"No hay que resistir. Hay que luchar", sentencia enérgicamente Valentina Viglieca al hablar de ARDE, la instancia cultural creada por los trabajadores y trabajadoras de la Secretaría de Cultura para hacer frente al ajuste del gobierno de Javier Milei. ARDE propone diversidad, fue y es varias cosas. En abril tomó la forma de un festival en la explanada del CCK; en mayo, la de una peña en un centro cultural; y este sábado se convertirá en una fiesta "para el baile y relajarse", con la participación de Los del Fuego, Carniceros del Amor, Los Chichones y DJs en el JJ Circuito Cultural (Jean Jaurès 347), a partir de las 22. El evento es íntegramente producido por los trabajadores en apoyo a quienes fueron despedidos.

"ARDE es una instancia cultural que surgió como idea de la asamblea de trabajadores y trabajadoras de la Secretaría incluso antes de los despidos, como una manera de visibilizar nuestras tareas, que están siendo liquidadas por completo, porque este Gobierno está eliminando políticas culturales, programas enteros", dice Viglieca, secretaria general adjunta de ATE Cultura. "Es tan grande la impronta del discurso del ñoqui, de que los trabajadores del Estado no laburamos, que esta es una manera de poner sobre la mesa nuestro trabajo y todo lo que se ha dejado de lado", añade. Con los despidos han quedado golpeadas las orquestas infanto-juveniles, programas vinculados a la diversidad y con fuerte impronta territorial. El área de Festivales Argentinos fue directamente desmantelada. "Este es un ataque, también, a la población. El hecho de aniquilar toda posibilidad de acceso a la cultura es un golpe al pueblo en general", postula la dirigente.

La primera experiencia de ARDE, en la explanada del CCK, el sábado 7 de abril, contó con la participación de Paula Maffía, Karamelo Santo, Guillermo Fernández, Cafundó y Mala Fama y tuvo, entre otras cosas, un bloque infantil, con Los Raviolis y Koufequin. La respuesta del público fue masiva: circularon alrededor de 20 mil personas

"Nos puso la vara muy alta. Teníamos expectativa, aunque estábamos temerosos de cuál iba a ser la repercusión. La jornada iba de las 14 hasta la medianoche, con actividades permanentes. Parte de lo que había en el escenario era el laburo de nuestros propios compañeros, por ejemplo, los de danza de la Casa de la Cultura de la Villa 21-24 y 90 músicos de las orquestas infanto-juveniles. No eran sólo bandas que traían gente por sí mismas. Se trataba de mostrar nuestro laburo, y funcionó. Hubo mucho movimiento. Tuvimos un stand de editoriales y la presencia de otros sectores en lucha, como Télam, Incaa y Banco Nación", cuenta Viglieca.

"ARDE la Peña" tuvo como sede el Centro Cultural Pepa Noia y dio lugar al folklore con bandas que ponían el acento en la diversidad. "Fue en un lugar más chico; igualmente nos sobrepasó. Descubrimos que hay voluntad de solidarizarse por parte de los que entienden que la aniquilación de la cultura es la política", dice la dirigente. Este sábado será el turno de la cumbia. "ARDE ocupa un espacio vacante que está dejando el Estado, dándole la posibilidad a las bandas de que se presenten", dice Viglieca, al ser consultada por la diversidad de expresiones musicales que tienen cabida en la propuesta. 

"Cuando uno monta un escenario apunta a distintos públicos. No hay sector de la población que hoy esté teniendo cobertura. Nos ponemos a fantasear con hacer un ciclo de teatro o danza, pero no nos da la economía, no tenemos estructura. Buscamos variedad. Queremos hacer una próxima fecha, esperamos que el 22 de junio, con otro perfil, más under, indie", suma. "Todas las bandas se presentan sin cobrar. Lo recaudado va al fondo de lucha de despedidos y despedidas. Seguimos peleando por la reincorporación. Tienen que volver a sus puestos", explica. La entrada anticipada cuesta 3500 pesos; en la puerta, 4500.

Entre enero y marzo, el Gobierno echó a 249 trabajadores de Cultura, otrora Ministerio, actualmente Secretaría. De ellos fue reincorporada una minoría: sólo los delegados con fueros. "Echaron a una compañera embarazada de ocho meses. No la han querido reincorporar", resalta Viglieca. Hay temor, ahora, por declaraciones de Manuel Adorni, quien amenazó con más despidos en el Estado para el 30 de junio. El temor se mezcla con el dictamen de la Ley Bases, además. El 30 de junio en Cultura vencen 3200 contratos. "No sabemos cuál es el porcentaje de los que despedirán. Todos están en riesgo", dice la secretaria de ATE. En planta permanente sólo hay 320 personas. 

"Desde el lugar del festejo, el encuentro y el compartir, buscamos romper el miedo que logran instalar, porque nadie quiere ni se puede quedar sin laburo, y no es que salimos y conseguimos otro. Tenemos gente muy capacitada que no está pudiendo entrar al mercado laboral porque todas las industrias culturales están siendo golpeadas, con la mercantilización de la cultura y el retiro del Estado. Rápidamente los despedidos quedan en una sensación de soledad y retraimiento. ARDE es una manera de mantener la mancomunión y de que no nos roben la identidad de clase, de sentirnos parte de la misma barca, siendo compañeros y compañeras", concluye Viglieca.

Por su parte, Lucía Adúriz, cantante de Carniceros del Amor, expresa: "Nos emociona compartir estos espacios de resistencia, para no perder de vista que el vaciamiento cultural comienza con el despido de sus trabajdorxs en el Estado, sigue con la desfinanciación, continua con la persecución a personjes referentes, es insistente en la disputa por el lenguaje, por lo simbólico, y acaba por aniquilar la posibilidad de pensar a la cultura como una forma de estar en común, como aquello que nos hace pueblo". La artista concluye: "Ninguna ingenuidad ni mero afán de ordenar las cuentas: los-ellos saben que la cultura entrega herramientas para pensar la realidad siempre de manera más compleja, atenta y soberana. Somos y seremos su miedo más profundo, por eso la saña. Todo lo recaudado es para el fondo de lucha por lxs despedidxs. Nuestro aporte el sábado será el ritmo y sustancia, la alegría del encuentro".