Terminado el ciclo de Carlos Tevez, la dirigencia de Independiente continúa con el arduo trabajo de cerrar un entrenador luego de que Nicolás Larcamón descartó la chance de asumir, y todos los cañones apuntan a Julio Vaccari.

En las próximas horas, el presidente de la entidad de Avellaneda, Néstor Grindetti, junto a otros dirigentes, se reunirán por primera vez con el ex DT de Defensa y Justicia, que ya volvió de vacaciones.

Si bien Vaccari estuvo en carpeta como una opción, que sea representado por Christian Bragarnik trae ciertas cuestiones a tener en cuenta, dado que el Rojo posee deudas económicas que tienen como vínculo al empresario.

Una de ellas es por 460 mil dólares al Tijuana por Facundo "Chucky" Ferreyra, 2 millones de dólares al Elche (Bragarnik es el dueño) por Iván Marcone, además de una deuda salarial con el mediocampista.

Llueven las intimaciones

Pero los problemas en Independiente no paran de acumularse, ya que este viernes recibió además una intimación por parte de Martín Cauteruccio, quien exigió un pago millonario tras irse en conflicto del club.

El delantero uruguayo exigió 211 millones de pesos más intereses, suma que es correspondiente a su salario por el que se consideró libre en diciembre del 2023.

Este reclamo de Cauteruccio no es nuevo, ya que el goleador que milita en Sporting Cristal de Perú pidió en otras ocasiones que se cumpla con la deuda y el monto del año de contrato que le quedaba por cumplir hasta diciembre de 2024.

Su partida se dio luego de que Tevez, por aquel entonces entrenador del equipo, le comunicó que no sería tenido en cuenta. 

Ante este panorama, el ex San Lorenzo y Estudiantes de La Plata, entre otros presentó un reclamo e intimó a la entidad de Avellaneda a que le abone una deuda salarial por los últimos tres meses del años más premios.

Por su parte, la directiva de Independiente argumentó que el monto reclamado por el jugador había sido depositado a través de dos cheques que fueron remitidos a Futbolistas Argentinos Agremiados.

Además, desde el club respondieron en febrero demandando al delantero uruguayo ante la FIFA por cinco millones de dólares.

Solicitan ese monto como parte de una indemnización por la cláusula de rescisión que debería haber ejecutado el atacante para irse con el pase en su poder.