A tres semanas del choque de trenes de la Línea San Martín, la causa judicial avanza a paso lento y el servicio sigue sin llegar a Retiro. El juez Julián Ercolini recién ordenó la realización de peritajes multidisciplinarios, mientras se espera la formalización del encuadre final de la causa, de las imputaciones y posibles indagatorias. Mientras tanto, operarios de infraestructura siguen trabajando en el puente donde se produjo el choque, y la línea no volverá a ingresar a su terminal al menos hasta julio. Los trabajadores, por su parte, denuncian que el tren sigue operando "con las mínimas condiciones de seguridad”.
El viernes pasado se cumplieron 21 días desde que la formación de siete vagones del San Martín se estrelló contra un furgón de trabajo con locomotora que se encontraba detenido sobre el puente que cruza la avenida Figueroa Alcorta, a metros de Dorrego, barrio de Palermo. Una "casi" tragedia, más de 90 heridos y una certeza clara desde los momentos posteriores a los hechos: en el tramo Palermo-Retiro, los trenes funcionaban sin el sistema de señalamiento automático por los robos de cables en ese sector. Poco y nada más se supo desde entonces sobre las causas del choque.
Sin difusión oficial ni mediática, el "informe básico" de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST) sobre el choque ya está disponible. Aunque aquel 10 de mayo la JST había indicado que "se publicará dentro de los 7 días de ocurrido el suceso", el informe no se divulgó a través de un comunicado, como sí había ocurrido el día del hecho, y sólo está disponible en el archivo de "sucesos" de la página web del organismo. A la espera del más detallado "informe preliminar", este diario accedió al "informe básico" tras pedirlo a fuentes de la Junta.
El documento tampoco brinda grandes precisiones de las posibles causas del choque. Enumera la cantidad de heridos resultantes, los daños "graves" de las formaciones y de la vía, con "rotura de los durmientes de hormigón, remoción y acumulación de balasto y fracturas en rieles". Como hipótesis inicial, el informe indica que el furgón con locomotora "estaba detenido metros antes del inicio del puente" y que, tras el choque, el furgón se desprendió para quedar incrustado en la locomotora de la formación que venía en marcha. "Ambos vehículos quedaron detenidos donde finaliza el puente ferroviario", precisa.
Además ratifica que "las señales automáticas no se encontraban en funcionamiento", algo ya verificado por la Justicia, y que "en la sección donde ocurrió el accidente se estaba trabajando con Orden de Vía con Precaución". Esa última palabra sí puede ser importante en el marco de la causa. Sin señal automática, los trabajadores operaban de forma "manual", con autorizaciones por papeles o radio. La Justicia deberá determinar si la orden de "precaución" implicaba un recaudo extra o si era parte de la operación "habitual" en el marco de la ausencia de señalización electrónica.
Los peritajes ordenados la semana pasada por el juez Ercolini van en ese sentido y son uno de los contados "avances" que se registraron en la investigación. De carácter "multidisciplinario", y con un plazo estimado de veinte días, se enfocan en cinco elementos a evaluar: el estado de los trenes que chocaron, la labor del personal ferroviario que trabajaba ese día, el estado de la señalización y las vías, las intercomunicaciones moduladas en el momento del hecho, y el material audiovisual de las cámaras pertenecientes al San Martín.
En términos técnicos, se buscará determinar el estado del material rodante, de los frenos de los trenes, la velocidad en que circulaba la formación que embistió al furgón, la situación operativa de los sistemas de comunicación y señalización, y las condiciones de visibilidad a la hora y el lugar de los hechos. Este último es uno de los puntos importantes a clarificar. Ya se sabe que el puente está ubicado en medio de una larga curva que sin dudas dificultó la visión del maquinista. Resta determinar con precisión si desde las cabinas de control podía verse el lugar en el que estaba detenido el furgón.
La pregunta que sigue abierta en ese sentido radica en la razón por la que el motorman recibió autorización para avanzar por una vía en la que había otro tren. Ese punto, entre otros, importa para definir si la causa será investigada como estrago "doloso" o "culposo", algo que, a casi un mes del choque, Ercolini todavía no definió. Aunque sí se sumaron declaraciones en calidad de testimoniales dentro de la causa, todavía no se formalizaron imputaciones por lo que aún no hay indagatorias a la vista.
Tampoco hay precisiones sobre la escala de responsabilidades a la que llegará el caso. ¿Se investigarán los roles de autoridades de la línea, de Trenes Argentinos, de la Secretaría de Transporte u otros funcionarios nacionales? Los hechos no hacen más que sustentar esta posibilidad: la falta de señalización era denunciada por los trabajadores desde meses antes del choque, las propias autoridades de Trenes Argentinos y Transporte enviaron una nota interna para pedir fondos "urgentes" por la situación crítica de los ferrocarriles, y hasta la CNRT emitió una nota en la que advertía sobre "irregularidades" en el funcionamiento del San Martín. Pese a las alertas, nadie hizo nada por reemplazar los cables del señalamiento.
Alan Emiliano Barroso, una de las víctimas del choque, que ya se constituyó como querellante en la causa, pidió la declaración indagatoria del secretario de Transporte, Franco Mogetta, y del ministro de Economía, Luis Caputo, a quienes acusa como responsables de abandonar "obras fundamentales para la seguridad". "Existe una verdadera causalidad entre la posible negligencia del maquinista y la desidia de los funcionarios públicos en parar licitaciones para el mantenimiento”, se lee en la presentación realizada por Barroso, representado por el abogado Gregorio Dalbón. Tampoco hay novedades en la causa sobre ese pedido.
Mientras tanto, el tren sigue sin llegar a Retiro y continuará así al menos hasta julio. Desde Transporte informan que se debe a las obras que se están haciendo en el puente "para reparar componentes críticos de su estructura" y que durarán 45 días. "Los trabajos tienen carácter de urgencia ya que los daños produjeron efectos importantes en la estructura del puente, reduciendo los márgenes de seguridad operativa para la circulación de trenes de pasajeros", indicaron. En otras palabras, el puente quedó con peligro de derrumbe.
El anuncio de la declaración de "emergencia ferroviaria" y el supuesto giro de más fondos tampoco parece estar llegando a las líneas. Según pudo saber este diario por parte de diversas fuentes de los y las trabajadores, los trenes siguen operando con falencias críticas y en muchos tramos todavía con la señalización automática sin funcionar. El propio Omar Maturano, secretario general de La Fraternidad, advirtió esta semana que "estamos trabajando con las mínimas condiciones de seguridad” y que no ocurrió otro accidente “gracias a la pericia de los trabajadores ferroviarios".
La falta de presupuesto se verifica también en las decisiones concretas que el Gobierno nacional adoptó en las últimas semanas, por detrás del discurso de la "emergencia". La licitación para el recambio de vías y señalización del San Martín quedó totalmente parada sólo cinco días después del choque, cuando el Ministerio de Economía anunció que pediría al Banco Interamericano de Desarrollo modificar el destino de los créditos que estaban previstos para ese proyecto. La obra apuntaba justamente a actualizar la señalización autómata, cuyas deficiencias provocaron el choque de Palermo.