“Cuando se logra la unidad, se triunfa”. La definición pertenece a Ricardo Marino, intendente de Patagones. El dirigente del Frente Renovador conversó con Buenos Aires/12 sobre las consecuencias que hoy vive el distrito tras las políticas impulsadas por Javier Milei. Explica que sin el acompañamiento de la Provincia no habría posibilidades de desarrollar la gestión a raíz de una caída en recaudación que llega al 20 por ciento.

Como “amigo” de Sergio Massa sostiene que “había otro camino en el balotaje”, aunque considera que es momento de pensar en el futuro y avanzar en el fortalecimiento del peronismo. 

Marino es el titular del Sindicato de Empleados de Comercio de Patagones, y advierte que hay una pérdida de puestos de trabajo y una fuerte caída en el consumo. Condena el parate de la obra pública y celebra que Axel Kicillof busque continuar con aquellas obras que dependen de la gestión provincial a pesar del recorte de fondos que padece. 

Está en contra de la reforma laboral que se discute en el Congreso y pide, ante todo, que el Presidente de la Nación dialogue con la Provincia. “Si esto no es así, el pueblo hará tronar el escarmiento”, asegura Marino.

—¿Cómo se explican las consecuencias de las decisiones del Gobierno nacional en un distrito que ganó Milei?

—Algunos errores hemos cometido y eso hay que reconocerlo. Haciendo un sacrificio enorme y haciendo las cosas bien, nos vamos a recuperar.

—¿Cómo?

—No hay que mentirle a la gente. Tengo cincuenta años de lucha y camino sin problemas por la calle. Hoy me dieron la responsabilidad de llevar los destinos de mi pueblo y lo hago diciendo la verdad: lo que se puede resolver lo hacemos.

—Usted pertenece al Frente Renovador, ¿qué conclusiones se sacan al día de hoy sobre no haber podido ganar el balotaje?

—Conversamos siempre. El factor más importante es tratar de corregir nuestros errores. Soy una persona mayor con toda la vida en el peronismo y esto se resuelve con el trabajo de todos los intendentes de la provincia porque la mayoría somos peronistas. Teníamos otro camino de la mano de Sergio Massa y lamentablemente no se dio. Él tomó una brasa caliente cuando podía quedarse en Diputados y se ocupó del país en los momentos más difíciles. Hay que trabajar por un peronismo unido, lo logré en Patagones. Cuando se logra la unidad, se triunfa.

¿Cómo vive el municipio el efecto de las políticas impulsadas por el Gobierno nacional?

—Lo sufrimos todos. Nosotros somos el único que pertenece a la Patagonia, un lugar inhóspito y con una condición desfavorable por las inclemencias del tiempo. Hoy atravesamos una pérdida de empleo y la paralización de obras. El gobernador nos dio la esperanza de que va a reactivar las obras, al menos aquellas que dependen de fondos provinciales. Es mucha la falta de trabajo entre los obreros de la construcción. Hace poco tuvimos una audiencia con Gabriel Katopodis que se comprometió de reactivar obras importantes en Patagones como la Casa de la Provincia y la planta depuradora para el distrito. Eso nos da una leve esperanza.

—Meses atrás hubo quejas de los intendentes del massismo, ¿hoy hay buen diálogo de los intendentes del FR con el Gobierno provincial?

—Hay compañeros que tienen sus problemas y sé que en su momento hubo problemas. Yo no puedo decir que no se me atiende porque no es verdad. Lo que sí, ahora hay que concretar lo charlado.

—¿La Provincia acompaña la economía de los municipios?

—Ahora fue importante la convocatoria para firmar el acta del Fondo de Fortalecimiento Municipal. Nos habían dado el 10 por ciento en febrero y ahora será un 30 por ciento del total. Es oxígeno para hacer pequeñas obras. Hay que tener en cuenta que somos el distrito más extenso de la provincia. Con esto podremos hacer obras pequeñas, obras que dan trabajo y así subsanar inconvenientes que dejaron de la gestión anterior. Este aporte cayó muy bien.

—¿A qué tipo de obras se refiere?

—Hay un barrio que hace veinte años que no se termina. Con estos fondos vamos a terminar las catorce viviendas que faltan. Queremos terminar algo histórico y esta semana se empieza a trabajar. También vamos a ir arreglando el hospital y construiremos nuevos consultorios. Queremos resolver el edificio del departamento vial porque está en muy malas condiciones. Y así iremos con reparaciones chicas, haciendo paredones, cambiando chapas para también mejorar la situación del palacio municipal.

—¿Cómo está la situación de los comercios y las fábricas? ¿Hay cierres y despidos?

—Hay una fuerte disminución del trabajo y una caída del consumo. Los comercios me dicen que están reduciendo la jornada. Yo agradezco al comercio porque trata de sostener la venta, pero el poder adquisitivo decreció muchísimo y hubo alzas de precios por encima del 200 por ciento. Hoy se trata de consumir hasta donde se llega. Se ven los negocios vacíos. Me ha tocado vivir otras situaciones como el 2001, pero como esta no. Hoy, al no haber fuente de trabajo y pararse la obra pública se para todo el comercio que se mueve alrededor de la construcción: corralones, pinturería, zinguería, plomería y electricidad.

