El intendente Pablo Javkin ató el destino de su gestión a la del gobernador Maximiliano Pullaro. Quienes pudieron ser competidores de una interna y, quizás puedan serlo en un futuro, depusieron armas y se disponen a “alambrar Santa Fe”, como aseguran a su alrededor. De eso y de los anuncios que se vienen para el segundo semestre de sobrevida al huracán Javier Milei, se trató la cumbre del viernes entre ambos en el Palacio de los Leones. Pullaro es un camión con 60 puntos de imagen positiva en Santa Fe y el intendente de Rosario trepó hasta los 44 puntos al ir “chupado” atrás, esquivando el viento de frente. No hay alternativas para los dos hombres más fuertes del Frente Unidos.

Los primeros seis meses de Pullaro estuvieron dedicados a marcar la cancha en materia de seguridad. Otra vez, como en los años del gobernador Antonio Bonfatti, los crímenes se comían a la política y el Estado santafesino era mucho menos invencible de lo que propone su historia. La gestión se hizo como lo propuso el gobernador y como realmente lo piensa: “Dejando de lado la ideología”, desafiando a la justicia sobre los derechos de los presos y aludiendo en más de una oportunidad que “a estos psicópatas no podés darles un milímetro porque te mandan a matar”. Aguantó la primera ofensiva narco que sembró de muertos inocentes las calles e hizo el espacio para empezar a pensar en otras cosas. Aquí no hay guerras para ganar, sólo batallas coyunturales. Toda esa demagogia punitiva y el clima de época tienen a Pullaro arriba en la consideración pública.

Casi con las mismas herramientas encaró la reorganización del Estado provincial empezando por una tarea de desgaste de los docentes y sus poderosos gremios. Carpeteando a los trabajadores con las licencias y tratando de someterlos a la nueva versión del presentismo noventoso que nadie puede olvidar. Pagar menos es la consigna de los tiempos y sabe que detrás se encuadran los sindicatos de la administración central más propensos a la negociación y que tienen menos fuerza ante la sociedad. Una cosa es vaciar aulas de la escuela primaria y otra muy distinta la oficina de Catastro.

Después siguió con la Empresa Provincial de la Energía, con un informe poco confiable sobre el rumbo de la EPE y diciendo que “se terminó la joda” de no denunciar los robos de energía. Mismo método de presión pública para imponer criterios y que pocas cosas cambien en realidad. Primero le baja el precio a la gestión eléctrica y ahora anuncian 15 mil millones de inversión salvadora en el área.

En este primer semestre también le tocó a Aguas Santafesinas SA. donde la justicia fue el instrumento para procesar a ex gerentes de la empresa por contaminar el río Paraná arrojando residuos cloacales de Rosario a su lecho. Es decir, por hacer lo que se hace desde hace 100 años y que se seguirá haciendo porque no hay plantas de tratamiento y porque esas plantas demandan inversiones estrafalarias y porque además no son pocos los expertos que aseguran que la contaminación está controlada y diluida en el enorme caudal del río.

Todas estas sombras sobre las dos principales empresas públicas justo cuando se vino un tarifazo de proporciones en estos servicios y cuando hay que volver a discutir el nuevo contrato de Aguas que se está por vencer.

En medio de este clima de recortes y temores de trabajadores y jubilados, los estatales santafesinos también ven cómo pende sobre sus cabezas el futuro de la Caja de Jubilaciones donde el gobierno provincial, y más específicamente el secretario de Seguridad Social de Santa Fe, Jorge Boasso, pasaron de reclamar los fondos que Milei también recortó para el déficit de las cajas no transferidas a la nación; a hablar de "reingeniería" de la Caja que ya acumula un déficit de 90 mil millones de pesos en el primer cuatrimestre del año. 

Boasso intentó bajar la ansiedad reiterando que el gobernador ha garantizado que "nadie va a perder sus derechos adquiridos" pero acotando también que el régimen no puede seguir soportando que se jubilen beneficiarios "a los 53 o 55 años" e indicando que "no es lógico que un industrial, un comerciante, un kiosquero o el campo tengan que estar subsidiando a la Caja de Jubilaciones de Santa Fe". Pero en abril se iniciaron  en esa misma Caja de Jubilaciones casi el doble de trámites para obtener el beneficio que los que se habían generado en igual período de 2023. El aumento significativo responde al debate iniciado en torno de las reformas que se plantearían al actual régimen jubilatorio, y que cambiarían los parámetros para los futuros pasivos.

La segunda etapa es más de gestión tradicional, esto es obras públicas. Pero el desafío es mayúsculo por la motosierra nacional. En estos días, Pullaro y Javkin anunciarán obras para Rosario del orden de los 40 mil millones de pesos. Esto incluye cloacas, más pavimento definitivo, avenida Ayacucho, bulevar Seguí y grandes trabajos en espacios abiertos de la ciudad. También se vienen unas 5 mil nuevas cámaras de seguridad. Los proyectos se dan en espejo a lo anunciado esta semana en acuerdo con Juan Pablo Poletti que es el intendente más votado de la historia de la capital provincial y que pertenece al mismo frente político.

Javkin tendrá una reunión clave con el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, que es, sin duda, el hombre de Pullaro que más gestionó en Buenos Aires donde ni siquiera sabe con quién se va a encontrar en cada oportunidad en función de la cantidad de funcionarios que le renuncian al presidente Milei y, con la dificultad que plantea el nulo margen de decisión que tienen los funcionarios que sobreviven a la anomia que rige a la gestión nacional. En ese encuentro se terminarán de afinar los detalles para el gran anuncio que se viene este mes junto a Pullaro en Rosario.

Pero el tema más delicado que tiene hoy Javkin por delante es el transporte público. El corte en seco de los subsidios nacionales y la profundización de las asimetrías con los beneficios para el Amba que hoy puede mantener su boleto en los 270 pesos mientras que en Rosario llegará a los 940 a mediados de mes; es lo que lo obliga a decisiones antipáticas. Por eso, esta semana el intendente rosarino estará otra vez con sus pares de distintas provincias pero esta vez sin hacer foco en la Ley Bases o en el DNU vigente sino en el presupuesto 2025. “Si logramos colar allí lo de los subsidios en la ley de presupuesto, podemos tener más certezas”, indicó una alta fuente del Palacio de los Leones.

El aumento que decidió Javkin esta vez está condicionado a su vez por los incrementos en los combustibles que aumentaron cinco veces desde el comienzo del año y del nuevo gobierno. “Los operadores privados no pueden seguir sin incremento de tarifa y además con el Boleto Educativo Gratuito y los beneficios de la SUBE, sólo el 40% de los usuarios paga la tarifa plana en Rosario con lo cual estamos muy finitos, en un delicado equilibrio”, explican desde el Ejecutivo local.