En 2006, Adrián Caetano estrenaba Crónica de una fuga, película enfocada en narrar el escape de cuatro secuestrados del centro clandestino de detención Mansión Seré, en 1978. El actor Lautaro Delgado Tymruk, quien había interpretado a uno de aquellos evadidos, hoy está presentando Seré, una performance donde él mismo vuelve a relatar los hechos, de un modo nada convencional. “Seré es un circuito”, dice el intérprete en la entrevista con Página/12, “comienza con la película y se cierra ahora, en otro formato de representación de ese mismo suceso”.
A partir de la utilización en escena de la grabación del testimonio de Guillermo Fernández, precisamente el secuestrado que ideó el escape, Delgado Tymruk mueve su boca al unísono con el audio, en perfecta sincronización. Y mientras tanto, su cuerpo asume los sucesos que se van describiendo, incluso utilizando diversos objetos. El original montaje, en realidad, no estaba destinado a ser interpretado por él. Pero con la llegada de este gobierno, el director no quiso que otros asumieran el riesgo de abordar esta historia, de modo que resolvió realizar un unipersonal actuando él mismo.
Como no había instituciones que otorgaran subsidios, Lautaro Tymruk reutilizó materiales de una obra anterior y redujo el tamaño de los objetos que pensaba utilizar en los diferentes momentos del relato. El caso es que el scalextric de uno de sus hijos, la maqueta de la mansión Seré que realizó su suegro y la elocuente iluminación de Ricardo Sica le brindan un gran atractivo a esta ficción documental estrenada en marzo en Casa Nuestros Hijos de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que hoy se presenta en el Beckett Teatro de Guardia Vieja al 3500.
La historia de este espectáculo se remonta al rodaje de la película de Caetano, donde conoció al mismo Guillermo Fernández, (actor residente en Francia quien estuvo en el film a cargo del papel de un juez), y sigue años después, cuando en 2014 presencia en el juzgado de San Martín el testimonio de Carlos García, a quien el actor había interpretado en el film.
-¿Cómo viviste el estar presente durante el testimonio de Carlos García?
-Carlos estaba a 5 metros mío y yo sentí que lo que él narraba ya lo había vivido. Fue como si me soñara y me viera a mí mismo fuera del cuerpo. Entonces pensé en que podía formar un solo personaje con mi cuerpo y con su voz. Pero como no pude conseguir ese registro, usé el testimonio de Guillermo Fernández de 1985, para armar la dramaturgia y la edición del audio.
-¿Cómo fue ese trabajo?
-Lo hice conjuntamente con la actriz Sofía Brito, mi esposa, durante la pandemia. Encerrados, fue una forma de escape ocuparnos de este proyecto. Tuvimos un cuidado especial porque no queríamos que el relato tuviera ningún componente morboso para el espectador. Además, el mismo Guillermo no quería que fuese algo lacrimógeno.
-¿Te sirvieron tus estudios de magia y prestidigitación? En la obra se menciona a Houdini, “el mago del escapismo”…
-Tenía que estar presente Houdini, no solamente por ser un escapista famoso sino también porque nació un 24 de marzo, la misma fecha del golpe y, dos años después, irónicamente, la fecha del escape de los cuatro prisioneros.
-¿Por qué decís que esta obra es “un instructivo de fuga”?
-Esta obra vuelve memoria viva lo sucedido durante la dictadura. Este juego de ventriloquía que hago en escena no es caprichoso. Tiene un sentido, porque pienso que todos estamos atravesados por discursos. Y ésta es una oportunidad de fuga en este aquí y ahora, para dejar de ser hablados y elaborar un discurso crítico urgente.
*Seré, en el Beckett Teatro (Guardia Vieja 3556) domingo a las 19 hs.