La alianza del primer ministro Narendra Modi ganó las elecciones legislativas de India este martes, pero la oposición afirmó que los votantes enviaron un mensaje claro, pues su partido nacionalista hindú perdió su mayoría parlamentaria por primera vez en una década.
A falta de los resultados de unos cuantos distritos, la coalición liderada por Modi obtuvo al menos 272 escaños, los necesarios para garantizarse una mayoría en la Cámara Baja, de 543 curules, según los resultados de la Comisión Electoral.
Previamente, ante una multitud de simpatizantes en la capital, Nueva Delhi, Modi recalcó que el pueblo le otorgó al BJP (Bharatiya Janata Party) y a sus aliados un mandato "por tercera vez consecutiva".
"Estoy en deuda con todos los ciudadanos por su apoyo y su amor", dijo.
"Nuestro tercer mandato será una de las mayores decisiones y el país escribirá un nuevo capítulo de desarrollo. Esa es la garantía de Modi", añadió, sin mostrar ningún signo de decepción. Y prometió: "Avanzaremos con energía renovada, entusiasmo renovado y determinación renovada".
Según los últimos datos de la Comisión Electoral, el BJP obtuvo 224 escaños e iba camino de lograr 16 más, hasta alcanzar un total de 240, lo que lo convierte en el mayor partido del hemiciclo, aunque los resultados sean mucho peores a los de los últimos comicios, en 2019, cuando consiguió 303 diputados. De todas maneras con sus aliados el partido de Modi superaría los 272 escaños que le dan la mayorìa parlamentaria
Por su parte, el principal partido opositor, el Congreso Nacional Indio (que ungió a Nehru, el primer ministro después de la independencia y a Indira Gandhi), obtuvo 88 escaños e iba camino de conseguir 11 más, hasta un total de 99, frente a los 52 en el Parlamento saliente.
Modi fue reelecto en su circunscripción, la ciudad sagrada del hinduismo Varanasi, también conocida como Benarés. Es la tercera vez que gana y esta vez obtuvo 152.000 votos más que el segundo candidato.
Después de una década promoviendo su agenda nacionalista hindú, Modi, de 73 años, se dirige hacia un tercer mandato en esta potencia emergente miembro de los BRICS junto a Brasil, Rusia, China y Sudáfrica. Y ello, a pesar de las acusaciones de la oposición y las inquietudes por los derechos de las minorías religiosas.
Antes incluso de que terminara el escrutinio, en las sedes del BJP ya empezaron a celebrar los resultados.
Apoorva Shukla, una simpatizante del BJP de 23 años, se dijo ilusionada por el nuevo mandato de Modi.
"El tipo de desarrollo que hemos tenido en los últimos diez años creo que, esta vez, pasará a un nivel superior", afirmó.
Pero en los locales del Congreso Nacional Indio también se respiraba un ambiente festivo. "El BJP no logró ganar una mayoría por sí mismo", destacó el diputado de esa formación opositora a la prensa. "Para ellos, esto es una derrota moral".
Un total de 642 millones de personas participaron en estos comicios divididos en siete fases a lo largo de seis semanas, ante el desafío logístico de organizar unas elecciones en la nación más poblada del mundo, con 1.400 millones de habitantes.
Se estima que más de dos tercios de la población india pertenecen a las castas más bajas del milenario sistema de estratificación social en el que se dividen los hindúes.
Políticos de todas las tendencias cortejaron a las castas más bajas con programas de acción social, promesas de empleo y subsidios especiales para luchar contra las discriminaciones.
Pero el BJP de Modi se distinguió del resto, imponiéndose con un discurso distinto: piensa primero en tu religión y luego, en tu casta.