Si en algo hay consenso entre los economistas es que el país está sumergido en una brutal recesión. En este caso, la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), insospechada de simpatías con la oposición a Milei, anotó que la actividad industrial cayó 14,9 por ciento en abril respecto a igual mes del año pasado y que acumula un retroceso de 11,3 por ciento en el primer cuatrimestre. El dato anticipa al del Indec, que hasta ahora informó sobre la evolución hasta marzo.
El informe que presenta el Índice de Producción Industrial (IPI) de FIEL sostiene que “el actual escenario no permite anticipar una acelerada salida hacia la recuperación de la industria en el corto plazo”. “Los indicadores que pueden anticipar una reversión de recesión han mostrado un nuevo deterioro en abril, alcanzando registros comparables a los episodios de mayor caída de la industria en el pasado”, agrega.
Además, la contracción de la actividad industrial fue difundida a lo largo de todos los sectores: alcanzó al 90 por ciento de la industria en el último trimestre. Para mayo, la situación no luce mucho mejor, porque no se recuperaron los ingresos y además hubo graves problemas asociados a los cortes de gas y las demoras en la importación de autopartes provenientes de un Brasil golpeado por las inundaciones.
Por su parte, la consultora de Orlando J. Ferreres presentó también su Índice General de Actividad (IGA) de abril, con datos negativos aunque en desaceleración. Ferreres midió que la baja del cuarto mes fue 3,1 por ciento interanual, mientras que en marzo había sido del 10 por ciento. Sin embargo, la mejora relativa viene solamente por el lado de la cosecha agrícola versus la sequía de 2023 y la producción de petróleo y gas.
Caídas por doquier
El IPI registró en abril una contracción del 14,9 por ciento en la comparación interanual, una baja similar a la de marzo. A su vez, retrocedió 2,5 por ciento respecto del mes anterior: esta merma aminoró respecto a la intermensual registrada en el tercer mes del año, excepto en las ramas de químicos y plásticos, afectados por la realización de paradas de planta y la caída en la producción de neumáticos producto de conflictos gremiales. Respecto del inicio de la fase de contracción industrial en abril de 2022, la producción acumuló una caída de 16,5 por ciento, señala FIEL.
En cuanto a la comparación interanual, la mayor caída se registró en la producción de minerales no metálicos, que son fuente de insumos para el sector de la construcción. Si bien esta rama moderó su caída respecto a marzo, se colocó entre las más profundas de la serie del IPI, “equiparable a las observadas durante las hiperinflaciones de fines de los ochenta y comienzo de los noventa, en la salida de la Convertibilidad y en el inicio de la pandemia en 2020”.
Por su parte, la producción automotriz volvió a caer en abril en la comparación interanual, al tiempo que se registró un profundo retroceso de las exportaciones junto con un "marcado repunte mensual atípico de los patentamientos", sostiene FIEL.
En tanto, la producción de las industrias metálicas básicas volvió a mostrar una caída interanual en abril, con un peor desempeño de la producción siderúrgica primaria y de elaborados a causa de la debilidad de los sectores conexos: como la construcción y el sector automotriz, con excepción del segmento de la energía. La producción metalmecánica recortó el ritmo de caída interanual y en abril acusó un importante repunte en la venta de maquinaria agrícola, marcando un quiebre respecto de las caídas anotadas desde diciembre de 2023.
Un retroceso menos profundo que el promedio de la industria se dio en la refinación de petróleo. Finalmente, cabe mencionar que en el rubro de alimentos y bebidas, las mermas generalizadas no provocan un retroceso más notable en la producción por el firme avance en la comparación interanual que está teniendo la elaboración de aceite de soja.