Gran triunfo de Platense en Vicente López, en un discreto partido en el que superó claramente a Boca en todos los planos, y pudo haber alcanzado una diferencia mayor que el 1-0 final.
A Boca no salió casi nada en una tarde en la que debió lamentar, además de la derrota, la expulsión de Rojo y la lesión de Ezequiel Fernández, reemplazado en el entretiempo.
Lo mejor del equipo local se vio en el arranque, con una correcta ocupación de los espacios para aislar a la dupla Janson-Merentiel, y sobre todo en el segundo tiempo, después del gol del mejor de la cancha, Pellegrino (toque suave tras una buen atajada de Romero).
Boca pareció encontrar algo de juego sobre la mitad del primer tiempo, pero no le duró mucho y se empezó a diluir luego de la expulsión de Rojo, por doble amarilla. La primera fue por una falta infantil sobre un costado; la segunda, por un manotazo, pero en realidad debió ser expulsado antes cuando cometió un claro penal a Suso, que increíblemente no vieron ni el árbitro Ramírez (flojíisimo) ni los del VAR.
A los malos controladores de los videos también se les escapó un codazo claro de Zenón, en la que debió ser la segunda roja de los de Martínez.
Si la diferencia no fue mayor fue un poco por la falta de precisión de los delanteros locales, y otro poco por las buenas intervenciones de Romero, empezando por un cabezazo e Pellegrino que salvó con el pie.
A Platense, que cumplió una de sus mejores actuaciones de los últimos años, sólo se le puede reprochar que cometió un par errores en el tiempo agregado, que le permitieron a Briasco llegar cara a cara con Cozzani, pero el exdelantero de Huracán no supo resolver. Habría sido inmerecido y tremendamente injusto que ese partido terminara empatado.