Desde Ciudad de México

Este domingo 2 de junio 98.9 millones de mexicanos y mexicanas están convocadas a las urnas en los que son considerados los comicios de mayor envergadura de toda la historia del país. En estas elecciones se pondrán en juego 20.708 cargos a nivel federal, estadual y local. Entre ellos, la presidencia de la república, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, las gobernaciones de ocho estados y también el conjunto de las representaciones en el Congreso, que se renueva en su totalidad, con 128 senadurías y 500 diputaciones.

Además de los habitantes en territorio nacional, 12 millones de mexicanos residentes en el exterior (en su mayoría radicados en los Estados Unidos) también podrán ejercer su derecho al sufragio, ya sea mediante el voto presencial, postal o electrónico. Aunque en México la Constitución establece la obligatoriedad del sufragio, la ley electoral no contempla sanciones efectivas a quien incumpla dicha obligación. En los últimos comicios en los que también se eligió presidente, realizados en 2018, la participación popular fue del 63.42 por ciento.

La favorita

A nivel presidencial son tan sólo tres las candidaturas en disputa. La clara favorita es Claudia Sheinbaum, una científica que se postula por la coalición progresista gobernante Sigamos Haciendo Historia, conformada por MORENA, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Sheinbaum, siendo parte del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) fue laureada en 2007 con el Premio Nobel de la Paz, y se desempeñó en el sexenio 2018-2024 como Jefa de Gobierno de la ciudad capital, una de las urbes más extensas y pobladas del planeta.

Según la práctica totalidad de los sondeos, Sheinbaum encabeza las preferencias electorales con al menos 19 puntos de distancia sobre su rival inmediata, aunque otras encuestadoras extienden este margen hasta los 30 puntos. De confirmarse esta tendencia, la académica formada en la Universidad Nacional Autónoma de México podría arribar a la presidencia con aún más votos que los obtenidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 2018, ratificando el proceso de cambio iniciado hace un sexenio, cuando México vio por fin interrumpida una sucesión de más de 80 años de gobiernos conservadores.

También compite por el principal cargo de la república Xóchitl Gálvez, una economista y empresaria que representa a la coalición opositora Fuerza y Corazón por México, conformada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) (que gobernó el país durante más de 70 años), el tradicionalmente conservador Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), antigua formación progresista ubicada desde hace años en el campo neoliberal. Gálvez, pese a integrar la bancada del PAN, ha sido una candidata resistida desde el principio por su propio espacio. Pese a que se trató de una campaña polarizada desde el comienzo, Gálvez nunca logró convertirse en una alternativa competitiva, en una elección que parece zanjada desde hace meses.

En tercer lugar, lejos, se encuentra Jorge Álvarez Máynez, un joven político y diputado nacional de 38 años que se postula al frente de Movimiento Ciudadano (MC), espacio que cultiva un perfil independiente, liberal en lo económico y socialdemócrata en lo político. A lo largo de la campaña y en los tres debates organizados por el Instituto Nacional Electoral, Máynez buscó terciar entre las dos coaliciones mayoritarias, disputando el voto de los desencantados de ambos espacios y apuntando sobre todo a un electorado joven, conformado por unos 26 millones de electores. Según los sondeos, MC mejoró su intención de voto en las últimas semanas, y podría alcanzar entre unos 7 y 10 puntos porcentuales.

La capital

Prácticamente definida la elección presidencial, la estructura del PRI-PAN-PRD se concentró en la disputa por la jefatura de la ciudad capital, una de las batallas claves de estos comicios. La Ciudad de México es gobernada desde hace 27 años por fuerzas de centroizquierda y concentra una enorme cantidad de recursos y población. Por eso, quedarse con el botín capitalino resulta prioritario para la oposición, quien ya dio el sorpasso en 2018 ganando la mitad de las alcaldías.

En la Ciudad de México, la candidata del oficialismo es la economista Clara Brugada, surgida del movimiento social urbano y alcaldesa de una de las demarcaciones más importantes de la ciudad, quien se enfrenta a Santiago Taboada, un integrante del PAN estrechamente vinculado a las corporaciones inmobiliarias de la ciudad. Según las encuestas locales, el oficialismo también es el favorito en la ciudad, aunque por un margen bastante más estrecho que a nivel nacional.

Congreso y estados

A nivel estadual y parlamentario el escenario está mucho más abierto. El gran objetivo del oficialismo en este escenario es reconquistar la mayoría calificada (dos tercios de ambas cámaras) perdida en las elecciones legislativas del 2021. Esta mayoría es necesaria para introducir modificaciones a la Constitución, como las 20 reformas que López Obrador propuso en la recta final de su mandato. Estas incluyen, entre otros temas, el blindaje de una serie de políticas sociales y salariales de corte universal, así como sendas reformas al sistema político y judicial, claves para avanzar en la reestructuración del Estado.

Por otra parte son ocho los estados en juego: cinco conducidos por MORENA, dos por el PAN y uno por MC. Las encuestas anticipan una victoria más o menos cómoda del oficialismo en los suyos, mientras que MORENA aspira a desbancar al PAN en Yucatán, así como a disputarle Jalisco a MC. Como sea, el escenario nacional mostrará todavía una mayoría abrumadora de la 4T, que en la actualidad gobierna 22 de las 32 entidades federales.

Volencia política

De hecho, ha sido en los estados y en particular en algunas zonas calientes en donde se ha manifestado el fenómeno que más ha enturbiado la campaña electoral: la violencia con motivos políticos. Al menos una veintena de candidatos fueron asesinados en los últimos meses, mientras que más de 500 personas solicitaron protección de las fuerzas armadas, según lo informó la Secretaría de Marina.

Las elecciones mexicanas serán un gran plebiscito sobre el rumbo adoptado por el gobierno en los últimos seis años. En esa línea, en el multitudinario cierre de campaña realizado el 29 de mayo en el tradicional Zócalo de la Ciudad de México, Sheinbaum ratificó la continuidad de las políticas del sexenio de López Obrador y aseguró que no se sometería “a ningún poder, ni económico, ni extranjero, por más poderoso que sea”.

México es el segundo país más poblado de América Latina y el Caribe y también la segunda economía de la región, por lo que los resultados de su elección tendrán un gran impacto entre sus vecinos y sobre la continuidad del llamado “segundo ciclo progresista”.