El mandatario argentino calificó el ataque que se adjudicó el ISIS como “cobarde” pero advirtió debemos “continuar nuestras vidas porque lo que quiere esta gente es que nos paralicemos, que no sigamos adelante, y nosotros les vamos a mostrar desde el amor y el hacer que hay otra forma de encarar la vida”.
Macri estuvo acompañado por uno de los sobrevivientes, Guillermo Banchini, el alcalde de Nueva York Bill de Blasio y su mujer, y Chirlane McCray, por Juliana Awada y Mariana, la mujer de Martín Marro, el argentino que aún permanece internado y que vive en Boston.
En una tarde nublada del otoño boreal, Macri, cuyos principales colaboradores provienen del mismo colegio donde cursó sus estudios, el Cardenal Newman, recordó “el culto a la amistad” de los argentinos, representado por los rosarinos que llegaron a Manhattan para celebrar los 30 años de graduación del Instituto Politécnico Superior de su ciudad.
“Esta agresión permanente que vivimos en el siglo XXI no puede ser abordada con herramientas del siglo XX. Tenemos que realmente poner inteligencia, trabajo con cada día mayor coordinación en todos los países porque el terrorismo no distingue ni limites, ni países, ni nacionalidades”, advirtió Macri desde el atril apoyado sobre la misma bicisenda que el martes fue escenario del primer atentado en Nueva York desde el perpetrado contra el World Trade Center en septiembre de 2001.
“Seamos claros, esto no fue sólo un ataque a ocho individuos, a la ciudad de Nueva York, a los Estados Unidos. Fue un ataque a toda la humanidad”, dijo De Blasio, y agregó entonces que “no importa el hemisferio que llamen su casa, no importa qué nacionalidad, sentimos el dolor común”.
Por último, pasando a un claro español en muestra de respeto a las víctimas, De Blasio sostuvo: “Nos unimos al presidente Macri y al todo el pueblo en duelo por los cinco argentinos muertos en el ataque terrorista del martes. Recordamos y oramos por todas las víctimas y sus familias”.
“La gente de todo el mundo es y siempre será bienvenida en nuestra ciudad”, dijo el alcalde para dar lugar a las palabras del jefe de Estado argentino, que culminaron con la colocación de dos ramos de flores blancas sobre el cantero ubicado en el mismo lugar donde Hernán Mendoza, Diego Angelini, Alejandro Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi perdieron la vida.
Los restos de los cinco argentinos muertos el martes pasado fueron velados en Rosario en medio del dolor de familiares y amigos, que iniciaron el proceso de duelo en la más estricta privacidad.
Cuatro de las víctimas comenzaron a ser veladas a las 14 en el cuarto piso de una sala de servicios fúnebres del centro de Rosario, mientras que la familia de Erlij decidió realizar el funeral en un cementerio parque de la localidad de Pérez, a 14 kilómetros de esta ciudad.
En otros dos vuelos también llegaron esta mañana los sobrevivientes del atentado, Ariel Brajkovic, Juan Pablo Trevisán y Ariel Benvenuto, mientras que mañana lo hará Guillermo Banchini
Las autoridades del Politécnico donde, en 1987, se graduaron los diez amigos que participaron del viaje a Nueva York, decretaron asueto desde las 13,30 para que docentes y alumnos puedan concurrir a los velatorios.