En la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) también le rindieron homenaje a Nora Cortiñas, la referente de Madres de Plaza de Mayo- Línea Fundadora que falleció el jueves a los 94 años.
Durante el jueves y viernes se llevó a cabo el noveno encuentro de jóvenes penalistas en la facultad de la avenida Figueroa Alcorta. El cierre estuvo a cargo de Alejandro Slokar, juez de la Cámara Federal de Casación, el máximo tribunal penal del país.
Slokar –que acababa de llegar del velatorio de Norita Cortiñas en el sitio de memoria que funciona en lo que fue la Mansión Seré– pidió un minuto para hacer una digresión. Leyó un texto de Galeano: “Y si el mundo sobrevive, los profesores de historia explicarán el siglo XX a través de sus símbolos: mostrarán a sus alumnos la botella de Coca-Cola, la pelota de fútbol, el televisor, la computadora, la bomba de neutrones. Y para explicar la dignidad, mostrarán el pañuelo blanco de las rondas de Plaza de Mayo.”
Y continuó: “Yo quiero evocar la memoria de Nora Cortiñas y en ella la de todas las Madres y las Abuelas, a las que creo le debemos la democracia”. El camarista habló de la legitimación del terror de Estado que se dio desde ámbitos del derecho y preguntó: “¿Cuántos desaparecidos se hubiesen salvado si la comunidad jurídica de nuestro país hubiera cumplido mínimamente con su deber?”.
En paralelo, se presentó el libro “Derecho internacional y deber de investigar y sancionar las graves violaciones de derechos humanos” de Sebastián Rey. En la presentación estuvieron Taty Almeida –referente de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora--, el juez federal Daniel Rafecas, el senador Mariano Recalde y Luis Niño. La mesa de la presentación estaba revestida con una bandera que rezaba: “Norita hasta la victoria siempre”.
Nora salió a la calle después de que el 15 de abril de 1977 un grupo de tareas de la dictadura secuestró a su hijo mayor, Carlos Gustavo Cortiñas. Pasaron los años y nunca tuvo respuestas sobre qué había pasado con él. En 2012, después de 35 años de búsqueda, decidió volver a presentar un hábeas corpus para ver si con los jueces de la democracia lograba saber cuál había sido el destino de su hijo. Tampoco lo consiguió.
Estuvo cada jueves en la Plaza de Mayo. Su última marcha --ya en silla de ruedas-- fue el 2 de mayo. No fueron la semana siguiente para adherirse al paro general convocado por la CGT y las CTA. El 17 de mayo la operaron de una hernia, pero el cuadro se complicó. Tras trece días en terapia intensiva, falleció el jueves en el Hospital de Morón.