La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, lamentó las palabras en su contra publicadas en el editorial del diario La Nación, el domingo pasado, y reconoció que le resultaba “impensable” a esta altura tener que “volver a luchar contra un lenguaje dictatorial”. El matutino calificó como “sed de venganza” la lucha de las Abuelas y acusó a Carlotto de “distorsionar” la finalidad de las organizaciones de derechos humanos por no poder “evitar la contradicciones y las polémicas” del “dinero, la ambición y el personalismo militante”.
“Nos hace acordar mucho al lenguaje que la dictadura usó contra nuestros hijos”, afirmó la presidenta de Abuelas en declaraciones a la AM 750, para quien “era impensable” volver a tener que luchar “contra un lenguaje dictatorial”. La dirigente remarcó que la campaña en su contra entran en “el plano de la persecución a los luchadores de los derechos humanos”.
Carlotto remarcó además que las palabras publicadas el domingo “denigran y desprestigian” el labor de las Abuelas. “En vez de informar, deforman y ofenden”, sostuvo y reconoció que al leer la nota se quedó “pasmada”. “Ni en plena dictadura los dictadores hablaban así de nosotras. Hablaban de nuestros hijos. Y esta gente habla de nosotros que somos lo que estamos buscando que todos los que han delinquido, los genocidas, paguen y sean juzgados con todo el peso de la ley”, aseguró la titular del organismo de derechos humanos que este año cumplió 40 años de trayectoria.
“Están profundizando la grieta sembrando el odio”, aseguró Carlotto, que describió que hace poco un hombre le dijo barbaridades arriba de un avión, algo que nunca le había pasado, “ni siquiera en la dictadura”. La presidenta de Abuelas remarcó que el trabajo que realizan desde la institución es “para el bien de todos” y que lo hacen “con respeto” por lo que consideró el editorial como una “falta de respeto inconcebible”. “¿Dónde está el Presidente? Tiene que decir algo”, pidió Carlotto, que recordó que por su lucha por los derechos humanos recibe premios en todo el mundo y acá el “objetivo es desprestigiar la institución”.
“Se han extralimitado. Voy a analizar con el equipo de abogados qué consecuencias va a traer esta nota que no está firmada, por lo tanto es del dueño del diario”, afirmó Carlotto y lamentó de nuevo que “quieran sembrar el miedo”.