En el marco de la Colecta Anual de Cáritas que se realizará este sábado 8 y domingo 9 de junio, con el lema Tu solidaridad es esperanza, la ONG junto al Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), presentó el informe Radiografía de la pobreza en Argentina: realidad social y solidaridad que es esperanza en el que se dio a conocer que uno de cada cuatro argentinos sufre inseguridad alimentaria. 

En este marco, el director de Cáritas Quilmes, David Benítez, aseguró que "hay un aumento en la demanda" en los 89 comedores de la Diócesis del sur del conurbano bonaerense. "Evidentemente hay un aumento significativo de la demanda a partir de que muchos de los movimientos sociales no están recibiendo mercadería y eso impacta directamente en nuestros centros comunitarios", señaló en diálogo con la 750.

Según Benítez, algunos de estos centros comunitarios y comedores de la Diócesis de Quilmes "están funcionando con cierta dificultad" y los alimentos secos que históricamente enviaba Nación, no llegan desde enero pasado. 

Una de cuatro personas en la Argentina sufre inseguridad alimentaria total 

Según la investigación revelada por el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, "durante el primer trimestre la pobreza ha superado el 50%, y la tasa de pobreza extrema ha llegado a afectar al 18% de la población.”

Asimismo,  también el informe indica que "una de cuatro personas en la Argentina sufre inseguridad alimentaria total (no severa) porque tiene al menos que hacer algún ajuste en la cantidad y calidad comida, o sus miembros deben saltear alguna comida porque los ingresos no le alcanzan". Y agrega que en niños y adolescentes menores de 18 años, este porcentaje aumenta al 32%. 

Por su parte, la inseguridad alimentaria severa (experimentar hambre de manera frecuente), afecta al 10% de la población. "Entre los menores de 18 años, casi el 15% se encuentra en esta situación de privación severa", expresa el informe de la UCA. 

Al respecto de este tema, Benítez afirma que el problema no es solo la falta de alimento, sino "todo lo que trae aparejado", como el deficit educativo o los problemas con las drogas. "La situación social lamentablemente se viene complejizando", dijo. 

"Por eso todavía incluso el centro comunitario, los espacios colectivos, siguen siendo un signo de esperanza y de alguna manera una vivencia contrahegemónica de este individualismo y esta atmosfera de violencia que se vive actualmente", concluyó.