además, si se habla de posiciones en el palco real Kate Middleton tenía su lugar al lado de su marido, pero desde que tuvo un hijo varón, este la desplazó para quedar al lado de su padre.

Un estadio, no solo de fútbol

El final del recorrido es una galería con un gran homenaje a las estrellas de la música que pasaron por ahí con una leyenda: "13 de julio de 1985, el día que la música cambió al mundo”, en referencia al histórico Live Aids en el que estuvieron Queen, Paul Mc Cartney y Elton John, entre otros.