—¿Cayó la recaudación?

—Se nos cayó un 20 por ciento. Pasa que la gente opta primero por comprar alimentos. Eso se va a potenciar cuando lleguen las facturas de luz y de gas. Hoy hacemos un sacrificio enorme. De sesenta funcionarios del gabinete nombré solo a cuarenta, de los cuáles veinte son empleados municipales. Esto se hizo por primera vez en la historia de Patagones. Ahí también me ahorro una importante suma de plata que vuelco en el sueldo de los trabajadores. Además, abrimos una cartera nueva de proveedores y mejoramos las condiciones de pago para que no nos cobren de más por las demoras.

—¿Mejoró el sueldo de los trabajadores?

—He tratado de mejorarlos con, hasta hoy, un 118 por ciento de aumento sobre el básico. Y eso lo remarco porque antes cobraban en negro. Pero hay que entender que son sueldos bajos, donde los empleados municipales cobran entre 160 mil y 180 mil pesos. Es triste lo que toca vivir, pero lo llevaremos adelante con los recursos que tenemos y la ayuda de la Provincia. Sin la Provincia no podríamos seguir.

—¿Recibió otro tipo de ayuda de parte de la Provincia?

—Sí. Hace unos días vino Jorge D’Onofrio, ministro de Transporte. Cuando yo era concejal tenía como proyecto que se instale una sede de la Verificación Técnica Vehicular porque siempre había que ir hasta Bahía Blanca. D’Onofrio me confirmó que este o el próximo año la tendremos. También nos prometió una combi nueva para el traslado desde el pueblo de San Blas hasta la ciudad cabecera. Hay que entender que por la quita de los subsidios nacionales se nos cayó la línea de transporte urbano y nos estamos haciendo cargo con combis para, entre otras cosas, llevar a los chicos a la escuela. Lo que decía de las obras es muy importante para nosotros. Vino al municipio Hugo Obeid, titular de ABSA, y confirmó la construcción de la planta potabilizadora de Villalonga, lo que mejorará la presión de agua en el pueblo y en Stroeder, otro pueblo.

—También fue a La Plata a pedir alimentos, ¿es crítica la situación?

—Tuve que pedir un adicional que ya me mandaron. Mandé el transporte a buscarlos y el 3 de junio va otro. De cada diez personas que atiendo, siete me piden trabajo. En estos días compramos 300 mil kilos de leña para calentar las casas de los sectores humildes. Hoy vivimos una situación difícil en salud por la caída de las obras sociales que hace que la gente vaya al hospital público a atenderse. Por suerte hay un gobierno provincial donde me atendieron siete ministros en 48 horas. Las veces que yo llamo están. Así como los ministros, también quiero destacar a Alejandro Dichiara, presidente de la Cámara de Diputados: a 24 horas de estar en La Plata le dio media sanción a dos leyes que llevan exenciones impositivas para la región patagónica. Son descuentos en Ingresos Brutos que son importantes para el agro y la industria, la exención en el inmobiliario rural y descuentos en los combustibles y los servicios.

—¿Tiene obras nacionales paralizadas?

—Una obra importante es en Villa del Carmen. Allí la Secretaría de Integración Socio Urbana (SISU) dejó obras sin terminar. Hice la presentación correspondiente para que terminen el asfalto y el cordón cuneta que está todo parado. Si Nación no pone los recursos no podemos continuar. Encima tienen una deuda con la empresa a cargo.

—¿Por qué Kicillof es agredido por el Gobierno nacional?

—Porque se ganaron las elecciones en la provincia más importante del país. Porque somos peronistas y cuenta con apoyo de todos los intendentes. El Presidente le ha recortado fondos que le corresponden. Tiene que primar el dialogo y el Presidente de la Argentina tiene que abrir las puertas y atender a provincia de Buenos Aires. Hay un pueblo que está sufriendo.

—¿Cómo evalúa el alcance de la reforma laboral del Gobierno nacional?

—Nosotros nos movilizamos en rechazo. Estuvimos al frente de la marcha de la CGT, algo que a muchos no les habrá gustado. Si se sanciona se va a retroceder en la historia. Tendremos trabajadores esclavizados, que no tendrán vacaciones y no tendrán el día de descanso los domingos. No queremos perder derechos que tanto costaron conseguir en la vida. Sería muy triste.

—¿Cree que la respuesta ante las acciones del Gobierno nacional estará en la calle?

—Yo creo que el primer camino es el diálogo. Si esto no es así, por supuesto que el pueblo hace tronar el escarmiento. El pueblo se va a expresar. El Gobierno nacional no debe esperar a eso y debe atender demandas. No lo tiene que hacer quitando y echando gente. Acá hay un pueblo que sufre y necesita que se lo atienda. Y sepan que el pueblo va solito, nadie lo lleva. Cuando metieron preso a Perón, ¿Qué pasó? Cuando el pueblo sufre no se puede estar festejando. No hay nada para festejar en este momento.