El día en que cerraba el concurso de obras teatrales "CONTAR", organizado por la AADET, Guido Zappacosta -dramaturgo y autor- se animó. Adjuntó y mandó. Su obra, Ahora/después, acerca del vínculo entre un padre y un hijo, resultó la ganadora del certamen. Son ocho las funciones previstas para el espectáculo dirigido por Héctor Díaz y con actuación de Federico Ottone en el Teatro Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857, a las 20).

"CONTAR Feria Teatral de Buenos Aires" es un concurso organizado por la Asociación de Productores Teatrales con el acompañamiento de la Asociación Argentina de Actores, con el objetivo de estimular la presencia de obras de autores argentinos en el circuito comercial de la Ciudad de Buenos Aires. Se realiza todos los años. Las obras elegidas reciben un premio económico. Tienen la posibilidad de ser realizadas en formato semimontado por directores y elencos y producidas por empresarios que integran la asociación. Sebastián Blutrach, Tomás Rottemberg, Preludio Producciones, Eloísa Cantón y Bruno Pedemonti son los productores de la obra de Zappacosta.

"La mandé el último día. Cerraba la convocatoria. Me apareció en el Instagram como nos aparecen un montón de cosas. Ya había visto el concurso, pero pensaba que la obra no tenía nada que ver con el CONTAR. Tenía un prejuicio, me imaginaba cierta estética o propuesta de teatro comercial al cual no aplicaba. Y dije 'ya fue, la mando, no pierdo nada'", revela Zappacosta en la charla con Página/12. Dice sentir "alegría y emoción"; estar "movilizado y expectante". 

El obtenido en el CONTAR no es el primer reconocimiento para su obra. Viene de ganar el Premio Internacional Teatro Joven, organizado por la editorial española Dalya (2021) y fue seleccionada para participar del programa "Cimientos 2022", del IATI Theater de New York.

Ahora/después es la reconstrucción del vínculo de un hijo con su padre. El texto surgió en el taller de escritura de monólogos de Fabián Díaz, en 2020, cuando Zappacosta comenzó a materializar una "idea que venía arrastrando". "La obra es de carácter autobiográfico, con elementos de ficción. Hay una imagen generadora. Mi viejo murió de cáncer en 2008. Su mejor amigo lo fue a visitar y al día siguiente murió, de neumonía, de repente. Mi viejo murió al toque. Ninguno de los dos se enteró de la muerte del otro. Esa situación me despertó la escritura", cuenta el autor. "Si bien la obra no habla de la pandemia, hay algo de ese momento que atraviesa el texto, de la angustia, de tanta noticia de muerte y enfermedad", añade. Define al espectáculo como un drama que posee "ironía y humor". El título, con una muletilla contradictoria y popular, esconde el mensaje de no postergar las demostraciones de afecto.

Zappacosta da más precisiones sobre lo que se verá en escena. "Hay un presente, que son las últimas 24 horas de la relación. En esas horas, padre e hijo van a la cancha a ver un partido de Boca, vuelven a la casa en colectivo, internan al padre, la sala de espera, hasta que muere y lo llevan a velarlo. Eso va ocurriendo en el presente y a partir de ahí hay un montón de recuerdos y de viaje al futuro que le dan sentido a este presente, en el cual el protagonista, Diego, tiene 18 años. Es la historia de un adolescente."

Hace años que Zappacosta escribe y dirige. Vive en San Fernando. Su quehacer teatral se despliega en el norte del conurbano. Comenzó a vincularse con la disciplina tras la muerte de su papá. Es egresado de la diplomatura en Dramaturgia del Centro Cultural Paco Urondo. "Alguna vez hice funciones en la capital, pero nunca temporada. Y es la primera obra en teatro comercial. Estoy feliz de, en este caso, ser solamente autor. Mirar de costado. Que haya una megaproducción que lleva a cabo algo", dice. Entre sus trabajos se encuentran El amor es un guiso a fuego lento; La Santa Rita, monólogo coescrito con Evangelina Ferreira (que se presenta este domingo a las 19 en Espacio Caranday, Estrada 841, Tigre); y Los pibes de la moto, aún sin estrenar, elaborada en el marco de un taller de Javier Daulte.

"La muerte es un tema que abordo siempre. La enfermedad. El valor de la vida. Algo que tiene que ver con la obra, que da sentido a mi vida, es que estuve en Cromañón. En Ahora/después hay una escena en la que el personaje está en Cromañón. Hay algo de esa voz de una generación de la que me siento parte y me parece fundacional en mi presente. En mis obras en general hay una bardeada a la Policía. Y están las plantas, siempre", concluye el artista.